Las negociaciones para la investidura condicionarán el tercer debate de política general de la era Aragonès
El president será el encargado de abrir el debate el martes, con un discurso en el que reivindicará el trabajo del Govern y reclamará la amnistía y el referéndum.
Barcelona-
Pere Aragonès afrontará a partir de este martes su tercer debate de política general como president, en un contexto absolutamente diferente al de los dos precedentes.
A pesar de tratarse de un debate del Parlament, en esta ocasión estará influenciado enormemente por la política estatal, puesto que llega en plenas negociaciones de ERC y Junts para la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente español, y con la aprobación de una amnistía para el procés más plausible que nunca.
Cuestiones que no se obviarán en la intervención inicial de Aragonés, que abrirá la cita a las diez de la mañana, mientras que las réplicas de la oposición llegarán el día siguiente, el miércoles, y las propuestas de resolución se votarán viernes.
En 2021, apenas hacía unos meses que se había puesto en marcha su gobierno y la cita le sirvió para marcar las prioridades y defender la mesa de diálogo entre el Ejecutivo catalán y el estatal sobre el conflicto político, ya sometida a las críticas de Junts y la CUP.
El año pasado, en cambio, el debate supuso el inicio de la crisis final entre ERC y Junts, que culminaría pocos días después con la salida del partido de Laura Borràs y Carles Puigdemont de la Generalitat. La razón fue la demanda de Junts a Aragonès de someterse a una cuestión de confianza, que eclipsó totalmente la propuesta del president de impulsar un acuerdo de claridad para definir las condiciones en que podría celebrarse un referéndum de autodeterminación de Catalunya.
De este modo, será el primer debate de política general con ERC en solitario en el Govern, una situación que los republicanos no han podido rentabilizar a nivel electoral, después de encadenar dos grandes batacazos en las urnas (primero en las municipales de mayo, y posteriormente en las generales de julio).
Desde la salida de Junts del Ejecutivo, los republicanos arrastran una evidente debilidad parlamentaria
Además, desde la salida de Junts del Ejecutivo, los republicanos arrastran una evidente debilidad parlamentaria -el Govern sólo tiene el apoyo de 33 de los 135 diputados-, hecho que les ha comportado varias derrotas en votaciones, sin consolidar un socio estable en una época del año ya decisiva para hilvanar los presupuestos del 2024.
Por todo ello, Aragonès intentará marcar perfil presidencial, reivindicar el trabajo hecho y hacer propuestas concretas encaminadas a "mejorar la vida de la ciudadanía", según han avanzado fuentes de Presidencia. La previsión es que su primera intervención sea un discurso largo, pero, sin ningún tipo de duda, buena parte de los focos estarán centrados en lo que pueda decir con relación a las negociaciones de la investidura española.
A pesar de la voluntad expresada por el Govern de que el debate en el Parlament mantenga toda su entidad, no se puede obviar que la política estatal sobrevolará seguramente como nunca la cámara del Parque de la Ciutadella. Básicamente porque, simultáneamente, el Congreso vivirá la semana de la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo, episodio que el PSOE ha situado como pistoletazo de salida para las negociaciones oficiales con ERC y Junts para lograr la reelección de Pedro Sánchez.
Discurso en tres bloques
Según han avanzado fuentes de Presidencia, el discurso se dividirá en tres grandes bloques. En la primera parte, Aragonès hará balance de la obra del Gobierno y defenderá que se están ejecutando los compromisos.
El pasado martes, el Ejecutivo situó en el 58,5% el cumplimiento del plan de gobierno, con los ejes de la transformación verde (62%) y la transformación feminista (60%) como los más avanzados. Según los datos de la Generalitat, el 95% de las medidas y submedidas previstas para el mandato se están ejecutando, y el 16% ya están finalizadas.
Paralelamente, el president prevé repasar la situación en ámbitos claves, como la lucha contra la desigualdad, la vivienda, las energías renovables, la lengua, la sanidad o la educación. En el segundo bloque, la intención es hacer propuestas concretas, centradas en mejorar la vida de la ciudadanía y seguir facilitando las "grandes transformaciones de país". Hace un año, por ejemplo, habló de la puesta en marcha de un "escudo social" de 300 millones de euros para paliar los efectos de la inflación entre la ciudadanía.
