MADRID.- El cerebro de la Púnica, el empresario David Marjaliza, optó por colaborar ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco para desvelar la trama de corrupción construida durante años en la Comunidad de Madrid junto a Francisco Granados, exconsejero autonómico durante el Gobierno de Esperanza Aguirre

En trece horas de grabación, Marjaliza confiesa ante el juez el patrimonio que había acumulado fuera de España a partir de dichas recalificaciones. Pero sólo tenía dos sociedades en Suiza y una en Singapur, "que yo sepa". Al ser preguntado por Velasco, sostiene que "cree" que fue su banco el que montó la estructura de sociedades en Estados Unidos, Panamá y Costa Rica, y defiende que no sacó parte de sus obras de arte del país para ocultárselas a Hacienda, sino porque sus contactos le aseguraron que sería "mucho más fácil venderlas" fuera de España.

En su confesión revela que "son los alcaldes" los que concedían a sus empresas las adjudicaciones públicas a través de la parte que les correspondía de autorización de la empresa pública Arpegio, perteneciente a la Comunidad de Madrid. "Normalmente siempre se pagaba a la adjudicación" a los políticos a lo que entregaban dinero a cambio de obtener proyectos de construcción, en especial de vivienda protegida.

"Siempre había una máxima: si te gusta la magia no preguntes el truco", dice Marjaliza sobre al supuesto soborno que entregaban

"Siempre había una maxima: si te gusta la magia no preguntes el truco", recuerda Marjaliza ante el juez respecto al tipo de supuesto soborno que entregaban. "En esa época de ese país, en el 98 y por ciento de la construcción" de vivienda protegida "iban por comisiones".

Marjaliza reconoce que pagó a Granados, exalcalde de Valdemoro: "En las viviendas, sí. En otra cosas no". Debido a la relación personal que tenía con Granados y esposa, su forma de agajasarlos era invitarlos a un fin de semana de vacaciones, recuerda.