Este artículo se publicó hace 4 años.
COVID-19El Gobierno teme tener que revisar las previsiones de los Presupuestos por la crisis del coronavirus
El jueves, la vicepresidenta Económica, Nadia Calviño, afirmó que los impactos del virus en la economía serán "poco significativos". PSOE y Unidas Podemos trabajan discretamente en la elaboración de las nuevas cuentas públicas, que previsiblemente incluirán subidas de los impuestos al tabaco, al alcohol y al juego, y siguen confiando en su aprobación, para lo que interpelan al resto de fuerzas de izquierdas.
Alejandro López de Miguel
Madrid-Actualizado a
El Gobierno teme que el impacto del coronavirus en la economía española afecte a las previsiones de crecimiento, y por tanto obligue a revisar a la baja el cuadro macroeconómico sobre el que se asentarán los Presupuestos Generales del Estado para 2020.
El jueves, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, tildó de "poco significativos" los posibles impactos del coronavirus en la economía española, aunque también precisó que estos cálculos deben manejarse con "gran cautela".
A su vez, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reconoció que en el Gobierno están "trabajando para estar listos", y que contemplan implementar medidas fiscales de ser necesario. El mismo día se conoció que Italia ya ha decido destinar 7.500 millones de euros a paliar los daños de la epidemia.
El jueves, Calviño tildó de "poco significativos" los posibles impactos del coronavirus en la ecomía española
Una eventual rebaja del PIB de sólo una décima ya supondría dejar de contar con cerca de 1.000 millones de euros menos para las cuentas públicas, condicionando su elaboración.
Y el Ejecutivo ya rebajó del 1,8% al 1,6% su perspectiva de crecimiento para 2020.
Fuentes de Unidas Podemos explican a Público que, de mantenerse esta tendencia, un crecimiento del 1,6% supondría un aumento del PIB ligeramente superior a los 4.000 millones de euros, claves para financiar las partidas de gasto social comprometidas por el Ejecutivo.
Después de que todos los ministerios remitieran a la Secretaría de Estado de Presupuestos sus cifras provisionales, el pasado jueves, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, trabaja de forma discreta -"Una estrategia acertada", según sus socios- para cuadrar todos los números.
Así, desde la formación de Pablo Iglesias inciden en que el apoyo a los Presupuestos es una de las vigas maestras del pacto de coalición. Dicen confiar en la voluntad del PSOE de respetar este acuerdo, y reconocen sus constantes apelaciones al resto de grupos de izquierdas en el Congreso de los Diputados para intentar granjearse su apoyo.
Por otro lado, formaciones como el PNV rebajan las expectativas, y ya apuntan que quizás "no tenga sentido" presentar las cuentas de 2020, si el Ejecutivo no logra tenerlas listas a finales de este mes. "Cada semana tiene menos sentido", dijo el jueves Aitor Esteban, portavoz del Partido Nacionalista Vasco. La tramitación de los PGE suele llevar al menos un par de meses, y eso desde la llegada de las cuentas a la Cámara Baja, algo para lo que todavía no hay fecha.
Desde Unidas Podemos aseguran que seguirá habiendo escenificaciones, movimientos de distintas fuerzas, como ocurre ante cualquier negociación, aunque insisten en que la aprobación de las cuentas es más que posible.
Una primera base de 4.700 millones de incremento de gasto… y nuevos impuestos indirectos sobrevolando
Las negociaciones entre ambas fuerzas arrancaron sobre la base del incremento de gasto recogido en el pacto de PSOE y Unidas Podemos para los Presupuestos de 2019, cuyo fracaso abocó a las elecciones del 28-A. Entonces Unidas Podemos estaba fuera del Gobierno, pero cifraron en esa cantidad el impacto presupuestario de las medidas acordadas. Incluían, entre otras, la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros.
En sus primeros días de andadura, el Gobierno de coalición incrementó el SMI en 50 euros, hasta los 950, pero también aprobó la subida salarial de los funcionarios o la actualización de las pensiones en base al IPC.
Por ello, de esa cantidad hay que descontar muchos gastos ya comprometidos, pero también hay que recalcular ingresos. En lo que toca a los ingresos, precisamente, ya cuentan con un acuerdo "bastante agarrado", apuntan.
Este pacto hace referencia, por ejemplo, a los ya aprobados impuestos a las transacciones financieras y los servicios digitales, que previsiblemente permitirán recaudar entre 1.500 y 1.600 millones.
Además, los ministerios aún no han terminado de definir los impuestos asociados a medidas dentro de sus respectivos ámbitos. Se espera una reforma "importante" en el impuesto de sociedades que "beneficiará a las Pymes", pero también una bajada del IVA veterinario o de los productos de higiene femenina.
El objetivo de esta revisión es retomar el camino de la "justicia fiscal", y en esto se encuadra la subida de IRPF a las rentas más altas, una de las banderas de Unidas Podemos, o el previsible incremento de impuestos indirectos: al tabaco, a las bebidas alcohólicas o al juego.
También reconocen que habrá medidas que les dejen insatisfechos, pero inciden en que, de cara a cualquier negociación, deben ceder todas las partes. Son los primeros Presupuestos del primer Gobierno de coalición, no las cuentas de un Ejecutivo en solitario.
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