Partidos de Sumar temen que la incertidumbre catalana dé al traste también los Presupuestos de 2025
Varias fuentes del grupo parlamentario consultadas reconocen una cierta inquietud con el clima que pueda generar en el Congreso el enredo en Catalunya. El Partido Socialista pide paciencia para "hacer la digestión" tras las elecciones.
Madrid-Actualizado a
El inicio de las negociaciones para los Presupuestos Generales (PGE) de 2025 se va acercando. La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, deslizó en una entrevista en Radio Nacional de España (RNE) que espera empezar a hablar en verano. Dentro de su grupo parlamentario, hay un cierto nerviosismo por que el clima de incertidumbre que se vive en Catalunya y, en especial, los posibles desenlaces que tenga compliquen el entendimiento en Madrid.
Aunque el nivel de inquietud va por familias, sí hay un convencimiento general de que aprobar los Presupuestos de 2025 es fundamental para que la legislatura tenga continuidad. Fuentes de Compromís, una de las formaciones integradas en el Grupo Parlamentario de Sumar, son claras en ese sentido y consideran que si no se consiguen aprobar las cuentas del año que viene, la legislatura se puede dar por terminada. "Sin esos Presupuestos, no hay legislatura".
Los valencianos no son alarmistas, pero tampoco niegan que el escenario postelectoral en Catalunya pueda tener una repercusión estatal. Preocupa que los Presupuestos se puedan ver afectados. Coincide con ellos Jorge Pueyo, de Chunta Aragonesista. El diputado asume que la exigencia de los dos partidos independentistas catalanes es, de por sí, alta en esta legislatura, pero también que, dependiendo de cómo termine resolviéndose el enredo catalán, puede extremarse.
"Si los catalanes van a apretar, los aragoneses también", remata, en conversación con Público.
Por su parte, un peso pesado de Sumar en el grupo parlamentario reconoce la intranquilidad que produce la pugna, en Catalunya, entre el PSC de Salvador Illa y Carles Puigdemont y la posibilidad de que afecte a la gobernabilidad a nivel nacional. Todo ello, añadido al hecho de que Esquerra Republicana se ha visto obligada a sumirse en un proceso de reflexión y, quién sabe, si reconfiguración del espacio. Hay que tener en cuenta que ERC y Junts son fundamentales para la estabilidad de una legislatura aritméticamente tan apretada. Todo ello podría contaminar la negociación de los Presupuestos, pero, en su caso, apuesta con convencimiento que se terminarán aprobando.
Apunta, además, una clave que tiene que ver con el cambio de un escenario que ha sido habitual en los últimos tiempos. Normalmente, en el Estado ha gobernado un partido —en este caso es el PSOE, aunque muchas legislaturas ha sido el PP— y en Catalunya uno de los dos partidos de matriz catalana, como Esquerra Republicana o la antigua Convergència. Eso permite un cierto juego de intereses que puede beneficiar a la estabilidad, especialmente si un Gobierno depende de los diputados de la formación que ostenta el otro Gobierno y viceversa. Eso podría romperse si gobierna Salvador Illa, la opción más plausible. En ese caso, gobernaría el PSOE —o bien solo, o bien en coalición— en minoría en las dos arenas: nacional y autonómica.
En el PSOE no hay preocupación
Desde el Gobierno insisten en que la legislatura no corre ningún peligro, de la misma forma que lo trasladaron cuando Pedro Sánchez renunció a sacar hacia adelante los Presupuestos de 2024 tras la convocatoria electoral de Pere Aragonès. Patxi López, portavoz de los socialistas en el Congreso, pide tranquilidad. "Solo han pasado 48 horas, hay que hacer la digestión", ha explicado en rueda de prensa.
En la misma línea, Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, ha alejado cualquier fantasma de que la legislatura pueda correr ningún peligro. "A esta legislatura le quedan tres años", ha zanjado.
Es una pretensión que comparten todas las fuentes de Sumar consultadas. En el entorno de Més per Mallorca insisten en que "es fundamental que la legislatura sea larga para poder llevar a cabo todas las políticas necesarias para la ciudadanía" y esperan "que nadie intente aventuras raras" que puedan ponerla en peligro.
Todavía es pronto y nadie quiere correr más de la cuenta, pero el precedente de los Presupuestos de 2024 a los que renunció Sánchez —algo que fue ampliamente criticado por sus aliados—, la ya de por sí compleja legislatura, que no ha conseguido terminar de despegar, y la difícil solución del rompecabezas catalán mantienen a sus socios de Gobierno, por lo menos, en alerta.
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