Alberto Núñez Feijóo lo va a intentar. El líder Partido Popular es la propuesta de Felipe VI para formar Gobierno. Lo ha comunicado Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, en una comparecencia tras la reunión que ha mantenido con el jefe del Estado este martes 22 de agosto por la tarde. El líder del PP ha afirmado, en una rueda de prensa anterior, que actualmente cuenta con 172 apoyos y que le faltan cuatro votos para contar con una mayoría. Cuatro votos que, por otro lado, tiene prácticamente imposibles. 

La investidura aún no tiene fecha. Armengol ha aclarado que el siguiente paso es hablar con Feijóo para valorar opciones y fijar los días de la votación, que puede tener lugar, como pronto, la semana del 28 de agosto al 1 de septiembre. Está previsto que la conversación se lleve a cabo a última hora del mismo martes. 

El país se encuentra, entonces, en el escenario que más enteros estaba reuniendo durante las últimas horas. El candidato más votado en las elecciones del 23J, que en el último momento ha confirmado los apoyos de Vox y Coalición Canaria —además del de UPN, con el que ya contaba— tratará de ser investido presidente. Sin embargo, los repetidos portazos del Partido Nacionalista Vasco, el único aliado extra con el que Feijóo podría soñar, colocan el techo del PP muy bajo, a la altura de los apoyos que tienen en la actualidad. 

En Sabin Extea (la sede del PNV), no quieren oír hablar de un posible apoyo al PP y su posición ha sido firme desde el primer día. Ya durante la campaña, Aitor Esteban zanjó cualquier debate: "El PP ha traspasado todas las líneas con sus pactos autonómicos con Vox". Son palabras que se han ido repitiendo periódicamente. La última vez, este martes, cuando ha trasladado al rey su negativa a apoyar a los populares. 

Así las cosas, al contrario de lo que hiciera Mariano Rajoy en 2016, cuando declinó intentar la investidura por su falta de apoyos, Feijóo sí agotará sus posibilidades en cumplimiento de su "deber", tal y como él mismo ha calificado su posición en la comparecencia del martes por la tarde. En un comunicado, la Casa Real fundamenta su decisión en el hecho de que el candidato popular fue el más votado en el 23J.

Pedro Sánchez, por su parte, ha sido claro tanto con el jefe del Estado, como con los ciudadanos. En Ferraz creen que el PSOE es la única formación que puede tejer los apoyos suficientes para formar Gobierno, como demostraron en la conformación de la Mesa del Congreso. No obstante, Sánchez ha insistido en el "respeto" que profesa a la "liturgia democrática" en referencia a que el rey pudiera proponer a Feijóo para la investidura, como finalmente ha sucedido. 

No se ha hecho esperar la reacción de Sumar, el partido de Yolanda Díaz. En este caso ha sido Marta Lois, una figura que está ganando peso a pasos agigandatos en el partido, quien ha levantado la voz. Lo ha hecho a través de un tuit en el que ha criticado a Núñez Feijóo por "abocar a toda la ciudadanía española a una investidura que todo el mundo sabe que fracasará". 

Baile de fechas para la votación

La gran incógnita es cuándo van a decidir los diputados si Feijóo será o no el nuevo presidente. El artículo 99 de la Constitución Española rige que el candidato a la presidencia tiene dos oportunidades para alcanzar el bastón de mando, que hoy por hoy Feijóo tiene virtualmente fuera de su alcance. En la primera votación, el candidato tiene que salir elegido por mayoría absoluta. Si no obtiene el apoyo de la Cámara, tiene un segundo intento 48 horas después, cuando le valdría la mayoría simple.

Por el momento, no ha trascendido cuándo comunicará la presidencia del Congreso la fecha de esa primera votación, aunque desde el equipo de Armengol han confirmado que la presidenta de la cámara no iba a esperar ni un minuto en entablar la vía de diálogo con Feijóo.

Corre el reloj de la democracia

Puede ser un lugar común, pero es cierto. Si el candidato, en este caso Núñez Feijóo, fracasara en ese segundo intento, empezaría a correr el tantas veces citado 'reloj de la democracia'. El artículo 172 del Reglamento del Congreso apunta que, en ese punto, empieza la cuenta atrás de dos meses (eso sí, desde el día de la primera votación) para que algún candidato logre ser investido. Si nadie lo consigue, el fantasma de la repetición electoral se volvería de carne y hueso.