El holocausto, de cerca: homenaje a víctimas gallegas de los campos de exterminio nazi 80 años después
La Asociación pola Recuperación da Memoria Histórica coloca "stolpesteine" en varias calles de A Coruña y publica un libro en homenaje a los republicanos asesinados por Hitler.

A Coruña--Actualizado a
Cuando entraron en el campo de exterminio de Austchwitz y empezaron a advertir las evidencias del horror, los soldados del ejército soviético apenas pudieron contener su espanto. "Había tal hedor que era imposible permanecer allí más de cinco minutos. Mis soldados no lo podían soportar y me rogaban que los dejara marchar"”, cuenta Anatoly Shapiro, el primer oficial del ejército rojo que entró en el campo en la mañana del 27 de enero de 1945, en una entrevista que concedió 60 años después al New York Daily News. "Vimos algunas personas vestidas con harapos, no parecían humanos. Eran puro hueso. No sé cómo pudieron sobrevivir", recordaba.
Los nazis mataron en Austchwitz, a unos sesenta kilómetros al oeste de Cracovia, a más de un millón de personas. En todo el archipiélago de más de 40.000 campos de exterminio y de concentración que instalaron en Europa durante la guerra se calcula que murieron alrededor de 11 millones. En 2005, el mismo año en que Shapiro concedió su entrevista al New York Daily News, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró el 27 de enero Día Internacional de las Víctimas del Holocausto.
Miles de ellas eran españolas, y resulta espeluznante que ochenta años después de que un oficial soviético descubriera el horror que padecieron, aún sea posible queden familias que no saben que uno de los suyos fue sujeto de ese atroz genocidio, ideado por los nazis pero que contó con la aquiescencia y la colaboración de la dictadura de Francisco Franco. "Hay muchas investigaciones sueltas, pero no una completa, desde luego no en Galicia", explica Carmen García Rodeja, profesora e investigadora de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
200 gallegos deportados
Hasta ahora, y en buena parte gracias a los trabajos de Benito Bermejo y Sandra Checa, se han documentado miles de casos de españoles que fueron deportados a los campos nazis, entre ellos alrededor de 200 gallegos, de los cuales 109 murieron asesinados. La ARMH ha organizado una serie de actos durante toda esta semana para homenajearlos a ellos y a sus familias, así como la presentación del libro Elexía. Julio Martínez Arias, da porta de Aires ao aire de Mauthausen, de Francisco X. Fernández Naval. Martínez Arias combatió contra el ejército de Hitler en los cuerpos de voluntarios extranjeros de la resistencia. Capturado por los nazis, pasó por varios campos de prisioneros y de concentración, como Mauthausen, en Austria, hasta que lo trasladaron a Hartheim, a seiscientos kilómetros de allí, donde fue asesinado en una cámara de gas.
Este mismo lunes, la ARMH tenía previsto colocar en diversos lugares de la ciudad de A Coruña varias stolpelsteine –esos pequeños cubos de piedra con una placa de latón dorada con el nombre y los datos de cada represaliado– en recuerdo de otras víctimas, como Víctor San Miguel Prado, un ferroviario muerto en 1942 en el campo de Gusen, también en Austria, y de Martín Ferreiro Álvarez, cenetista asesinado en Mauthausen. El temporal obligó a suspender los actos, que también homenajean a Víctor Manuel Conde Núñez, que sobrevivió a los campos de Trier, en Alemania, y de Mauthausen, y de Adolfo Bregua Mouriño, que salió vivo de éste último en 1945.
Carmen García Rodeja: "La memoria no es pasado, sino presente y futuro"
García Rodeja explica lo duro del trabajo que ha hecho la ARMH, que lleva años buscando a las familias de los prisioneros gallegos. "En los archivos de Mauthausen encontramos nombres de presos y sus lugares de origen, por ejemplo ‘José López Fernández, de Castro’. Hemos tenido que ir pueblo por pueblo, aldea por aldea, para localizar a sus parientes", cuenta. "Nosotras estamos para eso, para amparar a las víctimas y a sus familias y facilitarles toda la información que podamos", recuerda.
El convoy de los 927
Este miércoles, la asociación colocará la stolpestein de Clemente Juan de la Cruz García, muerto en Hartheim en 1941 y quien formó parte del convoy de los 927, el tren con 927 refugiados españoles en Francia que el Gobierno de Vichy envió a Mauthausen con el beneplácito del Gobierno de Franco. "Cuando Alemania informaba a España de que tenía en su poder a republicanos, la dictadura se desentendía, decía que no se haría cargo de ellos o simplemente, ni respondía. La responsabilidad de su muerte es de Alemania, pero también de España", recuerda García Rodeja.
Esta misma semana, la ARMH homenajeará a Juan González del Valle, intelectual y miembro de la Real Academia Galega gaseado en Hartheim en 1941, y a José Albedro Villaverde, muerto en Mauthausen en 1943. Como ellos, muchas otras víctimas gallegas del genocidio nazi ya tienen o tendrán su placa y su reconocimiento: Adrián del Castillo Soutelo, Arturo García Lagares, Leopoldo López Criado, Julio Martínez Arias, José Martinez Cacheiro, Eduardo Sánchez García, Luis Rafales Lamarca, Enrique Tallón Charlón, Francisco Tallón Charlón, Manuel Fernández Tárrago...
Así hasta más de 200 víctimas gallegas de los campos nazis, más de 4.000 en España, once millones de muertos en toda Europa. "Tenemos que desvelar todo ese horror, cada año, para impedir que se pierda su memoria”, concluye García Rodeja. "Porque la memoria no es pasado, sino presente y futuro".
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