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El 'greenwashing' detrás de la cumbre del clima

Sara Serrano en La Base.
Sara Serrano en La Base.

Este domingo comenzó la 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Sharm El Sheij, Egipto. La cumbre reunirá a alrededor de 90 jefes de estado y representantes de más de 190 países. Entre ellos al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que revalida la presencia de Washington en la Conferencia tras la salida de Donald Trump del Acuerdo de París. 

También estarán los principales líderes europeos: el presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, el nuevo primer ministro británico Rishi Sunak, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente español, Pedro Sánchez. Los líderes progresistas latinoamericanos, [con Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro a la cabeza], también estarán presentes para reivindicar una mayor protección de la Amazonía y más fondos para hacer frente a la crisis climática. Y en plena crisis internacional por la guerra de Ucrania, no se espera que asista el presidente ruso Vladimir Putin. Tampoco Xi Jinping, el presidente de China y mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Ni Justin Trudeau, primer ministro de Canadá. 

Greta Thunberg ha denunciado que la cumbre se celebre en un país que "vulnera los derechos humanos básicos" y el "greenwashing" que supone para los participantes. Tal y como señalan diversas organizaciones, la cumbre del clima es una oportunidad de lavado de cara para el gobierno militar de Al-Sisi y su estado policial. 

Desde entonces el régimen de Al-Sisi ha convertido Egipto en uno de los países más represivos. Desde el comienzo de su mandato [a través de la aprobación de una serie de leyes], se ha institucionalizado la vulneración de los Derechos Humanos. Se ha eliminado el límite a la prisión preventiva, lo que posibilita que disidentes políticos permanezcan en prisión sin necesidad de juicio o de condena en firme. La prohibición de la protesta social ha sido utilizada para detener a miles de personas. Amnistía Internacional denunció en 2020 como los opositores políticos son sistemáticamente perseguidos, desaparecidos, torturados e incluso ejecutados. Y otra cosa que también se ha denunciado es que las activistas detenidas son forzadas a realizarse pruebas de virginidad. 

En total, en menos de diez años, la dictadura de Al-Sisi ha construido más de dos decenas de prisiones en las que mantiene encerrados a cerca de 60.000 activistas y presos políticos en las peores condiciones. Tal y como denuncia Amnistía Internacional, los presos viven en celdas frías, con luces fluorescentes que se encienden y apagan periódicamente, sin acceso a suficiente comida o ropa, sin adecuada asistencia sanitaria y privados de contacto con sus familiares o representantes legales. 

Todo este clima de terror está sirviendo para reprimir las protestas del movimiento ecologista egipcio. Sólo en la última semana se han producido más 70 detenciones de personas que tenían "planes de manifestarse", según la Comisión Egipcia de Derechos y Libertades.  

Por un lado, está el enorme impacto climático que tiene la actividad militar del régimen egipcio, y luego [tal y como cuenta El Salto], el impacto derivado de algunas de las actividades económicas del ejército, como es el caso de la industria del cemento, las plantas embotelladoras o la construcción de complejos de lujo para el turismo. Un ejemplo de este modelo depredador climáticamente insostenible es el proyecto de construcción de la nueva capital administrativa del país en mitad del desierto. Se prevé la construcción de 20 rascacielos, las sedes de ministerios y embajadas, un aeropuerto y alojamientos de lujo al estilo de Abu Dhabi.

Además, que la cumbre se celebre en un enclave turístico de lujo del Mar Rojo y no en la capital del país, tampoco parece casual. El Cairo es una de las ciudades más contaminadas del mundo y cada año se producen miles de enfermedades respiratorias y muertes como consecuencia de los altos niveles de contaminación. No parece un buen lugar para celebrar una conferencia sobre el cambio climático. 

Entre los principales patrocinadores de la Cumbre climática están multinacionales como VodafoneMicrosoftIBMSiemens, Google, la financiera Bloomberg, la empresa de telecomunicaciones Cisco, las constructoras egipcias Sodic y Hassan Allam o Coca Cola. El caso de Coca Cola, que aparece en el portal de la Cop27 como uno de sus patrocinadores, es especialmente sangrante teniendo en cuenta que [según Greenpeace] la multinacional es el mayor contaminante de plásticos del mundo. Según admitió la propia Coca Cola, producen 3 millones de toneladas de plástico al año, lo que supone aproximadamente unas 200.000 botellas por minuto.

El principal efecto del cambio climático es el incremento global de la temperatura. En 2022 la temperatura general del planeta está 1,15º por encima de la existente en la época preindustrial, cuando el Acuerdo de París sitúa en 1,5ºC el límite para final de siglo. Los efectos del cambio climático también se manifiestan en una serie de eventos extremos como las temperaturas excesivas en Europa; las olas de inundaciones y calor en India y Pakistán; la sequía intensa en Kenia, Somalia y Etiopía o los huracanes que golpearon Cuba y Florida.

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