La gran incógnita sobre la fecha de la primera investidura se resolvió este miércoles por la mañana. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, anunció que Alberto Núñez Feijóo deberá realizar el proceso los días 26 y 27 de septiembre. Un calendario que casa con las exigencias del PP, que se dedicó este martes a tratar de dilatar las sesiones en busca de unos apoyos que se antojan casi imposibles. 

Armengol, de este modo, accede a las exigencias de los populares en contraste con las declaraciones realizadas por dirigentes socialistas como Patxi López, que calificó de "excusas" querer alargar más en el tiempo una "investidura fake".

El partido que lidera Pedro Sánchez, presidente en funciones, ha regalado tiempo a Feijóo pero con la esperanza de que a ellos también les beneficia este calendario. 

Para la dirección del PSOE en Ferraz, nada cambia. "El 26 de septiembre Feijóo va a llegar a su investidura con los mismos escaños que ya contaba el 23 de julio", insisten las fuentes socialistas consultadas por Público. "Se va a quemar a fuego lento", destaca uno de los dirigentes consultados por este medio. En definitiva, "se va a desgastar". 

La decisión final de Armengol refleja el objetivo de no dar argumentos al PP para que carguen contra la propia presidenta del Congreso y en consecuencia contra Sánchez. Una manera de rebajar posibles tensiones que generen presiones contra la recién elegida presidenta. 

Sánchez cuenta ahora con un mes más de lo previsto en un primer momento para negociar con el resto de fuerzas políticas. Especialmente con Junts. Y es ahí donde entra en juego la relativización que hacen en el PSOE de la importancia de las fechas elegidas por Armengol.

Además, en una hipotética repetición electoral, que descartan en las filas del PSOE, la fecha de los comicios no llegaría hasta el 14 de enero, pasadas las navidades. La celebración de elecciones en estas fechas festivas, después de la convocatoria veraniega, podría ser una piedra en el zapato de Sánchez si los electores decidieran penalizarlo en las urnas. 

"Nosotros a lo nuestro", insisten en el equipo de Sánchez. Es decir, a negociar de forma "discreta" y "sin prisa pero sin pausa" con el resto de formaciones políticas. Desde Junts a EH Bildu, pasando por BNG, ERC y Sumar. "El foco estará ahora en Feijóo, al que algunos grupos ya no saben cómo decirle que no. Mientras, nosotros a trabajar como hemos hecho estos cuatro años", reflexiona un dirigente de Ferraz. 

De momento se han dado varios pasos. Primero, con el acuerdo para la votación de la Mesa del Congreso que tuvo lugar la semana pasada. En esa negociación entró ya facilitar que ERC y Junts tuvieran grupo parlamentario propio.

Un gesto que ya adelantó Público el pasado mes de julio. Este miércoles se materializó con la confirmación de que los socialistas prestarán temporalmente a Junts dos diputados. Sumar hará lo propio con ERC con el mismo objetivo. 

Sumar no comparte la "pérdida de tiempo"

En cambio, desde Sumar no entienden la decisión tomada por Armengol y los socialistas. "La investidura fracasada de Feijóo es una pérdida de tiempo. La ciudadanía española va a perder un mes sin un Gobierno efectivo, por el fracaso del liderazgo del señor Feijóo y su cuestionamiento interno", afirman fuentes de la fuerza que lidera Yolanda Díaz. 

"Feijóo practica la peor política, aquella que mira solo a los intereses partidistas y no a los intereses del país y su gente", añaden al respecto en Sumar. Al igual que el PSOE, la formación de Díaz destaca que seguirán trabajando "para hacer efectiva cuanto antes la única investidura posible, que es la de un Gobierno de coalición progresista".