Juan Carlos I llegó el mediodía de este miércoles a Madrid procedente de Ginebra (Suiza) para asistir a la celebración por el 60 cumpleaños de la infanta Elena, su hija mayor. Toda la familia, incluidos el rey Felipe VI y la reina Letizia, se reunieron para comer en un restaurante de moda de Madrid, donde cada comensal paga entre 110 y 150 euros el cubierto.

La estancia de Juan Carlos en España duró apenas unas horas. Al no poder alojarse en la Zarzuela, el rey emérito abandonó Madrid a última hora de la tarde del mismo miércoles.

Las visitas de Juan Carlos I ya han dejado de ser noticia. Esta es su séptima visita a España desde que huyó a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020, cercado en los tribunales por sus irregularidades fiscales y arrinconado por la opinión pública por su conducta personal.

La presencia del rey emérito en España está ganando poco a poco el relato mediático. Ya se ve como algo habitual y rutinario.  Juan Carlos I ha tenido que mostrarse más discreto y renunciar a la agenda pública, forzado por su hijo Felipe VI, que en una reunión en Madrid al final de su primera visita en mayo de 2022 le recordó la estricta privacidad que debían tener sus visitas a España. Y desde entonces, el emérito ha cumplido: perfil bajo y encuentros con los amigos y a familia, aunque a una parte de la misma no le guste mucho verlo por estos pagos.

El rey emérito empezó a visitar España una vez que vio despejado el frente judicial, toda vez que la Fiscalía decidió archivar en marzo de 2022 sus investigaciones sobre Juan Carlos I por sus delitos fiscales. La inviolabilidad de su figura y la prescripción, fueron los dos motivos principales que esgrimió el Ministerio Público para dar carpetazo definitivo a las investigaciones sobre los negocios opacos del rey emérito, evitándole así una investigación penal.

Desde entonces Juan Carlos I ha cogido carrerilla y ha estado mucho por España. Siete veces en los últimos 19 meses. Seis de ellas en este 2023. De hecho, en el último mes y medio ya ha estado tres veces en España.

El pasado 31 de octubre asistió a la celebración privada por el 18 cumpleaños de la princesa Leonor en el Palacio de El Pardo. En aquella ocasión también llegó por la mañana y se marchó por la noche. Juan Carlos I no fue invitado a la jura de la Constitución en el Congreso de Leonor, ni tampoco al acto oficial posterior en el Palacio Real con los poderes del Estado.

Hace apenas tres semanas, estuvo en Sanxenxo (Pontevedra) para participar en la última de las regatas con el Bribón y estar unos días con sus amigos de la vela. El emérito estuvo una semana en la localidad gallega y antes de marcharse de España, hizo una escala en Vitoria. La localidad gallega se ha convertido en su principal refugio en España: de las siete veces que ha venido, ha estado cinco veces en Sanxenxo (mayo de 2022 y en abril, agosto, septiembre y noviembre de este año 2023). 

Juan Carlos I hizo su primera visita a España, en concreto a Sanxenxo, en mayo de 2022. El revuelo mediático entonces fue enorme y el Gobierno se puso de perfil ante las continuas preguntas de los medios de comunicación. Ahora ya no necesita hacerlo: la frecuencia, cada vez mayor, de sus visitas han terminado por normalizar su presencia. Los periodistas ya no preguntan al emérito por el origen de su patrimonio. Este miércoles las preguntas de los reporteros fueron las consabidas y protocolarias –"¿Cómo está?, ¿Contento de volver?"–, y con un tono muy cortesano.

Quizás las preguntas cambiaron porque no llegaban las respuestas. Los que vieron aquella primera visita del emérito como una oportunidad para que Juan Carlos I diera explicaciones o pidiera perdón por su comportamiento, se dieron de bruces con la realidad. Ante una pregunta de un periodista de La Sexta al respecto, la respuesta de Juan Carlos fue decepcionante: "¿Explicaciones de qué?", respondió el emérito, con carcajada incluida.

En ninguna de sus visitas posteriores, incluyendo esta última, Juan Carlos I ha dado explicaciones sobre su comportamiento. Tampoco ha vuelto a la vida oficial: sigue apartado por la Casa Real y apenas ha visto a su hijo Felipe VI, más allá de alguna reunión de carácter estrictamente familiar.