MADRID
Llegó sereno a su primera entrevista tras el controvertido debate de las primarias del PSOE, con la cazadora de cuero que luce en cada mitin de campaña desde que decidió volver a intentar liderar el PSOE. Pedro Sánchez aseguró que le costó tomar la decisión y a punto estuvo de dejar la política, pero tuvo un motivo fundamental: "Soy una persona profundamente de izquierdas". Creyó entonces que tenía que volver a intentarlo para que el PSOE recupere esa senda que considera que ha abandonado desde el 1 de octubre. Confesó que a nivel personal han sido muy duros los tres años que ha pasado al frente del partido, pero dice que si gana apostará por la integración porque está plenamente convencido de que el voto de la militancia volverá a unir al partido. Del debate sacó una conclusión clara: Patxi López no sólo no se va a integrar en su candidatura, sino que juega en el otro equipo.
Pregunta.- Ha habido mil lecturas sobre el debate protagonizado por los tres aspirantes a liderar el PSOE, pero la más unánime es que se visualizó un PSOE irreconciliable tras el 21-M. ¿Comparte ese análisis? ¿Cuál es su impresión?
Respuesta.- Todo el ámbito político, periodístico e intelectual de este país ha dicho siempre que las organizaciones políticas teníamos que ser más democráticas, que teníamos que apostar por las consultas y por los debates, y el PSOE ha dado un ejemplo de democracia interna. Los debates o diálogos entre compañeros son muy necesarios para esclarecer las posiciones de cada modelo. Lo que se vio, independientemente de que efectivamente hubiera rifirrafes, que son lógicos, es que dimos un ejemplo de transparencia y de democracia interna.
P.- Usted siempre ha dicho que el 21-M, aunque haya más candidatos, se elige sólo entre dos proyectos. ¿Qué impresión sacó del posicionamiento de Patxi López en el debate? ¿Estuvo más cerca del de Susana que del suyo, como opinan algunos miembros de su equipo?
R.- En algunas ocasiones y en algunos momentos del debate, sí. No debe confundirnos que haya tres candidatos para saber que sólo hay dos modelos. Me extraña de Patxi López, que reclama una segunda vuelta en las primarias y luego se mantiene en que haya una tercera candidatura. Pero se olvida de que sólo hay dos proyectos. Y a mí me parece que el día 21 de mayo, para quien de verdad quiera renovar el partido, el único voto útil es el de la candidatura que yo represento.
P.- Entonces, ¿tuvo la sensación de que fue un debate de dos contra uno?
R.- En algunas ocasiones del debate entendí claramente el por qué Patxi López rechazó mi oferta de integración.
P.- ¿Y mantiene esa oferta de integración tras lo que sucedió en el debate? ¿A cinco días de las elecciones aún ve posible que eso ocurra?
"En algunos momentos del debate entendí claramente el por qué Patxi López rechazó mi oferta de integración"
R.- La mantengo. En el debate ya le dije muy claramente que su proyecto era nuestro proyecto porque muchas propuestas están integradas en el nuestro. Pero respeto que Patxi López se presente el 21 de mayo, aunque sigo creyendo que sólo hay dos modelos en juego: el que representa Susana Díaz, que tiene dos candidaturas; y el que representa la candidatura de la militancia, que es el que yo lidero.
P.- Hasta llegar al día de hoy, le han pasado muchas cosas. Siempre se habla del 1 de octubre como el punto de inflexión, pero muchos tienen la impresión que este punto de inflexión suyo fue en la entrevista que dio en Salvados donde dijo que había cambiado mucho en estos años. ¿En qué ha cambiado Pedro Sánchez? ¿Cómo es el nuevo Pedro Sánchez?
R.- Creo que la abstención nos cambió a todos. La percepción que tenía la ciudadanía y la militancia de mí, o de Susana Díaz o de Patxi López. El propio Patxi reconoció en un medio de comunicación que había tomado la decisión de presentarse a liderar el PSOE antes de esa abstención, aunque luego reconoció que había sido un error dicha postura. Si hubiera sido así, para aspirar a liderar el PSOE tenía que haber hecho lo que yo hice, renunciar al acta de diputado e intentar liderar al PSOE guardando y preservando esa coherencia. A Díaz le ocurrió algo muy contradictorio: pasar de liderar el "no" a Rajoy incluso después del 26 de junio a luego dar un volantazo y liderar la abstención al Partido Popular, con esa imposición a las bravas que se hizo en el Comité Federal. Y, en mi caso, creo que durante los últimos tres años he vivido en primera persona el cambio tan radical e intenso que se ha producido en el sistema político español. He aprendido que la socialdemocracia no tiene un problema con el pluripartidismo; el desafío que tiene es encontrar su espacio en el pluripartidismo.
