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Los mitos de la 'guerra contra el terror' que utilizaron Bush y Aznar para justificar la cruzada en Afganistán
Alejandro Pozo, investigador del Centro Delàs, está a punto de publicar un detallado trabajo en el que recoge "estereotipos, lugares comunes, malos entendidos y debates relacionados con el terrorismo y las maneras escogidas para enfrentarlo".
Bilbao-
Afganistán no despierta de la pesadilla. 20 años después de que EEUU decidiera lanzar allí una de sus principales acciones de la denominada 'guerra global contra el terror', el país asiático vuelve a estar bajo el control de los talibanes. Los mitos que atravesaron estas dos décadas de intervenciones militares y recortes de derechos están hoy contenidos en un libro que acaba de concluir Alejandro Pozo, investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz.
"Si escribiera el libro ahora, destacaría uno que no incluye el libro: que la población afgana haya estado estos veinte años en tan buena situación como se ha transmitido, en particular más allá de los grandes núcleos habitados", apunta Pozo, autor de La guerra contra el terror. 40 mitos entre la invasión y el abandono de Afganistán (Editorial Icaria), un libro que está a punto de ver la luz y que este experto empezó a escribir mucho antes de que los talibanes se hicieran con el poder.
"El libro estaba pensado para el vigésimo aniversario del 11-S, y se completó antes del verano. Sin embargo, a mi entender lo acontecido en estos últimos dos meses es compatible con lo escrito y por eso no se ha modificado el texto", relata el autor a Público.
Este verano, con los talibanes copando nuevamente las pantallas, Pozo ha vuelto a experimentar una sensación parecida a la que tuvo hace veinte años, cuando se encontraba en las zonas fronterizas entre Pakistán y Afganistán. "Entonces, Afganistán solo era objeto de atención puntual y el 11-S produjo una avalancha de traducciones y nuevas obras", sostiene.
En tal sentido, explica que este libro "no está escrito a toda prisa a partir de lo sucedido este verano". "Quien lo lea –subraya– podrá estar o no de acuerdo, pero ha estado elaborado durante meses tras una reflexión que, en algunos casos, no está cerrada tras veinte años".
Dos décadas y miles de muertos después, hoy vuelve a estar sobre la mesa el debate sobre lo que significó la 'guerra contra el terror' tanto dentro como fuera de Afganistán. Es precisamente en ese contexto en el que Pozo habla y desnuda una serie de mitos, muchos de ellos relacionados directamente con la pesadilla afgana.
En esa línea, el libro apunta hacia ciertos argumentos de estos años, como que "los talibanes hayan sido considerados un grupo terrorista, que haya habido una operación de mantenimiento de la paz en Afganistán –nunca hubo allí un solo casco azul– o que las intervenciones extranjeras tuvieran como objetivo la liberación de las mujeres, la lucha contra las drogas, la mejora de las condiciones sociales de la población afgana o, incluso, que fuera honesta la justificación de la presencia para combatir el terrorismo", apunta el investigador.
Luego llegó Irak y las supuestas armas de destrucción masiva que nunca, jamás, aparecieron. El entonces presidente José María Aznar, con su rostro sonriente en la denominada "Foto de las Azores", fue uno de los mandatarios que respaldó aquellas campañas belicistas. "España ha participado en la gran mayoría de los escenarios de la 'guerra contra el terror', casi siempre en rol de comparsa de EEUU", resume Pozo.
"Por Afganistán han pasado unos 30.000 soldados españoles"
El libro describe precisamente otro de los grandes mitos de estos años: "La contribución española a la guerra contra el terror no ha sido bélica, sino con fines humanitarios", algo que el autor rebate con cifras. "Por Afganistán han pasado unos 30.000 soldados españoles, y por Irak y otros escenarios de la 'guerra contra el terror' varios miles más. Además de esta presencia y del apoyo político, han existido al menos tres maneras adicionales de contribución española a la 'guerra contra el terror': la autorización de uso de suelo y espacio aéreo español para hacer esa guerra; la transferencia de material de guerra para que otros la llevaran a cabo y la colaboración con los vuelos de la CIA", señala.
"Un mundo peor"
¿Valió todo eso para algo? Basándose en datos palpables, Pozo no oculta su escepticismo. "Desde 2001, EEUU y sus aliados han invadido Afganistán e Irak y han bombardeado Pakistán, Libia, Líbano, Siria, Somalia y Yemen. Han combatido el terrorismo con maneras no mucho más amables y han convertido amenazas y fenómenos localizados en globales –indica–. Los atentados se han multiplicado en esos países apareciendo, en la mayoría de ellos, un fenómeno inexistente antes del 11-S: los ataques suicidas".
Entre otros aspectos, destaca que aquel 2001 "Estado Islámico no existía y la 'guerra contra el terror' proporcionó el escenario ideal para su nacimiento y crecimiento hasta convertirse en uno de los grupos armados de oposición con más recursos y apoyo global de la historia". "Los ataques occidentales en Irak o Libia convirtieron a esos países en peores lugares para vivir. Los no occidentales en Yemen o Somalia contaron con su apoyo técnico, económico y armamentístico, acentuando las respectivas crisis humanitarias", indica en otro apartado del libro.
En tal sentido, señala que asuntos tales como "los centros de detención secretos, las prisiones sin garantías jurídicas, la humillación de prisioneros, los bombardeos con drones, los asesinatos selectivos, la financiación y apoyo de grupos armados antiislamistas, las políticas antiinmigración, las restricciones de derechos civiles y libertades que fueron fruto de muchísimos años de reivindicaciones sociales, y la perpetuación de los estados de emergencia, oficiales o de facto, han probado ser ineficaces o contraproducentes".
"Vivimos en un mundo peor que hace veinte años. Nunca hemos invertido más en seguridad y nunca nos hemos sentido más inseguros. (…) Lo peor lo han padecido las innumerables familias que han sufrido tanto la guerra contra el terror como el auge del terrorismo que aquella dice combatir", agrega.
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