Este artículo se publicó hace 4 años.
DesescaladaSánchez cree que "la irresponsabilidad" del PP se quedará en la abstención y que podrá prorrogar el estado de alarma
Seguirá intentando conseguir el apoyo de Ciudadanos y negociando con los partidos independentistas hasta el último momento, para que este miércoles no se visualice la soledad del Ejecutivo durante la votación de la prórroga del estado de alarma en el Congreso de los Diputados.
Manuel Sánchez / Alejandro López de Miguel
Madrid-
En el Gobierno hay más irritación que preocupación por la decisión del Partido Popular de no apoyar la prórroga del estado de alarma, según apuntaron varios interlocutores del Ejecutivo.
Y es que no se espera que el miércoles el Congreso de los Diputados tumbe la cuarta prórroga, planteada por el Ejecutivo hasta el próximo 24 de mayo. Esto se consideraría no sólo un "caos", en palabras de los ministros Salvador Illa y José Luís Ábalos -titulares de Sanidad y Transportes, respectivamente-, sino una auténtica catástrofe.
El Ejecutivo prevé que logrará sacar adelante la prórroga del estado de alarma este miércoles
Es decir, que el Gobierno se aferra a una abstención del PP, que sería más simbólica que efectiva, ya que el estado de alarma seguiría en vigor simplemente con los votos de los dos partidos que conforman el Gobierno de coalición, que suman 155 escaños. Insisten en que no tienen nada asegurado, pero consideran impensable un "no" del partido de Casado, pese a haber dado cuenta de su "irresponsabilidad" con esta negativa.
Por su parte, desde Unidas Podemos no quieren "especular" sobre el voto del partido conservador, pero si insisten en la necesidad de prorrogar el estado de alarma: "Es indispensable para el confinamiento y el confinamiento es indispensable para vencer al virus y evitar que haya un rebrote", aseguran fuentes de la formación de Pablo Iglesias.
Esto, además, no quita el gran malestar en el Gobierno y en el PSOE con la actitud del Partido Popular en una situación tan crítica, y algunos recuerdan y hasta lamentan la actitud que tuvieron los socialistas con el partido conservador facilitando la investidura de Mariano Rajoy en 2016.
Por ello, hasta la fecha de la votación el PSOE dice estar despuesto a redoblar la presión contra los conservadores para que cambién a un voto favorable, aunque ,
en privado, distintos dirigentes socialistas ven muy difícil esta opción.
Ábalos fue el primero en fijar posiciones con un mensaje duro, más que el de Illa, en su comparecencia conjunta de este lunes vino a decir: "estado de alarma o "el caos", y no se olvidó de avisar a Casado de que si hay un repunte de los contagios por esta decisión los conservadores deberán dar muchas explicaciones a los ciudadanos.
Después de que el líder del PP informara a Sánchez de su rechazo a apoyar esta prórroga, en la mañana del lunes, ambos ministros se esforzaron por transmitir dos ideas: la primera, que sin el estado de alarma será imposible mantener las restricciones a la movilidad que operan desde el 14 de marzo, y que han permitido reducir el porcentaje de infectados por la Covid-19 desde el 35% al 0.16% ; la segunda, que el Ejecutivo señala como responsables a los partidos que se opongan a la prórroga, en particular a formaciones que ya han gobernado y tienen intención de volver a hacerlo, como el PP.
El PSOE va cargado con una batería de argumentos para poner en evidencia la actitud del PP, que van desde la denuncia de que no son capaces de presentar un plan alternativo al estado de alarma que sea viable y constitucional -"Si nadie ha propuesto una alternativa es porque no la hay"-, hasta el reproche de no tener respeto al sacrifico que han hecho los ciudadanos tras dos meses de confinamiento.
No quedarse solo
No obstante, y más allá de la batalla por el relato político, hay cierta preocupación en el Gobierno por no quedarse solo. Si se cumplen los pronósticos en la votación del próximo miércoles, donde la mayoría de los socios del Gobierno han anunciado su voto en contra, se visualizará claramente la situación de soledad del Ejecutivo, al que sólo se sumarían grupos minoritarios como Más País, Compromís, los dos partidos canarios, el Partido Regionalista Cántabro y Teruel Existe, es decir, siete votos.
Por ello, el Gobierno buscará el apoyo de Ciudadanos que, aunque ha elevado su nivel de crítica al Ejecutivo en las últimas semanas, no se ha negado a respaldar la ampliación del estado de alarma si se cumplen unas determinadas condiciones.
Los diez votos de Ciudadanos no bastarían para modificar el resultado de la votación, pero sí supondría un cierto balón de oxígeno de cara a evitar la imagen de un Gobierno solo, sin apenas respaldos en el Parlamento. Además, con el voto favorable de Ciudadanos la aprobación del estado de alarma se acercaría casi la mayoría absoluta, por que valdría la abstención de muy pocos diputados para aprobarse, en el caso de que el PP finalmente se descantara por el voto negativo.
Además, el Ejecutivo quiere buscar el apoyo de los partidos nacionalistas e independentistas, y de aquellos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez, pero tienen claro que no cederán a sus nuevas pretensiones, ni tampoco renunciarán al mando único para gestionar la pandemia y sus consecuencias. Especialmente, se busca el apoyo de los cinco diputados del PNV que han condicionado su voto afirmativo a que se pacte con las comunidades las normas para la desescalda. Por su parte, ERC anunció en la tarde del lunes que votaría en contra.
No obstante, se están haciendo acercamientos y cesiones, como permitir que las fases no se apliquen estrictamente por provincias, como habían pedido desde la Generalitat. La vista no sólo está puesta en este miércoles, sino en la necesidad de conseguir apoyos para los próximos reales decretos y, previsiblemente, sucesivas prórrogas que vendrán en las próximas semanas.
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