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Infraestructuras y modelo productivo, el desarrollismo se impone y rompe los bloques identitarios en Catalunya

El PSC, Junts y el PP, además de Cs y Vox, coinciden en proyectos como la ampliación del aeropuerto, más autopistas o el Hard Rock, mientras los comuns y la CUP los rechazan de lleno y ERC se mantiene en el centro de las posiciones.

03/05/2024 Un turista saca una foto junto a la Sagrada Familia, en Barcelona, Catalunya, a 15 de marzo de 2024.
Un turista saca una foto junto a la Sagrada Familia, en Barcelona, Catalunya, a 15 de marzo de 2024. David Zorrakino / Europa Press

Si estamos hoy en plena campaña electoral en Catalunya es en gran medida por dos palabras: Hard Rock. Es el nombre de la empresa que prevé construir un megacomplejo turístico de ocio, incluyendo un gran casino, al lado de Port Aventura, en la Costa Dorada tarraconense.

Es la línea roja que contrapusieron el PSC, a favor, y los comuns, en contra, haciendo una pinza de bloqueo y vetos cruzados al Govern de ERC que provocó el rechazo de los presupuestos y que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, convocara elecciones anticipadas. 

Sin embargo, detrás del Hard Rock hay un enconado debate sobre el llamado "modelo de país", que enfrenta a los partidarios y detractores de una Catalunya basada en el desarrollismo que se ha ido imponiendo, con más infraestructuras que destrozan el territorio y los ecosistemas, y un modelo productivo basado en más turismo y más precarización laboral. 

Modelo productivo, turismo o reindustrialización

Las elecciones de este 12 de mayo marcarán decisivamente el futuro de Catalunya para afrontar grandes retos en la transformación energética y la sostenibilidad. Pero también respecto a la precariedad laboral, no en vano el Hard Rock ejemplifica un modelo productivo que apuesta por una sobresaturación turística con empleo de baja calidad y muy precarizado.

Esto tiene efectos secundarios negativos en la sociedad con los precios de la vivienda disparados a causa de la especulación que suponen ingentes cantidades de viviendas destinadas a pisos turísticos

Catalunya ha recuperado los niveles de turismo prepandemia. En 2023, la comunidad que más turistas recibió fue Catalunya, con 21,2 millones, seguida de les Illes Balears, con 16,9 millones, según los datos del INE. Barcelona batió el récord de recepción de cruceros también el año pasado, con más de 3,4 millones de visitantes con este tipo de transporte turístico naval. Unas cifras que se dieron tanto con la líder de los comuns en la alcaldía, Ada Colau, como después con el socialista Jaume Collboni al frente.

El sector turístico supone en Catalunya un 12% del PIB, y aunque las cifras son poco claras se estima que ocupa a al 14% del conjunto de trabajadores. Eso sí, con sueldos totalmente precarizados que rozan de media los 22.000 euros brutos anuales. Una situación de precarización objetiva que es obvia si tenemos en cuenta las dificultades del sector para atraer mano de obra, con una preocupante incapacidad para cubrir las vacantes laborales

La gran alternativa que plantean la mayoría de fuerzas políticas a este modelo productivo y laboral que supone el turismo es la reindustrialización, un sector que en Catalunya ha perdido peso específico en las últimas décadas. El proyecto de la empresa multinacional china de la automoción Chery, asociada con la empresa Ebro, es la última gran inversión anunciada.

Llegó justo a las puertas de la campaña electoral, supondrá un gran complejo industrial en los terrenos de la antigua Nissan, con una inversión de 400 millones de euros de capital público y privado –se desconoce cada parte-, y una previsión final de 1.250 puestos de trabajo

Las infraestructuras rompen los bloques identitarios

En cuanto a las infraestructuras, el actual modelo desarrollista ha supuesto en Catalunya la destrucción de innumerables espacios de alto valor mediambiental, especialmente en todo el litoral. Con un conglomerado de autopistas, al que hay que sumar el trazado del AVE, que en los últimos años ha trinchado el territorio y provocado numerosas movilizaciones populares.

