“Ciudadanos está a muchísima distancia del PP en Andalucía”. “Andalucía nada tiene que ver con Catalunya”. “Es impensable que Ciudadanos supere al PP en Andalucía”. “Sacamos el triple de votos en las últimas elecciones”. “No me creo esos datos”. Todas estas frases las ha pronunciado en los últimos meses el presidente del PP de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla. Lo ha hecho porque la mayoría de las encuestas de los últimos tiempos sitúan a Ciudadanos muy cerca del PP en la Comunidad e, incluso una de ellas, una de las más prestigiosas, el Egopa de la Universidad de Granada, coloca a Ciudadanos por encima del PP.
Más allá de las reacciones de parte a los sondeos, la realidad es que todo el mundo en los ambientes políticos de Andalucía da por hecho que Ciudadanos subirá en las próximas autonómicas, para las que queda menos de un año, —sobre todo después de su gestión de la crisis catalana, un tema muy sensible en Andalucía— pero nadie está seguro de cuánto. En el PP, como hace Moreno, zanjan este debate, lo cortan por lo sano cada vez que sale y recuerdan que las últimas elecciones, las generales, fueron ellos quienes las ganaron. Mientras en Ciudadanos, claro, lo fomentan.
Impulsado por los sondeos, la coyuntura de los últimos tiempos le sonríe a Albert Rivera, quien acudió este miércoles a Sevilla y se dedicó a lanzar la caña, con una actividad frenética, visita a la Feria incluida, en la que programó diversos encuentros a la búsqueda de todos los lazos, alianzas y votos posibles. En una entrevista, dejó su mensaje fundamental: “Al PSOE se le puede ganar en Andalucía”.
Los temas que ha podido tocar Rivera en Sevilla son todos buenos para sus objetivos, excepto uno, la financiación de Andalucía
Su paseo por el caladero andaluz, el más grande de España, contrasta con el que se dio hace dos semanas el presidente Rajoy. Mientras este lideró una convención política que acabó en un sonado fracaso, ensombrecida por el máster de Cristina Cifuentes, los mensajes y los temas que ha podido tocar Rivera en Sevilla son todos buenos para sus objetivos, excepto uno, el más peliagudo, la financiación de Andalucía, asunto en el que ha jugado una carta arriesgada.
Rivera recordó, con habilidad, en varias entrevistas y contactos con los medios de comunicación, que Arrimadas, una persona que cae muy bien en numerosos ambientes de Andalucía, sobre todo de centro y de derechas, juega en su equipo; le metió presión a Cifuentes aludiendo a la clase trabajadora que se esfuerza por conseguir sus títulos, y dio la de cal y la de arena con la financiación autonómica.
Con este asunto, Rivera y Juan Marín, su lugarteniente en Andalucía, han iniciado lo que se puede llamar una incipiente estrategia de desmarque del PSOE, que se comprobará si va en serio o no este mismo otoño, con la aprobación de los presupuestos de 2019. Ciudadanos debe decidir si va a las autonómicas con otro presupuesto pactado con el PSOE o no lo hace. Jugarse la carta de la financiación de Andalucía es arriesgado en una comunidad que históricamente ha penalizado al PP por asuntos de este tipo y también arrasó al Partido Andalucista, que desapareció prácticamente del mapa después de oponerse al último Estatuto de Andalucía. La mayoría de la gente, según el Egopa, se siente tan andaluza como española. Y hay un cierto y perenne sentimiento de agravio, de que a la comunidad no se le da lo que necesita para prosperar. Así, mientras el PP, esta vez, ha decidido no arriesgar, por miedo al coste político, y ha votado en el Parlamento a favor de las mejoras en la financiación de Andalucía, Ciudadanos, en busca de un perfil propio, sí lo ha hecho. Han jugado de nuevo la carta de los impuestos. El modelo de financiación que se votó en el Parlamento de Andalucía, según Rivera, implicará subidas fiscales.
Queda menos de un año para las autonómicas. Aunque todos los partidos tratan de provocar a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para que adelante las elecciones, estas están fijadas para la próxima primavera. El 25 de marzo de 2019 se cumplen 4 años de las últimas. El punto de partida para Ciudadanos es 9 diputados; para el PP, 33 (el PSOE obtuvo 47, mientras Podemos se quedó en 15, e IU en 5). En Andalucía siempre, desde las primeras autonómicas en 1982, ha gobernado el PSOE y el PP ha estado en la oposición.
