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Un monolito, cinco denuncias y el silencio de un rey por los republicanos en campos nazis
El Gobierno inaugura este jueves un memorial en recuerdo de los españoles que fueron deportados a los campos de concentración nazis. La ARMH acompaña a cinco descendientes gallegos de deportados en la presentación de denuncias ante la Justicia de Argentina y critica que el rey Felipe VI no hiciera ninguna referencia a las víctimas republicanas en su discurso en Jerusalén.
Alejandro Torrús
Madrid-
El Gobierno inaugura este jueves un monolito en memoria de todos los españoles que sufrieron los campos nazis. La inmensa mayoría: republicanos antifranquistas. El memorial se ha instalado en los jardines de Nuevos Ministerios (Madrid) justo frente al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. A la presentación acudirá la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo junto al presidente de la Amical de Mauthausen, Enric Garriga.
"Llevamos pidiendo este reconocimiento desde hace muchos años y a muchos gobiernos de diferentes ideologías. Así que para nosotros este paso es importante", señala la vicepresidenta de la Amical, Concha Díaz, en conversación telefónica con Público.
"Llevamos pidiendo este reconocimiento desde hace muchos años y a muchos gobiernos de diferentes ideologías" señala Concha Díaz
Concha Díaz, no obstante, señala que la instalación del monolito debe ser solo el primer paso de una serie de tareas que el Estado tiene que asumir. "Tenemos pendiente un reconocimiento jurídico de las víctimas y también, entre otras cosas, que se incorpore este asunto en los temarios de las escuelas", pide Concha Díaz, que participó el lunes en el Senado en el Acto de Estado en memoria de las víctimas del Holocausto.
La política de reconocimiento y símbolos en recuerdo a las víctimas que comienza a aplicar el Ejecutivo socialista, sin embargo, sabe a poco para otras víctimas y asociaciones memorialistas. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) considera que las familias de los republicanos españoles deportados a los campos nazis fueron "marginadas" en el Acto de Estado en el Senado en Memoria de las víctimas del Holocausto y califica de "minúscula" la representación de las familias de las víctimas.
"Las víctimas republicanas, quizá por esa condición, son marginadas del acto del Senado que debería estar lleno de sus descendientes", denuncia Emilio Silva
"Nadie puede imaginar un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo en la que sus familias no tengan el principal protagonismo y no lo protagonicen; pero con las víctimas republicanas, quizá por esa condición, son marginadas del acto del Senado que debería estar lleno de sus descendientes", señala el presidente de la Asociación, Emilio Silva, que pide que el próximo año el acto sea organizado de nuevo por el Ministerio de Justicia, tal y como se hacía previamente.
La ARMH, de hecho, acompañó el martes a los descendientes de cinco gallegos que fueron deportados a los campos nazis que presentaron cinco denuncias en el Consulado de Argentina en Vigo para unirse a la conocida como querella argentina, la única causa judicial abierta que investiga los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo y que tiene lugar en el juzgado central de Buenos Aires que corre a cargo de la jueza María Servini.
Se trata de los descendientes de Francisco Pena Romero, un vecino de Boiro (A Coruña) que consiguió sobrevivir a los campos de Mauthausen y Gusen; Arturo González Bastos, quien falleció en el subcampo de Meppen-Dalum el 10 de febrero de 1945 tras ser detenido por autoridades nazis en Francia; Ramón Garrido Vidal, superviviente del campo de Dachau; José Ferradás Pastoriza, que murió en el campo de Gusen en septiembre de 1941; y Domingo Castro, que fue asesinado en el Castillo de Hartheim por los nazis el 2 de febrero de 1942.
Estos casos, no obstante, no serán los únicos que lleguen a los tribunales argentinos. La asociación memorialista presentará en las próximas fechas, al menos, otras 15 denuncias entre los 193 casos de deportados gallegos que acabaron en campos de exterminio nazis.
Carmen García Rodeja, miembro de la ARMH en Galicia, ha explicado que el objetivo de estas denuncias es doble. Por una parte, buscan "obtener justicia" y "un reconocimiento institucional" porque estas personas "no eran unos apátridas, como sostenía el régimen franquista". Por otro, también una reparación que no encuentran en España.
"Los descendientes son escuchados, pueden explicar el caso y circunstancias del familiar que sufrió los campos nazis. Eso ya es reparador. Son personas que no están acostumbradas a que se les escuche y que, además, cuando se celebran homenajes institucionales tampoco reciben llamadas ni invitaciones", ha señalado García Rodeja.
El silencio de un rey
La ARMH también ha lamentado que Felipe VI no haya tenido palabras de reconocimiento para los miles de españoles que pasaron por los campos de concentración nazis y que, en su inmensa mayoría, lo hicieron por su condición de republicanos y antifascistas. El monarca participó en los actos de conmemoración del Holocausto tanto en Jerusalén, donde pronunció un discurso, como en el campo de exterminio de Auschwitch, donde participó en una ofrenda florar. En ninguno de los dos lugares hubo espacio para los españoles que sufrieron la barbarie nazi.
"La actitud de Felipe VI es una continuidad con la política que inició Juan Carlos I cuando dos semanas antes del referéndum sobre la Constitución viajó a México para fotografiarse con la viuda de Azaña. Van fuera a decir que dentro no hay problemas con el pasado. Pero es hora de que las cosas se traten también dentro y hubiese estado bien que Felipe, en su intervención en Jerusalén, se hubiera acordado de sus cerca de 10.000 compatriotas que sufrieron en los campos nazis por su condición de republicanos", Emilio Silva.
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