A falta de dos días para el inicio del debate de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha sido el principal protagonista de la tradicional Fiesta de la Rosa, el multitudinario acto anual que el PSC organiza en la Pineda de Gavà (Barcelona).

El también secretario general del PSOE ha cargado contra el líder del PP y se ha comprometido a buscar "votos debajo de las piedras" para lograr una investidura que depende, en gran parte, del apoyo de ERC y Junts per Catalunya.

Pese a no hacer ninguna mención explícita a la amnistía, Sánchez se ha fijado como objetivo "seguir avanzando en convivencia" y hacerlo "a través del diálogo con las otras fuerzas políticas", y dentro del marco de "la Constitución española". Un mensaje claramente dirigido a Catalunya y a los dos principales partidos independentistas, con los que el PSOE ya hace semanas que ha iniciado el tanteo negociador, que cogerá impulso una vez fracase la investidura de Feijóo.

Alentado por la festividad del ambiente y el apoyo del primer secretario del PSC, Salvador Illa, Sánchez ha cargado contra el Partido Popular por organizar una manifestación paralela en Madrid "en contra de la investidura socialista", cuando todavía no se ha producido su intento. "A esta hora el PP debe estar celebrando que le quedan cuatro días para que Feijóo pierda la votación", ha dicho frente a las 15.000 personas que han asistido a la Fiesta de la Rosa.

Sánchez también ha apelado a la incapacidad de los populares para aceptar los resultados de las elecciones celebradas el 23 de julio. Ha advertido que "no escuchan lo que dice la gente" y que "viniendo de donde venimos, de un 2018 con una sentencia del poder judicial contra la Gürtel", es "grave" ver cómo "apelan a la peor de las corrupciones, el transfuguismo".

"Dicen que España se hunde, pero cuando más cerca estuvo de romperse fue con Rajoy y con una declaración unilateral de independencia en el Parlamento de Catalunya. Ahora pasamos página", ha añadido durante su intervención en referencia a los hechos de otoño de 2017.

La voluntad del líder socialista es "buscar votos hasta debajo de las piedras" para formar un gobierno con Sumar y Yolanda Díaz y cumplir con las promesas de su programa electoral: "Subir el salario mínimo interprofesional, garantizar la revalorización de las pensiones y las becas de los estudiantes y seguir potenciando la igualdad de género".

El debate de las lenguas cooficiales

El pasado martes fue un día histórico para el reconocimiento de las lenguas cooficiales del Estado: si así lo querían, los diputados del Congreso pudieron realizar sus intervenciones en catalán, castellano y euskera. Este fue uno de los acuerdos resultantes de las conversaciones entre las formaciones independentistas y el PSOE y, según ha referido Sánchez este mediodía, un paso "muy importante" hacia el reencuentro y la convivencia.

Mientras lanzaba dardos contra el PP por votar en contra y "estar perdido", Sánchez ha asegurado que los socialistas celebran "que se puedan utilizar las lenguas que hablan millones de españoles". La oficialidad de estas tres lenguas en la Unión Europea, sin embargo, todavía está en la cuerda floja tras el aplazamiento de la votación.

Siguiendo la misma tónica, Salvador Illa ha alegado que los "pactos son avances para mejorar y avanzar" y que son "señal de respeto mutuo y de inteligencia política". A las puertas de una semana muy intensa, el líder del PSC ha dicho que van a asistir al debate de Feijóo, donde se "confirmaran las leyes de la aritmética": "Se va a demostrar la incompatibilidad de Vox y el PP con esta España plural y diversa".