Un día después de la despedida de Marta Rovira al frente de la dirección de ERC ha salido a la luz el informe sobre los carteles denigratorios sobre el alzhéimer de Pasqual Maragall, que de nuevo aviva las hostilidades en ERC. La investigación interna señala al exdirector de comunicación, Tolo Moya, como el máximo responsable de la acción, aunque no encuentra al ideólogo. También asegura que el expresidente del partido y candidato a liderarlo de nuevo, Oriol Junqueras, conocía la campaña de falsa bandera antes de que saliera a la prensa. Hasta ahora Junqueras había defendido lo contrario.

Según el informe, los hechos se pusieron en conocimiento de otras personas de la dirección del partido como Jordi Roig, vicesecretario de finanzas, y del entonces presidente Oriol Junqueras, que ha negado reiteradamente que tuviera algún tipo de información sobre el tema. La investigación dice que se hizo con el objetivo de preservar la reputación del partido y tomar las medidas oportunas hasta que los órganos de control pudieran iniciar la investigación interna.

La investigación dice que Tolo Moya confesó a una persona de comunicación de Esquerra que era el responsable de los carteles y que se le había ido de las manos. También recoge que Marc Colomer, que supo el mismo día que se colgaron los carteles que era un ataque de falsa bandera, explica que Moya le confesó que había sido él y le recomendó que hablara con la dirección. Rovira dice que Tolo Moya le reconoció sentirse mal porque había tenido la idea de que el cartel circulara por las redes sociales, y que finalmente se imprimió y se colgó. La republicana añade que Moya asumió el error haciéndose responsable.

El informe contempla la posible expulsión de Tolo Moya y del militante que hizo de enlace entre Moya y las tres personas que colgaron los carteles. Y también pone una infracción leve, que consta en un aviso, al exvicesecretario de comunicación y exviceconseller de comunicación del Govern, Sergi Sabrià, que hace unos meses dimitió a raíz del escándalo; y al entonces vicesecretario de Comunicación, Marc Colomer, por haber confiado responsabilidades a Moya, que no tenía las aptitudes suficientes para desarrollar su cargo.

Por su parte, Moya ha calificado de "broma" el informe interno de ERC. "Es un informe para taparse entre todos, quedar bien y que no salga nada a la luz", ha dicho en una entrevista a RAC1. Ha lamentado que se le acuse sin tener ni una prueba contra él. Según Moya, quien montó la campaña B fue el exvicesecretario de comunicación y exviceconseller de Comunicación del Govern, Sergi Sabrià. "Yo no soy quien monta todo esto", ha dicho Moya después de criticar que a Sabrià "solo le hayan abierto un expediente leve".

No hay una estructura paralela

La otra principal conclusión del informe es que no existe una estructura paralela a pesar de admitir las campañas en la sombra. El documento dice que a partir de 2016 se empieza a pensar en diferentes tipos de comunicación y aquí aparecen las llamadas campañas de contraste. Es decir, acciones para desgastar al rival sobre todo en las redes sociales y sin el logotipo identificativo del partido.

La investigación concluye que este tipo de campañas se enmarcan en el derecho fundamental de participación política y que no vulneran la normativa interna del partido. A excepción del caso de los carteles.

El informe añade que Esquerra tiene contratada a una empresa externa para que realice los servicios de estas campañas. La investigación no sanciona las acciones pero asegura que las va a auditar para ver todos los procesos y prácticas.