En la actualidad, dos proyectos acaparan el foco del debate de hacia dónde debe caminar Catalunya apostando por más desarrollismo o por más sostenibilidad: la culminación de la nueva autovía que circunvala el área metropolitana de Barcelona llamada B-40, cuarto cinturón, o Ronda del Vallès, según lo defina cada partido político y la ampliación del aeropuerto de Barcelona alargando la pista principal unos 500 metros destruyendo un ecosistema protegido del Delta del Llobregat, la laguna de la Ricarda. 

"Estas elecciones son un plebiscito sobre el modelo de país que queremos", aseguró en el inicio de la campaña electoral la candidata de Comuns Sumar, Jéssica Albiach. Lo cierto es que el llamado "modelo de país" es probablemente el principal tema que rompe con los bloques identitarios que han marcado las alianzas y la política catalana desde el inicio del procés en 2012.

El PSC, Junts y el PP, junto a Ciudadanos y Vox, coinciden en proyectos como la ampliación del aeropuerto a toda costa, más autopistas o el Hard Rock, mientras los comuns y la CUP los rechazan de lleno y ERC se mantiene en el centro de las posiciones. 

Desde las organizaciones contrarias a este desarrollismo se muestran preocupados por las posiciones en este ámbito de los tres partidos con opciones a ostentar la presidencia de la Generalitat, PSC, Junts y ERC. "Sus propuestas no son aceptables. Aunque no son exactamente iguales y tienen matices, por lo general se encaminan hacia un crecimiento a nivel turístico y de infraestructuras" advierte Jaume Osete, de Stop Creuers. 

Hard Rock, el megacasino del sur de Europa

Después de diversos cambios en el proyecto y su redimensión, el actual complejo del Hard Rock en trámite es de 700.000 metros cuadrados, considerado el mayor casino del sur de Europa. Los edificios tendrán una altura máxima de 75 metros -en vez de los 90 iniciales-, y se pasaría de seis a un solo casino.

En concreto, el Hard Rock contempla dos hoteles -uno con 600 habitaciones y otro con 500-, un casino con 1.200 máquinas tragaperras y 100 mesas de juego, una piscina de 6.000 metros cuadrados, una zona comercial con hasta 75 tiendas y un recinto con capacidad para 15.000 personas para conciertos y espectáculos.

La inversión inicial prevista sería de unos 700 millones y la generación de empleo de 11.500 puestos de trabajo, eso sí, sumando los directos e indirectos. La consellera de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, Teresa Jordà, ha confirmado que el Hard Rock gastará 1.086.000 metros cúbicos de agua anuales, una cifra similar al consumo de la segunda ciudad de Catalunya, l'Hospitalet de Llobregat, un dato que en plena sequía también ha entrado en el debate de forma sustantiva. 

Más de una década después de que Hard Rock anunciara la intención de construir el complejo, el proyecto sigue atascado en trámites administrativos y dividiendo a los partidos políticos. Unos atribuyen la paralización a motivos técnicos mientras que para otros como Junts, Vox o Ciutadans la principal razón es que se han puesto trabas a nivel político. 

Entre los partidarios del complejo se encuentran PSC, Junts, Vox y Ciutadans, mientras que ERC, CUP y Comuns Sumar se posicionan en contra. "No es el modelo de ERC. Nosotros apostamos por un turismo de calidad pero también somos conscientes de las mayorías parlamentarias", afirma Raquel Sans, cabeza de lista de los republicanos en Tarragona.

La posición de los comuns es bien conocida ya que su rechazo total al complejo les llevó a tumbar los presupuestos del Govern de ERC, a quién critican por no haber finiquitado el proyecto. La CUP también defiende que "con los informes de la Generalitat en la mano, el Hard Rock no es del todo legal y debería paralizarse", asegura el cabeza de lista en Tarragona, Sergi Saladié

Los socialistas defienden que el Hard Rock salga adelante como "cualquier otro proyecto", respetando los criterios medioambientales. Para Junts, Vox y Ciutadans se han puesto trabas políticas desde el Govern para frenarlo. 

