Podemos e IU blindan la unidad para el 28M mientras crece la brecha entre sus direcciones
Los dos partidos han cerrado más acuerdos de coalición que nunca a nivel autonómico y han mantenido también su unidad en el ámbito municipal. Las negociaciones en los territorios no han estado exentas de las tensiones a nivel estatal.
Madrid-
La desconfianza entre Podemos e Izquierda Unida es mayor que nunca, al igual que lo es su unidad sobre el papel. La izquierda no está exenta de paradojas y los comicios municipales y autonómicos son un ejemplo de ello. Nunca antes estas dos organizaciones habían cerrado tantos pactos en comunidades y ayuntamientos, y tampoco nunca antes el contexto había sido tan difícil por las tensiones que mantienen desde el pasado año sus direcciones, tensiones agravadas tras la irrupción de Sumar y de Yolanda Díaz como actores sobre los que pivota el proceso de reconfiguración de la izquierda.
Los de Ione Belarra y los de Alberto Garzón no solo han conseguido revalidar todos los acuerdos de unidad a nivel autonómico que consiguieron en 2019, sino que los han ampliado; de esta manera, se han cerrado coaliciones en 10 de los 12 territorios que el 28 de mayo pondrán urnas, esto es, en todos menos en Asturias y en Aragón.
Los procesos han sido distintos en cada autonomía y municipio, y la unidad ha ido llegando a través de un goteo que comenzó el pasado verano con el primer acuerdo de unidad, en Navarra, y que ha concluido este viernes, a escasas horas de que se cerrara el plazo de registro de coaliciones, con un acuerdo en La Rioja.
Precisamente el riojano es un ejemplo de esa paradoja que supone que la izquierda más agitada de los últimos años es también la más unida. En este territorio Podemos e Izquierda Unida lograron cerrar un preacuerdo en el verano del pasado año, casi a la par que en Navarra; en este pacto se contemplaban tanto el reparto de listas autonómicas y municipales (con especial atención a Logroño), como el reparto de recursos económicos (un elemento habitual de este tipo de negociaciones).
Sin embargo, el pacto estuvo bloqueado e, incluso, a punto de romperse hasta prácticamente el último momento, lo que hizo que La Rioja fuera una de las autonomías con uno de los preacuerdos más tempraneros pero con el acuerdo definitivo más tardío de todos.
Un goteo de acuerdos
En comunidades como Catalunya, Castilla y León o Galicia (que no celebran autonómicas este 28M) los pactos municipales fueron también bastante rápidos, y algunas que se preveían como huesos duros (sobre todo por la existencia de otras formaciones de izquierdas que en algunos casos representan a la fuerza mayoritaria del espacio, como Madrid) cerraron sus acuerdos bastante antes del 14 de abril, fecha límite para registrar coaliciones.
País Valencià o Canarias, donde también existen otras fuerzas de la izquierda transformadora, costaron algo más, pero finalmente Podemos e Izquierda Unida también decidieron compartir candidatura en estos territorios. En Balears, Castilla-La Mancha, Extremadura o Región de Murcia también se han pactado coaliciones, y en casi todos estos casos el acuerdo autonómico va ligado a un acuerdo municipal en el que las dos organizaciones se reparten las listas en las distintas ciudades.
En Andalucía, el accidentado proceso para conformar la candidatura de Por Andalucía, y el mal resultado electoral que esta coalición obtuvo en junio, ha complicado los acuerdos en las capitales de provincia, que sí pondrán urnas en mayo. Con todo, Podemos e IU comparten espacio en cinco de las ocho capitales, en todas menos en Cádiz, Jaén y Granada. En estas cinco capitales donde sí hay unidad (Almería, Córdoba, Huelva, Málaga y Sevilla) la coalición se llama Con Andalucía, engloba también a otras muchas localidades de esas mismas provincias (que mayoritariamente encabeza IU) y, además de Podemos, están Más Andalucía y otras siete fuerzas andaluzas.
El proceso de unidad en los territorios, bastante exitoso y ampliado con respecto a 2019, se ha desarrollado en medio de tensiones entre las direcciones de ambos partidos, inmersas en un proceso de transformación y reconfiguración de la izquierda. IU se ha volcado en los últimos meses en acompañar y dar soporte al proceso de escucha protagonizado por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que tras concluirlo anunció que quería optar a ser la primera presidenta del Gobierno en las próximas elecciones generales.
Mientras, Podemos se ha distanciado de la titular de Trabajo (y también de IU) y ha apostado por un proceso de primarias abiertas para conocer cuál es realmente la fuerza de Sumar en el espacio de la izquierda transformadora (un espacio que lidera la formación morada desde 2015). La división entre ambas partes se escenificó hace unas semanas en Madrid, donde todos los partidos que aspiran a coaligarse para las generales (una quincena, entre los que se encuentran Más Madrid, Compromís y la propia Izquierda Unida) arroparon a la vicepresidenta en el anuncio de su candidatura en un acto al que no acudió ningún dirigente destacado de Podemos.
Rivas, el último efecto colateral de una izquierda agitada
Estas tensiones tuvieron en Rivas (Madrid) el que, en principio, será su último efecto colateral relacionado con el 28M. El jueves, IU Rivas (que gobierna el municipio junto con Podemos) anunció que reeditaba el pacto que había alcanzado en las últimas municipales con Más Madrid y Equo, pero sin la formación morada, que se descolgó en el último momento (tampoco concurrió con el resto de fuerzas en las anteriores elecciones, pero este año, tras gobernar en coalición con Izquierda Unida, la unidad se daba prácticamente por sentada).
Desde IU se explicó que aunque la dirección de Podemos Rivas estaba de acuerdo con la unidad, ratificada también en asamblea, la dirección estatal de la formación morada había impedido rubricar el acuerdo en el último momento, por lo que de nuevo habrá dos candidaturas de la izquierda transformadora en este municipio.
Con todo, en Izquierda Unida se muestran especialmente satisfechos "de la actitud y compromiso mostrados en este proceso por su militancia y sus dirigentes autonómicos y locales, que han puesto por delante el interés de la ciudadanía para lograr este resultado, incluso en los territorios donde no ha sido posible concretar las coaliciones, lo que en modo alguno se ha debido a IU", explican fuentes de la dirección federal del partido.
Habrá que ver si este es el último gran ejemplo y servicio de la unidad que da paso a un nuevo paisaje en el que Podemos e IU no comparten espacio, o si, al contrario, es el comienzo del periodo de mayor unidad de la izquierda en la historia reciente.
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