Santiago Abascal ha sido invitado este domingo al Santiago Bernabeu para presenciar el partido entre el Real Madrid y el Athletic de Bilbao desde el palco reservado a las familias y los amigos de los futbolistas madrileños, según ha desvelado el diario deportivo Marca.

Abascal, a pesar de haber nacido en Bilbao, nunca ha manifestado simpatía por el Athletic, el equipo de la ciudad, según desveló también el mismo diario. Esta antipatía la justifica en parte, según él, porque de pequeño "le atacaban por ir al colegio con el uniforme de la selección en los años ochenta, y eran sobre todo los seguidores del Athletic." 

Además, el líder de la formación de ultraderecha ha reiterado en numerosas ocasiones ser seguidor y forofo del equipo blanco.

Los futbolistas evitan (casi siempre) mostrar su ideología

La presencia del líder de la ultraderecha en el palco deja la incógnita sobre quién ha sido el responsable de la invitación, en un mundo en el que los futbolistas no suelen deleitarse evidenciando sus inclinaciones políticas.

Escasos son los antecedentes en los que algún jugador ha dejado ver sus afinidades políticas. Sucedió algo parecido con Daniel Carvajal, lateral del Real Madrid, que en febrero protagonizó un encontronazo con la cómica Eva Hache tras la manifestación en Colón por la "Unidad de España" y por la convocatoria de elecciones del pasado 10 de febrero.

Hache publicó en su Instagram una imagen con el siguiente texto: "Con vuestros ombligos tapáis el saber. Sólo os preocupa provocar y convencer a mentes pobres #soisunosmierdas #colon #yonovoy" en referencia a la manifestación. 

El futbolista contestó de manera frontal a través de un comentario en la publicación: "No es necesario faltar al respeto a quienes no opinan como usted. Tenemos un país libre, con mucha diversidad y cada uno de nosotros buscamos lo que creemos que es mejor para todos. VIVA ESPAÑA". La reacción del futbolista provocó a su vez numerosas críticas y que la cómica acabase borrando el post. 

Javier Ortega Smith, Santiago Abascal y Albert Rivera, con Pablo Casado y otros dirigentes de Vox, PP y Cs, en la manifestación para reclamar el adelanto de las elecciones. EFE

Sergio Ramos, compañero de equipo de Carvajal en el club blanco, también protagonizó una de las anécdotas de los últimos meses que unen fútbol y política. Lo hizo involuntariamente cuando su pareja, la presentadora Pilar Rubio, publicó un selfie en el colegio electoral para promover la participación en las pasadas elecciones de noviembre.  En la imagen aparecía el futbolista sevillano con una papeleta del PP.

Se creó tal revuelo en las redes sociales que la reportera tuvo que aclarar que tanto Ramos como ella habían cogido todas las papeletas para elegir una en privado. Pero ya era tarde: en las redes ya se había asociado a Sergio Ramos con el PP. 

Salir del armario en el fútbol

La política no es el único tabú en el fútbol. La homosexualidad, por ejemplo, es otro de los temas de los que no se habla en el deporte rey. Es más, ningún jugador de élite que continúe en activo se ha atrevido a salir del armario. Los motivos son múltiples y variados.

Miguel Ángel López, el exdirector de  la publicación Zero que trató de realizar un reportaje donde varios futbolistas salían del armario, explicó a Público hace unos meses que desde los propios clubes fomentaban la homofobia y el rechazo al colectivo LGTBI. "Los del Madrid, (al tratar de realizar el reportaje) más o menos, vinieron a decirme: En nuestro equipo no hay homosexuales y, si los hubiese, nos los habríamos cargado."

Además, el hecho de que no exista ningún referente homosexual en los clubes y que ninguno acuda con su pareja, es "otro reflejo de que detrás de esas actitudes hay ocultamiento, miedo, discriminación y homofobia", afirmaba también a Público José Luis Lafuente, coordinador del grupo de Deporte de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). 

Finalmente, otro de los motivos principales por los que los futbolistas no salen del armario es la propia homofobia de los aficionados desde la grada, que podrían utilizar su orientación sexual como forma de presión o insultos. ¿Quién no recuerda gritos de 'fuera maricón' en un partido?.