En los próximos años el mapa político europeo no será el mismo que el que se mantenía hasta ahora. Los cambios han sido muchos y variados en el último ciclo en una Europa enfocada en la guerra entre Rusia y Ucrania tras la invasión de Putin, un conflicto que ha puesto patas arriba a países y a instituciones internacionales; también, y especialmente, a la Unión Europea.

La situación de la izquierda no es una excepción en este mapa, y este espacio también sufrirá un cambio durante los próximos años; en concreto, en lo que se refiere a su red de alianzas. 

En el ámbito europeo, a grandes rasgos, las izquierdas se han estructurado política e institucionalmente en dos plataformas. A nivel orgánico, en el Partido de la Izquierda Europea (PIE), una formación constituida por la gran mayoría de los partidos comunistas europeos y sus principales alianzas y coaliciones (a este partido pertenece, por ejemplo, Izquierda Unida).

A nivel institucional, en The Left/ GUE, el grupo parlamentario que aglutina a los partidos de izquierdas en el Parlamento Europeo y que representa al gran grupo progresista en esta institución (en "competencia" con Los Verdes). 

Ahora, las formaciones que han protagonizado el mayor avance de las izquierdas en la última década en sus países han iniciado los trámites para constituir un nuevo partido político europeo. Se trata de Podemos, el Bloco de Esquerda portugués y la Francia Insumisa, junto al Partido de la Izquierda sueco, el Razem polaco, la Alianza de Izquierdas finlandesa y Enhedlisten (partido danés). 

Alianza Europea de Izquierdas por los pueblos y el planeta

La nueva organización se llamará Alianza Europea de Izquierdas por los pueblos y el planeta, y es el fruto de la evolución de una plataforma que se remonta a 2018 y que en su momento se denominó Ahora el Pueblo. Ese año, los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, y del Bloco de Esquerdas, Catarina Martins, firmaron la denominada Declaración de Lisboa.

En este documento, los tres partidos pretendían promover una "revolución democrática en Europa" que recuperara los Estados del bienestar desmantelados por la austeridad durante la crisis financiera del 2008. Esa alianza, a la que invitaron a otros partidos de la izquierda, ha sufrido altibajos en el tiempo (los líderes de Podemos y de la Francia Insumisa, por ejemplo, se distanciaron durante algunas épocas y dejaron de lado su colaboración europea para centrarse en la política de sus respectivos países).

Sin embargo, en los últimos años los partidos de Ahora el Pueblo han protagonizado encuentros y colaboraciones cada vez más frecuentes e intensas. De hecho, estas organizaciones acordaron hacer campaña conjunta bajo esta plataforma en las elecciones europeas de junio.

La plataforma, que ahora va camino de convertirse en partido, ha desarrollado su actividad al margen del PIE. Podemos nunca ha formado parte de esta formación (aunque sí que ha estado presente como observador), mientras que la Francia Insumisa fue miembro durante algunos años, pero terminó por salir del mismo.

La organización de la izquierda en dos partidos europeos puede responder a diversos factores contextuales e históricos. Algunas fuentes consultadas apuntan a una diferencia generacional que termina por definir una alianza de las izquierdas más relacionadas con los movimientos populistas, en contraposición con los partidos más clásicos aglutinados en el PIE.

La cuestión generacional y la guerra de Ucrania

En este sentido, no sólo existirían algunas diferencias políticas (que han existido históricamente y que existen en la actualidad en el seno de The Left, un grupo parlamentario que se mantiene cohesionado pese a la enorme pluralidad que alberga en su seno), sino también de funcionamiento y de visión estratégica. El peso que ha tenido históricamente la izquierda alemana en el PIE y en sus decisiones ha sido en los últimos años un factor que ha provocado cierto desencanto de algunos partidos con esta organización.

En este sentido, algunos analistas apuntan a la necesidad por parte de las izquierdas que han tenido más protagonismo en el último ciclo político de tener su propio polo europeo desde el que definir la política en este ámbito, aunque puedan seguir colaborando y compartiendo causas y luchas con los partidos del PIE.

Isa Serra, eurodiputada de Podemos y futura administradora de la nueva organización (según avanzó Politico) explica a Público que "las fuerzas que hemos conformado este partido tenemos mucha sintonía por la posición común y también por la forma de entender la política en el último ciclo. Sintonía, sobre todo, a la hora de entender que hay que disputar el poder en todos los ámbitos".

Otras voces apuntan a la guerra de Ucrania como factor fundamental a la hora de entender la organización de las izquierdas. El conflicto en suelo europeo "ha profundizado en algunas diferencias que ya existían, por ejemplo, entre los partidos de la izquierda en el sur, más comprometidos con el pacifismo, y los del norte, que quizá no tienen esta tradición tan arraigada; por no hablar de los partidos en aquellos países que directamente comparten frontera con Rusia o con el conflicto, que, lógicamente, viven su propia realidad y se configuran en base a ella", apunta Marga Ferré, dirigente de IU y copresidenta de la red de fundaciones Transform Europe.

Uno de los ejemplos de cómo opera la lógica del conflicto en las relaciones de la izquierda residiría, a juicio de Ferré, en la Alianza de Izquierdas Finlandesa (que formará parte del nuevo partido liderado por Podemos, la Francia Insumisa y el Bloco de Esquerda).

Este partido, explica la dirigente de IU, salió del PIE "por la negativa de la mayoría de las formaciones de apoyar el envío de armas a Ucrania; además, lo hicieron argumentando que dentro del PIE había partidos prorrusos y que, por lo tanto, no podían compartir ese espacio. Yo soy pacifista y no estoy de acuerdo con esta cuestión, pero Finlandia tiene mil kilómetros de frontera con Rusia y una historia determinada que hace que la visión que se tiene del conflicto en Ucrania sea central".

¿Se fragmenta la izquierda en Europa?

Sin embargo, apunta también Ferré, la izquierda finlandesa compartirá (cuando se conforme de manera definitiva) partido con Podemos y con el Bloco, dos organizaciones claramente pacifistas y opositoras al envío de armas y a la escalada del conflicto. También en el PIE y en The Left coexisten partidos que tienen diferencias acerca de la guerra de Ucrania y de la estrategia que la UE debe seguir, aunque el genocidio israelí en Gaza ha cohesionado recientemente todos estos espacios de unidad.

De fondo, la creación de este nuevo partido en la izquierda coincide con el auge en el continente de una ultraderecha que, aunque no haya logrado copar las instituciones europeas tras las últimas elecciones, sí que han logrado monopolizar el discurso e influir en las políticas aprobadas recientemente (como el pacto migratorio).

Para Ferré, "en un momento en el que en Europa hay una ofensiva de la extrema derecha que está contaminando todos los debates, el hecho de que la izquierda europea se divida en dos partidos a mí me parece una mala idea, y también un mal mensaje, porque es un mensaje de que hay una falta de visión compartida".

Para Serra, la creación de Alianza Europea de Izquierdas es una herramienta que puede incluso reforzar las alianzas progresistas en Europa: "Había muchos partidos que no estaban dentro del PIE, como nosotros, y que ahora podamos organizarnos en un partido europeo es positivo y potencia incluso más que nos podamos encontrar con otras fuerzas con las que compartimos luchas".

"La voluntad de Podemos siempre es generar ese polo por la paz y creemos que este partido nos va a permitir generar mejores posiciones conjuntas incluso frente a Estados Unidos y la OTAN", concluye la eurodiputada de la formación morada.