El 1 de mayo, el Día del Trabajador, cae este año en plena campaña electoral catalana, con los partidos compitiendo entre sí en la carrera hacia las urnas. Cada formación sigue una estrategia concreta, pero es cierto que no todos los candidatos han puesto sobre la mesa propuestas de carácter sectorial relacionadas con la mejora de las condiciones laborales, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o la reducción de la jornada laboral.

Como cada año, el 1 de mayo trabajadores de todo el país se movilizarán en las principales ciudades para reclamar más derechos y exigir a la cúpula política medidas para mejorar la calidad de vida. En el caso de Barcelona, por ejemplo, Comisiones Obreras (CCOO) y la UGT han convocado la protesta a las 11:30 h en la ronda de Sant Pere con la plaza de Urquinaona, mientras que la Intersindical ha programado la concentración a las 12 h, en el paseo de Sant Joan en la intersección con la avenida Diagonal. Por la tarde habrá la tradicional movilización de los sindicatos rupturistas, como la CGT.

¿Qué reclaman los principales sindicatos?

Si desglosamos las reivindicaciones de los principales sindicatos de Catalunya, el secretario general de CCOO, Javier Pacheco, plantea el 1 de mayo en torno a dos titulares: "plena ocupación" y "techo para todos". "La prioridad de la ciudadanía es consolidar las mejoras que se están produciendo en el mercado laboral. Todo este crecimiento nos da la oportunidad de bajar la tasa de desempleo un 4 o 5%. Hay retos que debemos asumir desde las políticas públicas. Por otro lado, el gran lastre de la economía familiar es el precio de la vivienda, por falta de regulación y control", asegura.

Pacheco afirma que son reclamos "muy clásicos", "pan y techo para todos". Según el sindicalista, la plena ocupación "ha sido siempre un problema" porque "el mercado laboral estaba asumiendo de manera estructural tasas de desempleo de dos dígitos y era difícil cambiar la realidad". Ahora, sin embargo, se muestra positivo y asegura que sí es una "posibilidad tangible".

"Gracias a las políticas públicas y a la reforma laboral han cambiado las políticas de contratación, hay más capacidad de recuperación económica, ha cambiado el paradigma de la regulación del trabajo. De la mano de la transición energética, tenemos oportunidades para reindustrializar el país", añade.

En una línea similar, la UGT sitúa la reducción de jornada como una de las principales reivindicaciones. Durante una rueda de prensa celebrada el 24 de abril en la sede de UGT Catalunya, el secretario general de este sindicato, Camil Ros, insistió en la necesidad de reducir la jornada "más allá de las 37,5 horas a la semana". De hecho, aseguró que "con la evolución de la tecnología, es evidente que se puede trabajar menos y que las empresas no dejen de ser productivas".

Esta demanda no es exclusiva de la UGT, sino que también la comparten la CGT y la Intersindical. El secretario de Acción Social de la CGT de Catalunya, Iru Moner, reconoce a Públic que "a través de la automatización y la digitalización de los procesos productivos, se están generando muchos más beneficios" y "hace cien años que estamos con la supuesta jornada de 40 horas semanales". Además, la realidad es que "en sectores como la hostelería o los cuidados" la situación es la contraria, "cada día se trabaja más y no se pagan muchas horas extra". "Creemos que se debe avanzar hacia aquí, también por un tema de reparto del trabajo. Cuantas menos horas trabajes, más opciones tienen otras personas", ha sentenciado Moner.

Sin alejarse mucho de esta argumentación, el secretario general de la Intersindical, Sergi Perelló, apuesta por la reducción hasta las 32 horas: "Ya ha habido la aplicación de las 38 horas y media y el año que viene las 37 y media, pero nosotros creemos que hay que ir más lejos y que la reducción de la jornada no es importante solo como medida sociolaboral, sino como medida para cambiar el modelo productivo". Además, apunta que esta reducción "está enmarcada en un proceso de reindustrialización desde el punto de vista sostenible y dando valor a los sectores sociosanitarios, los cuidados y sobre todo a los servicios públicos".

Esta es la propuesta estrella de la Intersindical, que también aboga por un incremento del SMI. "El salario mínimo debería ser de 1.400 euros y no de 1.135 en la realidad socioeconómica de Catalunya. Esto va relacionado también con la renta básica universal y con recortar las pensiones. Son demandas difíciles de reclamar porque no tenemos competencias en la Generalitat", explica.

En octubre de 2023 el PSOE y Sumar llegaron a un acuerdo de gobierno en el que se comprometían a bajar la jornada laboral de forma gradual (38,5 horas en 2024 y 37,5 horas en 2025) y a aumentar el SMI a lo largo de la legislatura "acompasado al 60% del salario medio" y "para asegurar el poder adquisitivo".

¿Qué mejoras exigirán al nuevo Govern de la Generalitat?

En cuanto a las demandas para el futuro Govern, Pacheco (CCOO) pide "más estabilidad en las instituciones con un acuerdo de gobierno que tire hacia la izquierda". "Incorporamos las reivindicaciones del primero de mayo, pero también queremos toda la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) del 6% del PIB para la educación; un refuerzo en el sistema de salud, reduciendo la lista de espera y garantizando el 25% del presupuesto a la atención primaria; redefinir la estrategia de los servicios sociales y las políticas de cuidados con un nuevo modelo de financiación y sobre todo unos acuerdos que liguen los incrementos de los ratios públicos a los salarios de la clase trabajadora de aquellos sectores que están más precarizados", asegura a Públic.

En esta línea, durante la rueda de prensa, Ros (UGT) llamó a la movilización del voto progresista para hacer todo esto posible y para evitar el crecimiento de "la derecha y la extrema derecha".

De cara al nuevo Govern, Perelló (Intersindical) señala que es fundamental "dejar de lado todos los proyectos vinculados a los eventos estacionales como el Hard Rock, los Juegos Olímpicos de invierno o la Copa América". Para la Intersindical es imprescindible "invertir en políticas públicas para sectores que sean productivos y útiles". Asimismo, también le preocupa mucho la situación del catalán en las empresas: "Es necesario que se incluya en la negociación colectiva y promover cursos de catalán durante el horario laboral".

Finalmente, también hay un elemento en el que la Generalitat tiene poca incidencia, pero que inquieta a Perelló: "Creemos que se deben derogar las reformas laborales del PP y del PSOE, que han sido muy perjudiciales para los trabajadores, han delimitado mucho la negociación colectiva y han facilitado el despido. Los de Sumar se dan cuenta ahora del desastre que aprobaron".

Ante la pregunta de qué implicaría que el PSC saliera vencedor de las elecciones e Illa fuera nombrado presidente, Perelló afirma que "seguirán las políticas centralizadoras del Estado" y que "no veremos unas expectativas satisfactorias para los trabajadores de Catalunya". "El PSC está apostando como la derecha más dura por un modelo económico basado en el low cost, los salarios bajos, el turismo y la especulación. Es una contradicción de un partido que se supone que es medio de izquierdas".

Por último, en el comunicado "Elecciones en mayo: ¿quién ganará?", la CGT hizo un llamado a participar en el sindicalismo activo "para detener la extrema derecha y el capitalismo salvaje con cara amable de la socialdemocracia corrupta". "Hace años, desde los gobiernos del progresismo, con Colau en Barcelona o con Esquerra Republicana, lo que está pasando es que quien está gobernando son las empresas", sostiene Moner, que lamenta la "privatización" de los servicios públicos. Y concluye: "Hasta que no demuestren lo contrario, no esperamos nada de ninguno de los gobiernos".