P.- Tras esa entrevista, entró en un periodo como de hibernación. ¿Cómo lo pasó? ¿Estuvo a punto de tirar la toalla? ¿Qué le hizo cambiar?
"Diaz pasó de defender el no a Rajoy incluso después del 26-J a un volantazo para liderar la abstención"
R.- Sí, en muchos momentos pensé dejar la política y dedicarme a otra cosa. Pero he de reconocer que fueron los afiliados y las muchísimas plataformas que se crearon, primero, pidiendo un congreso y, después, unas primarias las que me animaron. Muchos de ellos me apoyaron y me reclamaron dar el paso, y creía que tenía el deber de reivindicar un proyecto en el que el PSOE, en la encrucijada en la que se encuentra, lo que no podía hacer era anclarse a la derecha, situarse en una posición subalterna a la derecha, sino ser la alternativa al Partido Popular. Si uno se pregunta como candidato, que siempre es el ABC de cualquier candidato, cuál es la razón que te anima a presentarte, en mi caso es que yo soy una persona profundamente de izquierdas y considero que, si el PSOE sigue en la senda impuesta tras el 1 de octubre, desgraciadamente este país no va a tener gobiernos de izquierdas durante mucho tiempo. Creo que el PSOE debe recuperar la senda de la credibilidad, la coherencia y tiene que volver a ser la fuerza de izquierda que ha sido durante estos últimos 35 años.
P.- ¿Y no le influyó el hecho de que Patxi López presentara su candidatura con mucha gente que estuvo a su lado hasta el 1 de octubre? ¿Se sintió traicionado o fue un revulsivo para tomar la decisión?
R.- No. Aunque el hecho de que algunos compañeros que me han acompañado en estos tres años apoyaran a Patxi López, desde el punto de vista personal, ha sido duro, muy duro. Desde el punto de vista político, creo que no han entendido la magnitud del cambio político que estamos viviendo, no sólo dentro del partido, sino también fuera. Yo creo que el PSOE se tiene que abrir al siglo XXI, que tiene que ser el partido de los militantes, no el partido de los notables, y creo que el PSOE no puede renunciar a vertebrar el cambio con otras fuerzas progresistas y crear alianzas con los sindicatos y otras fuerzas en el ámbito social que lo que quieren es cambiar la realidad de nuestro país. Y eso sólo lo puede hacer un PSOE coherente y creíble, y el PSOE de la abstención donde nos sitúa es en la tierra de nadie, que es lo que mejor le viene al Partido Popular.
P.- Pero le pido que haga un poco de autocrítica. ¿Por qué ha dejado tanta gente en el camino o le han dado la espalda? ¿Por qué la candidatura de Díaz ha reunido a gente tan diversa como Rubalcaba, Alfonso Guerra, Felipe González o Zapatero?
"Si el PSOE sigue en la senda del 1 de octubre, desgraciadamente este país no va a tener gobiernos de izquierdas durante mucho tiempo"
R.- Es ley de vida que lo que fue cambio hoy se resista a cambiar. Ha habido un cambio trascendental en nuestro sistema político y el PSOE se encuentra ante la encrucijada de, o bien adaptase y evolucionar como se hizo en 1974 o con las victorias de González o de Zapatero, que nos situaron en un escenario óptimo para ganar las elecciones y derrotar a la derecha, o bien languidecer con un continuismo que nos lleva a la melancolía. Y este es el desafío que tenemos por delante. Cuando veo a esta gente, que son personas que forman parte de la historia del PSOE, pienso siempre que con 35 años menos estarían defendiendo lo que nosotros defendemos: un PSOE de izquierdas donde la militancia decida.
P.- Hagamos hipótesis de lo que puede pasar el 21 de mayo. Gana claramente Susana Díaz. ¿Abandona la política como ha llegado a decir? ¿Se incorporaría al proyecto de la nueva dirigente del PSOE si se lo ofrece?
