El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha inaugurado este lunes el curso político. Una cita que suele ser habitual cuando llega el mes de septiembre. Con la diferencia de que este es un mes atípico, con un Ejecutivo en funciones y una investidura pendiente de Alberto Núñez Feijóo las próximas semanas. 

El lugar elegido en esta ocasión por Sánchez ha sido el Ateneo de Madrid. El pasado año fue el Palacio de la Moncloa y los anteriores tuvieron un carácter más empresarial. El discurso de este lunes ha sido eminentemente ideológico frente a PP y Vox y de defensa del Gobierno de coalición. 

El líder del PSOE ha esbozado las seis prioridades principales que debería tener esta legislatura una vez llegue al Gobierno. Algo que ha defendido que está en condiciones de hacer cuando Feijóo fracase y reciba el encargo del rey Felipe VI. 

Especial interés tiene en estos momentos el asunto de Catalunya. Tanto Junts como ERC son claves en estas negociaciones. Además, el discurso de Sánchez coincide en el tiempo con una reunión "sorpresa" de Carles Puigdemont con su vicepresidenta segunda, y líder de Sumar, Yolanda Díaz. Moncloa y los socialistas se han desmarcado de ese encuentro. 

No desveló nada Sánchez de asuntos concretos como la amnistía que piden desde los partidos independentistas. Pero sí incidió en "seguir avanzando" para "solucionar la grave fractura" que se vivió en Catalunya en 2017. "El nuestro es un proyecto que respalda sin fisuras la Constitución Española", remarcó el presidente en funciones. El encaje o no en la CE de una ley de amnistía es uno de los puntos calientes de las negociaciones para la investidura. 

Sánchez ha reconocido que en el pasado se tomaron respecto a Catalunya "medidas valientes y arriesgadas". Pero con "un fin noble" para garantizar "la convivencia". "Apostar por el diálogo y la concordia es plenamente constitucional", ha insistido. El líder socialista defiende que es el momento de ser "coherente".

"La próxima legislatura debe ser la que deje atrás la fractura que vivimos en 2017. Los próximos años consolidarán la cohesión territorial y la convivencia democrática. No podemos repetir los errores del pasado. Es el momento de la audacia, de la política, de ser coherente y seguir avanzando en la convivencia", ha destacado Sánchez. 

El presidente en funciones ha defendido también que su proyecto progresista debe asumir la diversidad territorial, cultural y lingüística "con orgullo". "Esa es, y no otra, la idea que tenemos de España", ha destacado. 

Por lo demás, Sánchez ha destacado otras prioridades de su hipotético próximo Gobierno de coalición. Apostará el líder socialista por seguir "modernizando" la economía y "reindustrializando" el país. También en seguir con el impulso a la transición ecológica, el refuerzo de los servicios públicos, la igualdad entre hombres y mujeres o "volver a poner en marcha el ascensor social" para garantizar la igualdad de oportunidades.

Las "excentricidades" de Feijóo

Durante su intervención, Sánchez ha cargado contra Feijóo de forma directa. Especialmente por su "ocurrencia" de la pasada semana al reunirse con él y pedir un Gobierno de dos años de duración. Una "excentricidad". Y augura Sánchez que "habrá más excentricidades a lo largo de las próximas semanas".

Para Sánchez, esas "excentricidades" tendrán una constante: "la obstinación de un dirigente más preocupado de mantener el puesto en su partido que de la vida de la gente". El presidente en funciones ha calificado esa actitud de irresponsable por "convertir una frustración personal en un bloqueo colectivo e institucional". 

Por su parte, Sánchez ha destacado que defenderá su investidura y su proyecto de Gobierno "sin dilación" cuando le llegue el turno. Lo defenderá, consciente, de que las negociaciones son una tarea "compleja y exigente". Por ello ha querido agradecer a todas las fuerzas políticas "la altura de Estado" en su voluntad de entenderse con el PSOE y Sumar.