Ampliación del aeropuerto

El Prat es el segundo mayor aeropuerto de España, después del Adolfo Suárez Madrid-Barajas, y es el principal de Catalunya y de la costa mediterránea. El tráfico aéreo ha rozado los 50 millones de pasajeros en 2023 y ha cerrado el año pasado con 49.909.544 pasajeros, un 19.9% más que en 2022. Se han registrado 318.957 operaciones y transportado 156.485 toneladas de mercancías. 

El aeropuerto de Barcelona, situado en el Prat del Llobregat, tiene un difícil encaje en cualquier proyecto que busque la ampliación de su capacidad aeroportuaria, especialmente en el caso de determinados aviones de vuelos transoceánicos que por su envergadura necesitan más quilómetros de pista para su operatividad despegando o aterrizando.

Y es que el aeropuerto queda limitado entre el mar y la zona portuaria, el Delta del río Llobregat y su ecosistema biológico, y la zona urbana de la localidad de Gavà, que obliga al aeropuerto a prescindir de una ruta de entrada y salida de los vuelos a causa del fuerte ruido que sufren los vecinos. 

Los lobbies económicos y las patronales empresariales han presionado fuertemente para que se ejecute la ampliación del aeropuerto que comportaría alargar la pista principal destrozando una zona ecológica del Delta del Llobregat como es la laguna de la Ricarda

ERC blinda en su programa electoral el espacio de la Ricarda y asegura que no "avalará" una reforma del aeropuerto que implique "destruir un espacio natural". Sin embargo, el PSC se muestra totalmente de acuerdo y lo justifica diciendo que el plan se puede llevar a cabo sin afectaciones al medio ambiente, aunque sin explicar cómo se alarga una pista sobre un espacio natural sin afectar a su biodiversidad.

Lo contrario piensa Comuns Sumar y la CUP, que consideran el proyecto un "atentado climático". Junts sí cree que la ampliación es necesaria, pero reclama esperar a conocer la afectación que tendría. En la misma línea se ubican Cs y PPC, que reclaman inversiones en las instalaciones

Autovía B-40

Así como el Hard Rock ha sido el escollo para los presupuestos de 2024, el año anterior ERC tuvo que ceder respecto a la autopista B-40 para llevar adelante las cuentas. La autopista preveía originalmente conectar Vilafranca del Penedès con Mataró haciendo toda la circunvalación de la gran área metropolitana de Barcelona.

Un proyecto de los años 60, pero que sólo se ha completado por tramos, y algunos partidos pugnan por terminarlo. Otros creen que no sería prudente por los efectos negativos en el medio ambiente. Por ahora, hay pequeños tramos en funcionamiento y otros en obras o en proyecto.

En este proyecto, los socialistas han sido también los grandes defensores, así como Junts, PPC, Ciutadans y Vox. ERC, Comuns y CUP son contrarios al proyecto, pero Esquerra tuvo que ceder durante la negociación de los presupuestos del 2023 para poder sacar adelante la aprobación de las cuentas, a petición del PSC.

Elecciones climáticas

Estos son los principales temas que impactan en el debate sobre el "modelo de país" pero cabría enumerar muchas más infraestructuras polémicas repartidas por toda Catalunya, siempre con la lucha contra el cambio climático de trasfondo.

"Deben ser unas elecciones climáticas, unas elecciones sobre la calidad de vida, sobre cómo proteger a nuestra gente. Se trata de cambiar de modelo, ir a las necesidades básicas de la gente, en un circuito de proximidad y de equilibrio, porque si no, no saldremos adelante", advierte Joan Buades, investigador en turismo y clima. 

El 12 de mayo sabremos el rumbo que escoge la ciudadanía catalana, pero a pesar de las numerosas protestas y movilizaciones, las encuestan indican que los partidos que apuntalan el desarrollismo saldrán reforzados. Otra cosa diferente será que la necesidad de alianzas con formaciones contrarias a estos proyectos acabe frenando lo que hasta ahora ha sido una destrucción masiva del territorio en Catalunya.

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