Aragonès insistirá en el referéndum como herramienta imprescindible para resolver el conflicto de fondo
Y, finalmente, en el tercer ámbito es donde se abordaría el conflicto político y las negociaciones de la investidura. En este sentido, como ya hizo en su discurso institucional por la Diada, insistirá en el referéndum como herramienta imprescindible para resolver el conflicto de fondo. Asimismo, es probable que vuelva a reivindicar el acuerdo de claridad, 12 meses después de ponerlo encima de la mesa por primera vez.
También hará referencia a la amnistía, pero como paso necesario para plantearse la investidura de Sánchez y poder abordar el conflicto con el Estado. De hecho, en los últimos días, buena parte de la cúpula de ERC (como su presidente, Oriol Junqueras, o la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà) ha dado la amnistía por hecho, una opción que el resto de actores desmienten.
Con todo, sí que es cierto que el camino hacia una amnistía parece haberse allanado enormemente después de las palabras de Pedro Sánchez en la asamblea de la ONU, en Nueva York. "La crisis política nunca tuvo que derivar en la Justicia, lo que he hecho desde entonces es tratar de devolver a la política lo que nunca tuvo que salir de la política", reconoció.
En cualquier caso, las negociaciones se prevén complejas, y tampoco se puede dar por supuesto que culminen con un "sí", teniendo en cuenta también la pugna entre ERC y Junts para intentar capitalizar los posibles éxitos del independentismo. A pesar de que en la práctica la demanda de la amnistía es compartida, la negociación de las dos formaciones con el PSOE será en paralelo y en solitario, sin la coordinación o unidad que desde las generales han reivindicado especialmente los republicanos.
Paralelamente, Esquerra -y ha insistido en ello Aragonés en sus últimas intervenciones- pone también el foco en demandas más materiales, como, por ejemplo, resolver el déficit fiscal de Catalunya o el traspaso completo de Rodalies a la Generalitat, para allanar el voto afirmativo a Sánchez.
Los presupuestos de 2024, en espera
A falta de comprobar qué propuestas de resolución presenta el independentismo alrededor del referéndum y, sobre todo, la amnistía, el debate de política general también debe servir de termómetro para comprobar la salud del Govern y sus posibilidades de llegar al final de la legislatura, que teóricamente tendría que ser en invierno de 2025.
El PSC y En Comú Podem critican que no se haya iniciado todavía ninguna negociación sobre los presupuestos de 2024
Difícilmente la oposición compartirá el balance relativamente triunfalista de su actuación. Además, en los últimos días ya se han podido escuchar quejas tanto del PSC como de En Comú Podem, porque no se ha iniciado todavía ninguna negociación sobre los presupuestos de la Generalitat del 2024.
El PSC, directamente, ha denunciado lo que considera un bajo nivel de cumplimiento del acuerdo presupuestario del 2023, que salió adelante gracias a sus votos y a los de los Comuns. Pese a las críticas, ambos partidos se muestran dispuestos a abordar las futuras cuentas. Aunque la prioridad de ERC es que los presupuestos de 2024 se aprueben con el apoyo de Junts, en esta ocasión los republicanos no vetan de entrada a la formación de Salvador Illa, cosa que sí hicieron el año pasado antes de que la necesidad los llevara a moverse de posición.
El 20 de junio, la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, anunció que el Govern había puesto en marcha la maquinaria para la elaboración de las cuentas del 2024, pero, tres meses después, la realidad es que se ha avanzado mucho menos de lo previsto.
La Generalitat hace responsable de ello Ejecutivo español, puesto que, según ha denunciado la titular de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, no le ha hecho llegar la previsión de ingresos del modelo de financiación que le corresponden, que suponen más del 80% de los recursos disponibles para la Generalitat.
Sea como fuere, el debate de política general marcará el inicio del curso político-institucional en Catalunya y supondrá el disparo de salida de unos meses frenéticos, con las negociaciones para la posible investidura de Sánchez y sus derivadas -como la amnistía- como principal foco de interés. Todo esto sin menospreciar cuestiones como la aprobación de los presupuestos de la Generalitat, que, si se culminara, casi garantizaría a Aragonés poder completar la legislatura, a pesar de su debilidad parlamentaria.
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