El salario mínimo interprofesional (SMI) se situará el próximo año entre 1.046 euros y 1.082 euros, según el informe del Comité de Expertos que el Ministerio de Trabajo puso en marcha para calcular el 60% del salario medio, cifra a la que llegarán los salarios más bajos en 2023 para cumplir con el acuerdo del Gobierno de coalición.

La vicepresidenta segunda del Ejecutivo y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la coordinadora de la comisión de expertos, Inmaculada Cebrián, han presentado este lunes el estudio que recoge el cálculo del salario mínimo para cumplir con ese objetivo de llegar al 60% del salario medio.

Los expertos han realizado varias simulaciones y proyecciones en base a varios datos y estadísticas, entre las que destacan como fuentes principales la encuesta de estructura salarial del INE de 2020 (publicada en junio de 2022), y la estadística de convenios colectivos.

El resultado de las simulaciones establece que para que el salario mínimo alcance el 60% del salario medio debe subir entre un 4,6% y un 8%. En su horquilla más baja, subiría 46 euros respecto al actual, alcanzando los 1.046 euros. En su horquilla más alta, se incrementaría e 82 euros, hasta los 1.082 euros.

La cifra definitiva es una decisión que debe tomar el Gobierno, previa consulta con las principales organizaciones sindicales y las patronales en la mesa de diálogo social. La vicepresidenta segunda ya ha anunciado que la primera reunión con lo agentes sociales se convocará este mismo miércoles.

En el informe también se recoge que el aumento del SMI es una medida útil para reducir la desigualdad y luchar contra la pobreza. El aumento del salario mínimo entre 2020 y 2022 sirvió, según el documento, para reducir la desigualdad y aumentar los ingresos de familias más pobres. En este sentido, la desigualdad se ha reducido entre un 3% y un 3,8% en este periodo, mientras que el riesgo de pobreza se podría haber reducido en un 2,8% en toda la población.

Díaz ha destacado que una de las conclusiones que se pueden sacar con la evolución ascendente del SMI es que, en contra de lo que se ha apuntado desde las patronales, la subida de los salarios más bajos no destruye empleo: "El SMI no impacta de manera negativa en la creación de empleo", ha insistido la ministra de Trabajo.