Feijóo y Abascal asumen los riesgos de las protestas ultras y mantienen la presión en la calle

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, decía este lunes, ante la plana mayor del PP, que al PSOE se le había “ido de las manos” la negociación con los independentistas para su investidura. Solo dos días después, tras la violencia vivida en las calles de Madrid con la amnistía como excusa, en su entorno asumen que también ellos corren riesgos en su dura ofensiva, que prometen mantener e intensificar. "Solo puede ir a más", aseguran.

Así, fuentes cercanas a Feijóo, en conversación con Público, reconocen su “preocupación” por la violencia desencadenada este martes en la calle Ferraz (sede nacional del PSOE) y alrededores. Aceptan así que las convocatorias de protesta frente a las sedes del PSOE se están convirtiendo en un llamamiento a grupos ultras e intentan distanciarse, aunque al mismo tiempo los usan de argumento para justificar un “malestar social” del que Pedro Sánchez es el “principal responsable”, según dijo este miércoles Alberto Núñez Feijóo en en el Congreso de los Diputados.  

Desde Génova insisten en que mantendrán la presión en la calle — avisan además de que “solo” puede ir a más cuando se vote una ley de amnistía que todavía se está negociando o Carles Puigdemont regrese a España—, y se ponen de perfil con los llamamientos de la extrema derecha a asediar las sedes del Partido Socialista. “No comentamos los errores o aciertos de Vox”, dicen fuentes del PP, al mismo tiempo que apuntan que los incidentes violentos protagonizados por neonazis y falangistas son un balón de oxígeno para Sánchez. 

La estrategia del PP, donde cada vez más voces señalan a Feijóo que debe ser firme en su condena a las acciones de los sectores más radicales de la extrema derecha, pasa por una "gran convocatoria" el próximo domingo 12 de noviembre. Prevén una asistencia masiva y no rechazan que pueda sumarse a ellos la extrema derecha de Vox. “No les invitaremos oficialmente, pero que venga quien quiera”, aseguran.

Por su parte, los de Santiago Abascal siguen alentando las protestas en la calle Ferraz y otras sedes del PSOE por todo el país, a pesar de los importantes episodios violentos vividos en la noche del martes a los que también el PP resta importancia. “Lo que pretenden es cambiar de conversación, no cambiemos de conversación”, les ha pedido Feijóo a los suyos durante su intervención en las jornadas organizadas por el grupo parlamentario del PP en el Congreso.

Lo cierto es que el líder conservador llegó al Parlamento dispuesto a enmendarse a sí mismo y condenar la violencia horas después de considerarlo, vía X (antes Twitter), como un síntoma del “malestar social” causado por Sánchez. Pocos minutos después, su número dos’ Cuca Gamarra, lanzaba un mensaje cualitativamente distinto: “Nada justifica la violencia que se ha vivido hoy por parte de una minoría. Mi rotunda condena”. Feijóo no se sumó a esta postura hasta el día siguiente, arrastrado también por una Isabel Díaz Ayuso que se manifestó así: “Yo con los ultras no voy ni a la vuelta de la esquina”. El presidente nacional del PP no hizo ninguna referencia explícita a las protestas frente a Ferraz.

Desde Génova se resisten a reconocer el cambio en el discurso de Feijóo y sostienen que su hoja de ruta no ha cambiado: manifestaciones pacíficas por todo el país el próximo domingo y “una gran concentración” el sábado 18 de noviembre en Cibeles (Madrid).