El Gobierno andaluz ha sacado adelante este miércoles en el Parlamento dos polémicas leyes para crear sendas universidades privadas –la Fernando III, católica, y la Utamed, de un fondo de inversión, a distancia– en Andalucía. Estos centros podrán nacer así por la voluntad política de PP y Vox, que votaron a favor, y con la frontal oposición de la izquierda (PSOE, Por Andalucía y Adelante), que se posicionaron en contra.

Ambas leyes (una nueva universidad debe ser aprobada por ley) se han aprobado a pesar de las severas críticas recibidas por las agencias de evaluación y, también, entre otros, de los rectores de las universidades públicas, que han puesto en cuestión la calidad de los proyectos y la normativa aplicada para lanzarlos, con argumentos de calibre pesado, a lo largo de toda la tramitación de estos proyectos.

El consejero de Universidades, José Carlos Villamandos, que fue él mismo rector en Jaén, manifestó ese miércoles en el Parlamento, que "es ahora cuando empieza el trabajo y la andadura" de las universidades, que tienen cinco años para arrancar.

Así, frente a las críticas, Villamandos dijo: "Ahora van a tener que demostrar fehacientemente la verificación de sus títulos, su personal, y hasta que no esté todo, no podrán abrir sus puertas. Ahí es donde empieza la calidad".

El consejero agregó: "Estas universidades no reciben ni un euro de la Junta de Andalucía. Estaremos vigilantes para el cumplimiento de laye y de su desarrollo y seguiremos defendiendo la universidad pública. Tiene que evaluarse la calidad y son los centros los que tienen que cumplir". 

En Andalucía, hoy, hay diez universidades públicas y una privada, la Loyola, impulsada por los jesuitas, con campus en Sevilla y Córdoba. Con estos dos centros, serán diez y tres. Hay además otros dos proyectos en marcha, Alfonso X el Sabio Mare Nostrum y Universidad Europea de Andalucía, que también rechazan los rectores por su falta de calidad. 

El parlamentario del PSOE Antonio Ruiz tachó de "despropósito" estas leyes y de "singular, extraño e irregular" el procedimiento seguido. La portavoz adjunta de Por Andalucía, Esperanza Gómez, manifestó que existía "un fraude de ley", lo que "demuestra que el Gobierno de Moreno sabe que esta ley se puede tumbar".

Las críticas de los rectores

Los rectores de las universidades públicas de Andalucía no están en contra per se de las universidades privadas, pero sí exigen el "cumplimiento estricto y riguroso" de la ley que permite su creación y que se cumplan con los estándares de calidad necesarios, según expresó Francisco Oliva Blázquez, presidente de la Asociación de Universidades Públicas Andaluzas en el Parlamento, durante el trámite de escucha de los agentes sociales, el pasado mes de julio.

La rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña Guerrero, fue también entonces muy clara al respecto. Manifestó, después de argumentar la baja calidad de los proyectos: "Habrá otras motivaciones que nosotros desconocemos, […] pero cumplir con la calidad que debe exigirse a una formación universitaria a la que van a ir a estudiar nuestros hijos e hijas, que van a ser los futuros profesionales que estén en el mundo laboral en unos años, con eso no se ha cumplido", dijo.

Para la oposición, el caso de la Universidad Utamed es particularmente grave: "Cuando uno ve el expediente ya se huele que es un chiringuito. Detrás está un fondo. Son gentuza, que desahucian gente", dijo José Ignacio García, de Adelante Andalucía. La palabra utilizada, "gentuza", provocó una reprimenda al diputado del presidente del Parlamento, Jesús Aguirre: "Ofende por ofender. Esta es la casa de todos los andaluces, de la palabra. Deje de insultar".

Esta universidad Utamed fue impulsada la pasada legislatura por Ciudadanos en el gobierno andaluz y es un proyecto próximo al hoy fallecido exconsejero de Educación, Javier Imbroda. Este centro recibió fuertes críticas de la Agencia de Acreditación Andaluza por el lado de su configuración jurídica, que ofrecía dudas por opacidad y también sobre el proyecto mismo.

Al respecto de esta universidad, la rectora Peña, según recoge el diario de sesiones dijo: "El informe era tan demoledor que no podíamos dar crédito cuando se siguió tramitando esta universidad".

Luego, añadió: "Al igual que en el caso de la Universidad Fernando III, esta universidad no aporta absolutamente ninguna titulación innovadora, complementaria, que no exista ya en el sistema universitario andaluz o que pueda vincularse a un desarrollo tecnológico e innovador de nuestra comunidad, ni siquiera que pueda suministrar profesionales a esos nichos que ahora se están desarrollando, por ejemplo, en energías renovables, en aspectos tecnológicos".

"Vuelve a ser un catálogo repetitivo que recoge las listas de espera de las universidades públicas y que, además, tiene componentes muy preocupantes. Utamed se plantea como una universidad virtual y, sin embargo, ofrece títulos que son esencialmente presenciales y que comportan, además, prácticas muy importantes", agregó.