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JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ).- Apenas han dejado de aplaudir las más de 4.500 personas que habían ido a verle en el que ha sido su discurso más duro y potente de toda la campaña. Pablo Iglesias y Podemos en su conjunto siempre apelan a la remontada y sus campañas van de menos a más.
Hoy, Iglesias no ha pedido remontada, sino un último empujón y se ha endurecido tanto él como su tono. Ha sacado toda su artillería contra el PP y la corrupción, que ha centrado la mayor parte de su discurso, pero también contra “los mediocres y burócratas” del PSOE, a quienes ha advertido de que sólo tienen dos opciones: “O gobierna el PP o gobiernan con nosotros. Y si eligen mal los mediocres y burócratas no van a parar el cambio”. También se ha mostrado seguro y paciente: “Si no es la semana que viene será dentro de dos años, pero nadie impedirá que Unidos Podemos gobierne este país”.
Los más de 30 grados en la vieja alameda de Jerez de la Frontera, Cádiz, no han impedido que el sexto y penúltimo acto de campaña electoral de Iglesias, candidato de Unidos Podemos a la Presidencia del Gobierno, haya desbordado las murallas del viejo alcázar de la ciudad.
Iglesias: “No se puede hablar de plurinacionalidad sin hablar de Andalucía. Tiene que ser la gasolina del motor del cambio en España”
Más de 4.500 personas han acudido a escuchar a quien reciben al grito de “presidente, presidente” y también al líder de IU y número cinco de la lista por Madrid, Alberto Garzón. Ha sido el único acto de campaña en el que ambos líderes políticos han participado juntos en Andalucía, un bastión socialista en el que difícilmente se dará el ansiado ‘sorpasso’, según las encuestas. Pero los sondeos también hablan de un duro golpe al PSOE y quizás un empate del bipartidismo aquí.
Por eso Iglesias ha arrancado reivindicando el andalucismo como parte imprescindible de la plurinacionalidad que vende su proyecto para España. “No se puede hablar de plurinacionalidad sin hablar de Andalucía. Tiene que ser la gasolina del motor del cambio en España”, ha clamado en el histórico feudo del PSOE. No ha perdido la ocasión de elogiar a un Garzón que enrojecido su discurso en esta última semana de campaña, multiplicando la palabra “izquierda” y poniendo en valor ese “hilo rojo de la historia” que “conquistó los derechos que hoy hay que defender”.
Iglesias le ha cogido el testigo y jugado la baza sentimental del votante de IU hablando de la confluencia, “un encuentro histórico con la izquierda de siempre, la de la justicia social”. “Desde aquí sólo puedo rendirles homenaje y sentirme orgulloso”, de que estén en la coalición”, ha dicho. “Somos los continuadores de las luchas del movimiento obrero y las luchas socialistas”, ha enfatizado.
Además de Iglesias y Garzón, por el escenario han pasado la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, con un discurso casi tan aplaudido como el del candidato, y el líder regional de IU, Antonio Maíllo, que pese al cáncer contra el que está luchando, ha echado el resto esta campaña de punta a punta de Andalucía de la mano de Rodríguez. También ha participado el candidato por Madrid, Rafael Mayoral; la cabeza de lista por Cádiz, Noelia Vera, y el número tres, Santiago Gutiérrez, militante de Izquierda Unida. Un diputado que no termina de llegar, según el CIS.
Ni siquiera sumando los votos de Podemos e IU el pasado 20-D superan en la provincia al PP, segunda fuerza política. Poco cambia en Cádiz el tablero para los sondeos. PP y PSOE mantendrían sus tres escaños, Podemos conservaría dos y Ciudadanos aguantaría el tirón con uno. Esa es la teoría, pero Iglesias y Garzón confían en un tercer escaño en la tierra de la Constitución de 1812.
Con el aval de los “ayuntamientos del cambio”, como el de Cádiz, que ha reducido la deuda heredada del PP en un 10% en un año, el líder de Podemos se ha vendido como alternativa solvente y fiable de gobierno. “Esa es una muestra de que podemos gobernar mejor que ellos”, ha insistido.
El PP, “antisistema”
Pero el objetivo de Iglesias es muy claro: Rajoy y el PP. Y no ha perdido el tiempo hablando de otra cosa que no fuera de la corrupción que carcome al partido del Gobierno. “La corrupción no es una cuestión de manzanas podridas”, ha vuelto a repetir para dejar claro que “no se puede blanquear a Rajoy”, una “pieza más de un engranaje corrupto” y que no valdrá con cambiar “para abstenerse” y dejar a los conservadores en Ejecutivo. Entonces ha cargado contra el neoliberalismo que “ha convertido nuestra patria en una periferia de burbuja inmobiliaria, pelotazo urbanístico y bajos salarios. Es la corrupción en forma de desarrollo económico”, ha explicado.
Entonces ha invertido el discurso del miedo que esgrimen el PP y sus medios afines. “El PP nos ha llamado extremistas, radicales y antisistema”, ha recordado, pero para iglesias “el mejor ejemplo” de eso es “utilizar el Ministerio del Interior para perseguir a los rivales políticos”, ha asegurado en referencia a las grabaciones desveladas por Público. “A los antisistema del PP les decimos que estamos orgullosos de ser la fuerza política de la ley y el orden. Tenemos conciencia de clase y de pueblo”, ha clamado desatando una sonora ovación en la plaza. “Que nadie se atreva a pronunciar la palabra España mientras paga impuestos en Panamá”, ha puesto como colofón.
Recuperar y “la palabra libertad”
“Somos el resultado de su fracaso, del fracasado de las políticas del PP”, ha resumido. “Frente a ese modelo corrupto tenemos una alternativa de país”, ha afirmado ya casi gritando sin que los aplausos dejaran de sonar.
Era el final del mitin, la parte con la que tienen que irse esas miles de personas en la cabeza. Y la opción que ha elegido ha sido la de “los valores de la ilustración”. Ha pedido “recuperar la palabra libertad” de manos de la derecha y ha insistido en que su programa es el de “la igualdad, libertad y la fraternidad”. Como si fuera un mosquero, ha entonado el “uno para todos y todos para uno. Adelante que se puede”. La concurrencia le ha respondido con el ya icónico grito del “Sí se puede”.
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