R.- He demostrado que no estoy en política por los cargos. Renuncié a ser secretario general y diputado por mantener la palabra dada, mi coherencia y la coherencia de un proyecto político. Si es así, yo haré lo que también exigiré en caso de ganar, que es lealtad con el resultado. Porque yo he sufrido durante estos tres años un cuestionamiento constante por parte de algunas personas que me apoyaron en el anterior proceso de primarias. He de recordar que Susana Díaz, a los tres meses de ser elegido secretario general con su apoyo, ya afirmó que tenía una estrategia distinta a la mía. Y tres meses después se publicó que el PSOE de Andalucía lideraría una moción de censura contra mí en el que caso de que no tuviéramos un resultado óptimo en las elecciones municipales y autonómicas. Por ello, yo exigiré lealtad y me aplicaré a mí mismo la lealtad. Y siempre voy a estar al servicio del partido. Soy socialista y no entiendo otra forma de ser socialista que militar en el PSOE.
P.- Otra hipótesis. Gana usted las primarias por escasa diferencia y, como se está viendo, con todo el poder orgánico del partido en su contra. ¿Cómo se gestiona ese liderazgo? ¿Corre el riesgo de volverse a encontrar en el escenario que ya ha vivido y de que vuelva a ser cuestionado?
"Pablo Iglesias quiere visualizar con la presentación de la moción de censura que las izquierdas de este país no se entienden"
R.- Ha habido dos posiciones previas a mi anuncio de presentarme como candidato. Una defendida por los socialistas vascos, como Ramón Jáuregui o Eduardo Madina, donde se decía que lo bueno para el PSOE es que hubiera una única candidatura, que no votara la militancia y que esto se solucionara a la vieja usanza, es decir, por arriba y no con el consenso y la participación de las bases. Y dos, lo que ha habido con el proceso de los avales es intentar por parte de Díaz ganar también el proceso de primarias antes de que los militantes votaran. Pero no ha ocurrido nada de eso, porque precisamente si algo ha demostrado esta candidatura de la militancia, así como los avales que hemos recogido, es que los militantes quieren votar porque son conscientes de que la única forma de reconstruir la unidad entre los afiliados y parte de la dirigencia tras la abstención al PP, es con el voto. Por ello, cuando escucho a Patxi López decir que nos estamos suicidando, que no hay que matarse entre candidatos, no se da cuenta de que está dando la razón a aquellos que defiende que sólo haya una candidatura y que los militantes no voten.
P.- Entonces, usted confía en que aunque gane por poco tendrá la legitimidad para mandar y no ser cuestionado en el partido. Además, luego hay un congreso donde lo orgánico suele imponer su criterio. ¿Teme que le hagan la Ejecutiva?
R.- Confío en que será así. Y en el congreso habrá que hacer una Ejecutiva e integrar a todas las sensibilidades porque habrá que hacer del liderazgo del PSOE un liderazgo plural y diverso. Pero a los liderazgos los definen los proyectos, y nosotros hemos hecho un proyecto en tres meses con más de diez mil compañeros, más de 300 expertos de fuera y de dentro del partido, y todo eso significa que quiero un liderazgo plural, diverso e integrador. Por eso, a partir del 21 de mayo mi voluntad será integrar a todas las sensibilidades del partido y también cumplir mi palabra dada con los militantes, porque es evidente que tenemos que cambiar algunas dinámicas dentro de nuestra organización. Y después del 21 viene el 22, y el 23 y el 24… Pero mi objetivo es reorientar al PSOE hacia las coordenadas que yo entiendo que pueden hacer a nuestro partido una organización ganadora.
P.- Por tanto, en la hipótesis de que usted ganara ampliamente mantiene que apostará por la integración. ¿Incluye también a Susana Díaz?
R.- Sin duda. Hace tres años le hice a Susana Díaz un ofrecimiento que sigue en pie: que ella trabaje en la Junta de Andalucía liderando el socialismo andaluz y que me ayude a nivel de España a derrotar a la derecha.
P.- Pero han pasado muchas cosas desde entonces. ¿Qué opina de ella? ¿Es tan mala como dicen o la han dibujado así?