Su caballo de batalla ha sido y sigue siendo el de los impuestos
Ciudadanos ha sostenido, acuerdo de investidura mediante, al Ejecutivo de Susana Díaz, apoyándole los tres últimos presupuestos a cambio de sucesivas bajadas de impuestos, medidas por la Consejería de Hacienda. Su caballo de batalla ha sido y sigue siendo este, el de los impuestos. Rivera, Marín y los suyos repiten machaconamente en cada ocasión este mensaje, muy simple y directo: ellos han logrado bajar los impuestos en Andalucía en una legislatura más de lo que ha conseguido jamás el PP. Este mensaje sienta como un tiro en las filas de Moreno Bonilla, a quien le encantaría darle un buen revolcón a Ciudadanos en los próximos comicios —y también en las próximas encuestas— que alejase de una vez la sombra del sorpasso en la derecha.
A lo largo de la legislatura, la relación entre PP y Ciudadanos ha ido cambiando y ha estado, además de, obviamente, por la decisión estratégica de Ciudadanos de sostener al Gobierno de Díaz desde fuera, influida por la si-tuación política nacional. Al principio, los dos primeros años, el apoyo de Ciudadanos a la investidura de Susana Díaz, le costó severas críticas del PP y de los medios de comunicación sensibles a sus argumentos, que buscaban quebrar su voluntad de darle estabilidad al Gobierno andaluz. Luego, con el voto de Rivera a la investidura de Rajoy, las relaciones cambiaron, para llegar a un punto de cierta normalidad. En diversas votaciones de corte ideológico en el Parlamento de Andalucía, PP y Ciudadanos han coincidido. Por ejemplo, ambos partidos se abstuvieron en la votación de la Ley de Memoria Histórica, que fue aprobada con los votos de PSOE, Podemos e IU. A la espera de saber qué pasa con el Gobierno de la Comunidad de Ma-drid, el Ejecutivo de Susana Díaz es el único del PSOE que apoya Ciuda-danos en todo el país.
Rivera, el mejor valorado en Andalucía
Rivera (y Arrimadas) es la mejor carta de presentación de Ciudadanos en Andalucía, la que le puede robar votos al PP y sacar también alguno de centro, e incluso, el de algún despistado de centro-izquierda. Según el Egopa, es el político más valorado en Andalucía. Lo conoce todo el mundo y aprueba con un 5,41. A Juan Marín, el jefe de Ciudadanos en la comunidad, solo lo conocen el 41% de los andaluces y se queda en un 4,76. Por el lado del PP, Rajoy suspende con un 3,8, mientras Moreno recibe una califica-ción media de 4,14 y es conocido por el 58%.
En Andalucía, la gente se ubica, según su ideología, de la siguiente manera. Dice el Egopa que en la extrema izquierda está el 1,6%; en la izquierda, el 5,8%; en el centro izquierda, el 30,9%; en el centro, el 28,4%; en el centro derecha, el 24%; en la derecha, el 2,8%, y en la extrema derecha, el 1,4%. Por tanto, Ciudadanos tiene un potencial de crecimiento muy importante en ese 52% que se define de centro y de centro derecha.
Ciudadanos es el partido al que más gente siente cercano, un 30% por encima incluso del PSOE
Los indicadores brutos del sondeo son muy buenos para Ciudadanos, más allá de la cocina que haya tenido la encuesta, que da esta estimación del voto: 34% para el PSOE, 19,8% para Ciudadanos, 18,3% para PP, 10% para Podemos, 8,3% para IU. Ciudadanos es el partido al que más gente siente cercano, un 30% por encima incluso del PSOE. El PP se queda en el 12,6%. Ciudadanos es también el que genera más simpatía: el 29%, por el 22% del PSOE y el 14% del PP. Además, su labor de oposición está mejor considerada que la del PP.
En la intención de voto directa, Ciudadanos se lleva el 23,7%, por el 18,3% del PSOE, y el 11,4% para el PP. IU se lleva un 5,2% y Podemos un 4,4%. En las generales, la perspectiva es aún mejor para Ciudadanos, que sube hasta el 29,1%, mientras el PSOE se mantiene en el 18%, y el PP, sube un pelín también, hasta el 14%. Aquí Podemos, con un 5%, e IU, con un 4,4%, intercambian posiciones.
“No es fácil estar en la oposición, no pedir sillas, y crecer. Habitualmente, te borran del mapa”, afirmó Rivera en su visita a Sevilla, a la busca de todos los votos posibles, sobre todo los del PP.
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