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La financiación, el posible punto de acuerdo entre PSC y ERC para la investidura de Illa

Cerrado el capítulo de la Mesa del Parlament, arrancan las negociaciones para la formación del Govern, de final incierto y casi con la certeza que la incógnita no se resolverá hasta finales de agosto, con la repetición electoral en el horizonte.

El president en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, saluda al líder del PSC, Salvador Illa, en un evento en Barcelona.
El president en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, saluda al líder del PSC, Salvador Illa, en un evento en Barcelona. David Zorrakino / Europa Press

La constitución del nuevo Parlament de Catalunya y la articulación de un frente independentista —ni que sea temporal— para escoger a Josep Rull (Junts) como presidente de la cámara ha culminado el primer capítulo de la legislatura catalana. Y a partir de ahora arranca de verdad el elemento realmente decisivo: las negociaciones para la investidura del presidente del Govern, una carpeta de final incierto que, como tarde, se tendrá que cerrar con éxito el 25 de agosto si se quiere evitar una repetición electoral, que llegaría la primera quincena de octubre.

A pesar de que Junts insista en postular a Carles Puigdemont como candidato, si no hay un cambio de escenario altamente improbable que comporte una abstención del PSC, el único aspirante con opciones reales de ser investido es el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa. Ahora bien, en ningún caso se puede dar por hecho que será así, puesto que necesita recibir el voto favorable de una ERC en pleno proceso de reconstrucción, después de encadenar batacazos electorales y que ha decidido pasar a la oposición.

Por lo tanto, todo apunta a que la política catalana afrontará más de dos meses de unas largas negociaciones que determinarán si Illa llega a la presidencia de la Generalitat o se confirma un escenario de bloqueo que comportaría la repetición electoral, justamente lo que ahora mismo buscaría la cúpula de Junts.

Este martes, el mismo líder del PSC ha insistido que su prioridad es cerrar un "acuerdo progresista" con Comuns y ERC, que le garantizaría la mayoría absoluta de 68 diputados. La otra suma que llega a esta cifra implica al PP y a Vox, pero los socialistas han dejado claro que no negociarán con la extrema derecha y tampoco parece que el PP tenga incentivos para darles sus votos. Todo ello sitúa, por lo tanto, a ERC en el centro de cualquier operación.

Vamos por partes. El nuevo presidente del Parlament, Josep Rull, ha anunciado que la próxima semana pondrá en marcha la ronda de consultas con los diferentes grupos para comprobar cuál es el candidato que tiene más apoyos para someterse a la investidura. "No haremos cosas extrañas", ha asegurado en una entrevista en Rac 1.

Ahora mismo casi se puede descartar que sea Puigdemont el que opte a la primera investidura. El mismo secretario general de Junts, Jordi Turull, ha avisado que el expresident no concurrirá a la investidura sin los apoyos para hacerlo. En el trasfondo, Junts quiere esperar a ver cómo evoluciona la aplicación de la amnistía antes de que Puigdemont se plantee asistir físicamente al Parlament sin, a priori, tener riesgo de ser detenido. Por lo tanto, difícilmente el líder de Junts se someterá a una votación de investidura antes de agosto.

Por lo tanto, de cara a un debate que como tarde tendría que arrancar el próximo día 25 —con la primera votación para el día siguiente y la segunda para el día 28— hay dos opciones: o votación de investidura de Illa o que Rull decida no convocar el debate porque no hay ningún candidato con posibilidades reales de ser elegido en este momento. En cualquier caso, el resultado sería el mismo: investidura fallida y activación de la cuenta atrás de dos meses antes de la convocatoria automática de nuevas elecciones.

¿Qué proponen ERC y el PSC en financiación?

Esto supondrá que llegaremos a finales de junio con un horizonte de largas negociaciones entre ERC y PSC, que difícilmente se resolverán hasta la segunda quincena de agosto. A partir de aquí, ¿qué pide ERC y qué puede aceptar el PSC? La nueva vicepresidenta primera del Parlament y portavoz de Esquerra, Raquel Sans, ha manifestado este martes que se decantarán por "quién haga la mejor propuesta" sobre financiación, autodeterminación y lengua catalana y ha insistido que "queremos hablar del qué y no del quién".

Sans insiste en las condiciones de los republicanos ya avanzadas por Público y que pueden resumirse en una propuesta de financiación "singular" para Catalunya y una hoja de ruta "clara" para celebrar un referéndum acordado. En la práctica, pero, la cúpula de transición de ERC, que desde este lunes lidera la secretaria general, Marta Rovira, tras la marcha —de momento provisional— de Oriol Junqueras, pone el foco sobre todo en la financiación. "Si Illa quiere nuestros votos, que sepa que pondremos a las personas en el centro", apunta, lo que implica que Catalunya pueda "recaudar impuestos" para conseguir "mejores hospitales y escuelas".

Después de una década durante la cual casi desapareció de las demandas políticas, la mejora de la financiación ha recuperado centralidad en Catalunya y genera un amplio consenso entre los partidos. Otra cosa es que las propuestas concretas sean discrepantes. ERC apuesta por una financiación "singular" para Catalunya, que comporte su salida del régimen común del resto de autonomías —excepto Euskadi y Navarra—, la recaudación de todos los impuestos, pasar a tener plena capacidad normativa para regularlos y que transfiera al Estado una cuota por los servicios prestados y recursos para un fondo de reequilibrio territorial.

El partido de Illa, en cambio, se limita a defender que se respete el principio de ordinalidad, es decir, que Catalunya no pierda posiciones respecto a su aportación una vez se haga la asignación de recursos; y la creación de un consorcio tributario entre las haciendas catalana y estatal en igualdad de participación que se encargue de recaudar los impuestos. Todo ello sin salir del régimen común.

Las posiciones de partida son divergentes, pero voces socialistas ya han admitido que en este ámbito hay margen de negociación. Y este martes Illa ha prometido "generosidad" en las negociaciones. La duda es si el PSOE de Pedro Sánchez aceptaría que Catalunya saliera del régimen común de financiación autonómica, un hecho que levanta botellas entre sus barones territoriales. Un hecho que también pasaba, al menos parcialmente, con la amnistía, pero esta se ha acabado convirtiendo en una realidad.

En cambio, no parece que a corto plazo pueda tener opciones de prosperar un acuerdo para llevar a cabo un referéndum de autodeterminación. A partir de aquí, si realmente hay una propuesta de mejora ambiciosa de la financiación de Catalunya faltará ver si las bases de ERC la aceptan como suficiente para avalar la investidura de Illa, teniendo en cuenta la fuerte corriente interna que hay entre la militancia para rechazar el "sí" al dirigente socialista.

Paralelamente, existirá la presión que ejercerá Junts para defender la imposible investidura de Puigdemont y buscar una segunda ronda en forma de repetición electoral. En una nueva cita con las urnas, la formación de derechas intentará una lista unitaria con ERC, en la línea de Junts pel Sí, siempre bajo su liderazgo. Muchos escenarios abiertos que se irán aclarando en un largo verano político.

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