"El Gobierno de Rajoy es censurable, y no descarto una moción de censura como se intentó en la investidura, pero es cuestión de números"
R.- No lo creo. Tengo más cosas que me unen a Susana que las que me separan. Eso sí, entiendo que el poder dentro de una organización tiene que ser distinto, que la organización debe caminar hacia modelos de participación mucho más plurales, integradores y horizontales. De ahí mi defensa de las primarias y de las consultas a la militancia. Por ello, no me gustó que el acuerdo entre Ciudadanos y el PSOE-A no se refrendara en el Comité director; ni los militantes pudieron hacerlo. Por eso creo que es importante que lo regulemos. Y eso es reivindicar lo mejor del PSOE, fórmulas que combinan la democracia participativa con la democracia representativa.
P.- Sobre la moción de Podemos se ha pronunciado usted claramente en contra, pero no ha sido tan explícito con que si usted gana y lidera el PSOE plantearía que el Grupo Socialista presentara una moción de censura. ¿Qué haría?
R.- Hasta el 21 de mayo estamos en un proceso de primarias y lo mejor que puedo hacer ahora para que Rajoy pierda las elecciones es que gane este proyecto político. En cuanto a la moción, me sorprende que algunos compañeros entiendan que Podemos la quiere presentar para meterle el dedo en el ojo al PSOE. Y yo me pregunto: ¿y que esperaban? El error es nuestro por haber esperado nueve meses para resolver la crisis de liderazgo en nuestra organización, porque un PSOE sin líder está beneficiando a Mariano Rajoy y a Pablo Iglesias. A partir de ahí, la moción de censura es una cuestión de números, no de montar números, y creo que Pablo Iglesias se ha equivocado en la forma de presentarlo, porque una moción de censura se gana a fuerza de diálogo y negociación, y no a golpe de rueda de prensa. Además, venimos de hace un año, donde hubo una enorme frustración entre los millones de progresistas que deseábamos cambiar el Gobierno y que lo que constataron fue la división de las izquierdas. Creo que Pablo Iglesias da la sensación de que, más que ganar una moción de censura, quiere volver a visualizar que las izquierdas en este país no se entienden, y en ese juego nosotros no vamos a entrar.
P.- Pero descarta una moción de censura presentada por el PSOE que, incluso, podría ser encabezada por usted, ya que como sabe no se necesita ser diputado para ser elegido presiente.
"La única fórmula de reconstruir la unidad entre la militancia y la dirigencia tras la abstención al PP, es con el voto"
R.- Yo no descarto nada. Si me dice que el Gobierno de Mariano Rajoy es censurable, yo le digo que sí, pero eso se tendrá que ver a partir del 21 de mayo, constatando el nivel de corrupción que tiene el PP. En todo caso, la primera medida que voy a poner encima de la mesa si soy secretario general es pedir la dimisión de Rajoy.
P.- ¿Podría plantearse volver a intentar lo que hizo en la investidura presentándolo ahora como moción de censura?
R.- Insisto, yo no descarto nada. Pero hay que recordar que las mociones de censura son constructivas, que son una cuestión de números. Lo que no voy a hacer es participar de ninguna moción de censura que añada más frustración a los millones de progresistas que lo que quieren es cambiar el Gobierno y no ver cómo las izquierdas se dividen. Y, en todo caso, la moción la lideraría el PSOE porque nosotros lideramos la oposición.
P.- Por último, en la última entrevista que hizo para Público antes de las elecciones especulamos si ese agosto sus hijas iban a estar en La Moncloa o en Mojácar. Si gana las primarias, ¿ve a sus hijas tras las próximas elecciones viviendo en Palacio?
R.- Ja, ja, ja, ja. A ellas yo las veo felices y disfrutando de la vida. Pero yo trabajo para que el PSOE sea la primera fuerza política de este país. Creo que han pasado muchas cosas estos meses y que la abstención abrió las puertas a que el PSOE sea la tercera fuerza política. Y creo que algunos compañeros no han entendido que lo que se estaba jugando, como consecuencia de nuestros errores en la salida del Gobierno en 2011, es quién lideraba la izquierda durante estos tres años. Eso se solventó en las dos últimas elecciones claramente a favor del PSOE, pero lo que ocurrió el 1 de octubre volvió a abrir y a cuestionar quién va a liderar la izquierda en los próximos años. Y por eso me presento, para que el PSOE recupere el liderazgo claro y para tener una izquierda capaz de parar a la derecha.
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