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Izquierdas y derechas chocan en política migratoria y gasto militar en el debate decisivo de las europeas

Teresa Ribera, la candidata socialista, ocupa un papel central en el debate gracias a la confrontación con Dolors Montserrat (PP) o Jorge Buxadé (Vox) y, a su vez, por las exigencias de los partidos a la izquierda del PSOE.

Debate
Los candidatos posan antes del debate.  KIKO HUESCA / Europa Press

Vísperas del último día de campaña y debate decisivo con nueve candidatos. Es la última vez que se ven antes de la cita con las urnas de este domingo, día 9 de junio. Partido Socialista (PSOE), Partido Popular (PP), Ciudadanos, Podemos, Vox, Ahora Repúblicas, Junts+, Coalición por una Europa Solidaria (CEUS) y Sumar han debatido en un momento en el que las encuestas empiezan a dibujar un empate técnico entre los dos principales partidos. Se prevé un domingo ajustado. La confrontación más radical entre izquierdas y derechas, este jueves, ha sido a cuenta de la inmigración y el gasto militar.

Teresa Ribera (PSOE) y Dolors Montserrat (PP) han exhibido tensión ya en los primeros compases de una difícil conversación a nueve bandas. La candidata del PP ha aludido a la ley de amnistía: "No hay nada más antidemocrático que entregar la legalidad española a un prófugo de la justicia". Ribera ha puesto en valor la normalización de la vida política en Catalunya que, de acuerdo con la candidata socialista, ha logrado el Gobierno de Pedro Sánchez. Además, ha acusado al PP de adoptar el discurso de la extrema derecha de Vox.

También Irene Montero ha confrontado con Ribera. Le ha exigido que reconociera el conflicto entre Israel y Palestina como un genocidio. La socialista no ha recogido el guante. "Si no vamos a la Corte Internacional de Justicia a denunciar a Benjamín Netanyahu, ¿a qué vamos a ir?", ha insistido la candidata de Podemos: "La paz y el fin del genocidio es la tarea más importante que tiene Europa".

También la candidata de Sumar, Estrella Galán, ha pedido una "condena firme del genocidio" y ha exigido sentar a Netanyahu en el banquillo. Por su parte, Jorge Buxadé y Jordi Cañas, los candidatos de Vox y Ciudadanos respectivamente, le han querido quitar importancia al asunto y han asegurado que no es algo que se encuentre entre las grandes preocupaciones de la gente.

También el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha tenido su espacio al principio del debate. Galán ha pedido a Ribera que su partido, el PSOE, se lance con decisión a la renovación del poder judicial y ha afeado que entre las dos cartas de Pedro Sánchez a la ciudadanía no se hayan llevado a cabo medidas en ese sentido. A su vez, la propia Teresa Ribera ha afeado a Dolors Montserrat (PP) que lo mantenga bloqueado.

Todas esas interpelaciones a Ribera ―que han llegado tanto desde los partidos a su izquierda, como desde la derecha y la extrema derecha― le han conferido un papel central en el debate, que ha aprovechado para defender la gestión del Gobierno de Sánchez y, además, para colocar al PSOE en el papel de dique contra la extrema derecha. La multitud de frentes abiertos han permitido a Ribera seleccionar con quién entraba al cuerpo a cuerpo. Ha preferido hacerlo con PP y Vox.

Grandes diferencias en inmigración y gasto militar

La inmigración ha generado una de las brechas más profundas de todo el debate. Junto al gasto militar, ha sido el punto más caliente de la noche. Las izquierdas, casi al unísono, han defendido una Europa en la que "no hay un nosotros y un ellos", en palabras de Diana Riba.

Tanto ella, como Estrella Galán o Irene Montero han rechazado que se criminalice a los migrantes, algo que ha hecho sin ambages el ultraderechista Jorge Buxadé. Galán ha insistido en que los inmigrantes "aportan riqueza", mientras que Montero ha explicado que España debe ser un país en cuyas fronteras no haya concertinas, sino que "tiene que haber mantas, comida caliente y acogida".

Montserrat ha alabado el pacto migratorio alcanzado en la Unión Europea (UE), ha dado importancia a la lucha contra las mafias y ha defendido una inmigración "legal y vinculada al empleo". Por su parte, Oihane Agirregoitia, candidata de CEUS, una candidatura que conforman el PNV o Coalición Canaria entre otras formaciones, ha defendido tratar el tema de la inmigración "desde la centralidad" y ha puesto sobre la mesa el papel de las regiones ultraperiféricas, que soportan una especial carga migratoria.

Aleix Sarri, representante de Junts+ ante la ausencia de Toni Comín, que no puede entrar en España, ha deslizado que la carga migratoria "debería repartirse mejor entre los distintos países", al tiempo que ha vuelto a reivindicar las competencias en inmigración para Catalunya.

Otro gran motivo de choque y discusión ha sido el modelo de la UE en materia de defensa. Sumar, Ahora Repúblicas y Podemos han defendido dedicar menos dinero a la inversión militar y más a profundizar en los derechos de la ciudadanía. Han insistido en que gastar más dinero en armas es quitárselo a otros sectores

Montero ha negado que la forma de solucionar la guerra de Ucrania sea invirtiendo en armas, un punto en el que ha confrontado con Jorge Buxadé (Vox) y Jordi Cañas (Ciudadanos), que ha defendido una Europa "con voz autónoma en su defensa" y que "no dependa de aliados". "Hay que defender el reducto de paz que es Europa", ha abrochado Teresa Ribera.

Respuestas a la crisis climática

La necesidad de dar respuesta a la crisis climática es compartida por la práctica totalidad de los candidatos. Ha habido diferencias en la fórmula más que en el fondo. Agirregoitia ha hablado de industria y ha pedido moderación y equilibrio a la hora de construir políticas climáticas, en la línea de Dolors Montserrat, mientras que las izquierdas han defendido que con una economía de guerra es imposible encarar retos como el de la crisis climática. 

Con todo, el debate ha servido a los candidatos para evidenciar la distancia entre sus discursos y para hablar de temas importantes para sus electorados. Ahora Repúblicas y Junts, por ejemplo, han reclamado el uso en la UE de las lenguas oficiales. El PP, por su parte, no ha perdido la oportunidad de echar mano de la amnistía o de Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, a la que acusa de corrupción.

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