Este artículo se publicó hace 5 años.
Juicio IndependenciaUrkullu contradice a Rajoy ante el Tribunal del 'procés' y afirma que sí medió entre Gobierno y Generalitat
El lehendakari vasco comparece como testigo ante la Sala de Lo Penal del Tribunal Supremo en la novena jornada de este juicio. Alaba la actitud abierta al diálogo de Carles Puigdemont, y confirma que durante unas horas estuvo decidido a convocar elecciones para evitar la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Alejandro López de Miguel
Madrid--Actualizado a
Sí hubo mediadores entre Gobierno y Generalitat, sí hubo canales de comunicación para evitar el choque de trenes, aunque el exjefe del Ejecutivo diga lo contrario. O, al menos, esta es la versión de Íñigo Urkullu. El lehendakari vasco ha desmentido este jueves el relato de Mariano Rajoy, que este miércoles declaró como testigo ante el Tribunal Supremo, en el marco del juicio al procés, que su Gobierno no aceptó "ningún mediador" para desencallar la situación en Catalunya.
La promesa de Rajoy, según Urkullu: "Que haría lo mínimo y cuidaría en lo máximo todo aquello que se hiciera en Catalunya"
Rajoy llegó a asegurar que ni siquiera recordaba si conversó personalmente con Urkullu en los momentos de máxima tensión en Catalunya, si bien éste ha sido muy claro. Ante el mismo Tribunal, también como testigo, y por tanto con obligación de decir verdad, el lehendakari ha reconocido que, a instancias de Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat, mantuvo conversaciones destinadas a evitar la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya, así como la declaración unilateral de independencia (DUI). Medió para rebajar la tensión y explorar vías legales para convocar una consulta y evitar el choque institucional, siempre rechazando la vía unilateral.
De hecho, Urkullu ha asegurado que conversó telefónicamente con Rajoy el 21 de septiembre del mismo año, tras las protestas ante la Consellería de Economía, y entonces le trasladó su preocupación por el rumbo de los acontecimientos.
Urkullu advirtió a Rajoy: "Todo se estaba yendo de las manos". "Había que medir los pasos que se daban para evitar una fractura social"
Le trasladó que "todo se estaba yendo de las manos", y que "había que medir los pasos que se daban para evitar una fractura social". Rajoy, por su parte, le dijo que, "en lo posible, haría lo mínimo y cuidaría en lo máximo todo aquello que se hiciera" en Catalunya. Su actitud era de "escucha, de atención y respuesta", pero no era "proactiva"; Puigdemont, por su parte, demostró siempre su "predisposición al diálogo", según Urkullu.
Además, el lehendakari ha defendido que sí apreció voluntad en ambas partes por no llegar a la situación que finalmente se dio: que Puigdemont "no tenía deseo" de declarar la independencia, y que siempre mantuvo la voluntad de pactar un referéndum con el Ejecutivo. A su vez, Urkullu tuvo la "intuición" de que Rajoy no estaba convencido de la aplicación del 155, si bien no ha sabido concretar más sobre este punto. Así se lo comunicó a Puigdemont, que le requirió unas "garantías" que el lehendakari no pudo facilitarle.
En la misma línea, Rajoy intentó evitar en todo momento que la mediación pudiera asociarse a una hipotética negociación sobre un referéndum de autodeterminación, una cuestión que ni siquiera abordaron. En su declaración de este miércoles, Rajoy se mostró particularmente insistente en este punto: "Nunca hubo nada de qué hablar sobre el referéndum", zanjó.
La petición del ministro Catalá y el relato de Santi Vila
Además, el lehendakari ha revelado que el exconseller Santi Vila, que se sienta en el banquillo de los acusados, le informó en octubre, antes de dejar su cargo anticipándose a la DUI, de que el ministro de Justicia en esas fechas, Rafael Catalá, le había pedido que "intercediera" ante el mismo Rajoy.
Puigdemont llamó a Urkullu el 26 de octubre para notificarle del cambio de plan: no habría elecciones, sí DUI
Urkullu ha avalado así la versión de Vila, que declaró haber sido uno de los mediadores con el Ejecutivo de Rajoy, y que aseguró que en la madrugada del 25 al 26 de septiembre se alcanzó un acuerdo para que el Govern disolviera el Parlament y convocase elecciones, evitando así la DUI y el 155. Esta fue además, la solución que el lehendakari planteó a Puigdemont.
Escasas horas después, en la mañana del 26, Urkullu habló por teléfono con Puigdemont durante "casi una hora", y constató que este acuerdo seguía vigente.
A las 14.00, no obstante, Puigdemont llamó para comunicarle que no podría "proceder al acuerdo", dado que los manifestantes que entonces abarrotaban la plaza Sant Jaume de Barcelona y su propio grupo parlamentario "se le estaban rebelando". La DUI se materializó al día siguiente.
El origen de su mediación
El lehendakari ha relatado que adoptó este rol de mediador el 19 de junio de 2017, cuando mantuvo una reunión de cuatro horas con Carles Puigdemont, que le pidió ayuda para redirigir las conversaciones con el Gobierno hacia "una solución pactada", habida cuenta del "bloqueo absoluto" en sus canales de diálogo.
Ese mismo día informó del encuentro a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, en el aeropuerto del Prat. Según su relato, pidió a la vicepresidenta que trasladara a Rajoy su voluntad de mediar a instancias de Puigdemont. Todo, pese a que el expresidente del Gobierno niega la mayor.
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