Este artículo se publicó hace 6 años.
Maricuela, la última miliciana socialista: "Necesitamos una izquierda unida"
Dirigentes del PSOE arropan a Ángeles Flórez Peón, Maricuela, que a sus 99 años presenta su autobiografía. “Esto es como un sueño porque creí que me iba a morir con un Gobierno de derechas”, dice
Madrid--Actualizado a
Maricuela es entrañable hasta el infinito. A sus 99 años es la presidenta de las Juventudes Socialistas de Asturias, y se la considera la última miliciana viva. Este martes presentaba su autobiografía en la Feria del Libro de Madrid, rodeada de socialistas, como ella, pero de menos tiempo.
Su nombre oficial es Ángeles Flórez Peón, pero le quedó para siempre Maricuela porque, con diecisiete años, interpretaba a un personaje que se llamaba así (en una obra de teatro titulada Arriba los pobres del mundo) cuando estalló la guerra.
“Por eso, tenemos que unirnos todos; por los niños, por los que sufren. Necesitamos una izquierda unida”. “Da igual el ideal”, ha afirmado fuerte.
La presentación no podía ser más oportuna. “Esto es como un sueño porque creí que me iba a morir con un Gobierno de derechas”, empezó Maricuela.
“Tuve una infancia y una juventud muy triste, pero estoy teniendo una vejez muy bonita”, añadió y, después, repitió, varias veces, que no merecía tanto: “Yo solo estoy aquí por los que no pueden estar”.
“Soy una privilegiada; yo les veía salir hacia la muerte”, ha contado rememorando cuando estuvo presa. "Es por eso que me caen las lágrimas; cuando lo cuento lo estoy viviendo”. Y, de repente, pasó de las lágrimas a la fuerza: “Por eso, tenemos que unirnos todos; por los niños, por los que sufren. Necesitamos una izquierda unida”.
“Da igual el ideal”, ha afirmado fuerte. Si nos dividimos, ellos ganan, ha repetido, de diferentes maneras. “Yo no quiero votos, no me presento a nada; lucho porque peleéis por el que tiene hambre”, “porque se sepa la historia para que no se repita”. “Votar, manifestarse y unirse, si no, no conseguiremos nada”, ha recomendado y vaticinado, como futuro inminente. Para el futuro más lejano, aunque no tanto, ha dejado un: “a ver si ganamos y después a echar al rey”.
“Votar, manifestarse y unirse, si no, no conseguiremos nada; a ver si ganamos y después a echar al Rey”.
Después ha hecho su resumen de la lucha de la clase obrera española: “En España no hay una derecha, hay una derecha extrema, que no ha pedido perdón y se ha vengado en los obreros, por la falta de historia. Los tienen en un puño, trabajando muchas horas para no llegar a fin de mes”. Así, ha querido recordarnos que, aunque ya no nos guste llamarnos así, la cosa no ha cambiado tanto: seguimos siendo obreros en manos de patrones.
Sobre la batalla feminista ha hecho reír al respetable, mientras tiraba de alguna oreja: “admiro lo que lucha ahora el feminismo, qué de cosas consigue” pero no nos pasemos, ha venido a decir: que la lucha es “por ser iguales, no más que ellos.”
Sobre el aborto y al matrimonio homosexual y la igualdad de derechos con los heterosexuales, batallas civiles en las que ella participó y sigue participando, ha exclamado: “qué manía con meterse en la vida del resto”.
Y cuando se le ha preguntado por la memoria histórica ha sentenciado: “un país sin memoria es un país sin alma. España estaba sin alma. No podemos ni olvidar ni caer en el rencor, porque sería ser como ellos”.
El PSOE en los últimos tiempos ha prometido muchas cosas al respecto, que ha incluido en su propuesta de reforma de la ley de Memoria Histórica: transformar el Valle de los Caídos en un Centro Nacional de Memoria, ampliar la retirada de simbología franquista e imponer un régimen sancionador que obligue a cumplirla, dotar a la ley de mecanismos que garanticen el cumplimiento de las políticas dispuestas en el texto original, la declaración de nulidad de los juicios franquistas y el desligamiento total del ordenamiento jurídico español y su aplicación judicial de las normas y resoluciones del régimen, la creación de la “comisión de la verdad”, que contribuya al esclarecimiento de las violaciones de derechos humanos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista y que redacte un informe final que será entregado a las Cortes Generales. Además, su reforma incluye una declaración muy tajante y que marcaría un antes y un después, en este asunto: “El Estado debe liderar la búsqueda de los desaparecidos”.
Emilio Silva, el presidente de la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica, resume la situación de los socialistas, ante esta cuestión, así: “Hicieron una ley que no sirve, que no se responsabiliza de buscar a los desaparecidos, y exigieron una que lo hiciera, cuando estaban en la oposición”.
Maricuela, ante la pregunta de qué le gustaría que pasara, ahora que hay Gobierno socialista, con la memoria histórica, ha contestado: “que sea humilde y que no ofrezca lo que no pueda dar”.
En breve veremos si el PSOE ha ofrecido a la memoria histórica más de lo que puede dar.
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