Alberto Núñez Feijóo ya es el nuevo presidente del PP. En su primera intervención como jefe del partido ha prometido dejar fuera del cambio que quiere capitanear en Génova "el conformismo, el rencor, la revancha y la división", y lo ha hecho frente a un auditorio que reunía después más de un mes a Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, protagonistas de la guerra interna más despiadada de la historia del partido. El partido le ha fiado a Feijóo su reconstrucción y él está dispuesto a hacer como que nada de lo sucedido en las últimas semanas fue real. "Nosotros hemos acreditado que estamos unidos", dijo.

Feijóo, minutos después de ser nombrado presidente, presentó las líneas generales de su proyecto político ante los 3.100 afiliados que le encumbraron en Sevilla. "No somos el partido del destruyámoslo todo, no somos independentistas ni condescendientes con ellos, no somos antieuropeos, no somos un partido que enfrenta a la gente por cuestión de género, ni un partido urbanita, ni un partido rural", reivindicó Núñez Feijóo. Dos días lleva el PP soñando en voz alta con repetir las mayorías absolutas de Aznar y Rajoy en un ejercicio de ceguera colectiva que ignora en público la fuerza de Vox, tercera fuerza política en España y máximo competidor electoral de los populares por la derecha.

Ni un minuto de su discurso le dedicó Alberto Núñez Feijóo a la estrategia que piensa seguir para combatir a la extrema derecha. El presidente de la Xunta se limitó a pedir que guardasen "sus carnets de demócratas, de gentes del común, de españoles, de patriotas". Escuchándolo en el Palacio de Ferias y Congresos de Sevilla estaba Alfonso Fernández Mañueco, que en pocos días se convertirá en presidente del primer gobierno autonómico en coalición con Vox. 

Feijóo le ha tendido la mano al Gobierno, pero con todas las condiciones posibles. "Garantizamos nuestro apoyo al Gobierno", repitió en varias ocasiones el presidente del PP. ¿Para qué? Para "bajar impuestos a la energía", "para cesar a los ministros que hacen oposición desde el Gobierno" o para no "depender" de partidos independentistas. El PP ha cambiado rápido de líder, pero no de rumbo.

Núñez Feijóo llega de Galicia a Madrid reivindicándose como el centro político que "necesita España". "Moderación no es tibieza, diálogo no es sometimiento". Son las palabras con las que el presidente del PP le ha dejado claro a su partido dónde está. El nuevo líder de la oposición no abandona la escalada de reproches al Gobierno y ha interpelado directamente a Sánchez: "Le pido que no insulte a la inteligencia de los españoles, que nos respete un poco hombre". "Yo no vengo a insultar al presidente del Gobierno, vengo con todos vosotros a ganarle", repitió Feijóo. Esa fue una de sus primeras frases como candidato a la presidencia.

Entre el viernes y el sábado todos los dirigentes populares han aprovechado sus intervenciones para insistir en la que ya es la primera batalla política de Feijóo contra Sánchez: bajar los impuestos. El presidente de la Xunta de Galicia defiende "hacer más con menos" y "gestionar a tope", mientras pasa de refilón por los servicios públicos y los derechos sociales en su discurso.

Primera reunión en Génova

Feijóo fue proclamado presidente del PP este sábado con el 98% de los votos. Ninguna sorpresa, por otra parte, si se tiene en cuenta que era el único candidato en un proceso electoral sin primarias que culminó en un Congreso extraordinario hecho a su medida. Este domingo celebrará su primer Comité Ejecutivo y anunciará los nombres que faltan por conocer de su dirección. Se sabe que Cuca Gamarra será la secretaria general y Elías Bendondo su coordinador general, pero no ha desvelado todavía quien ocupará las vicesecretarías o la secretaría de organización.

Tiene pocas horas para hacerlo público porque el lunes se reunirán en el primer Comité de Dirección de la 'era Feijóo'. Será en Génova y allí despachará por primera vez con su núcleo duro al frente del PP. Según ha podido saber Público Alberto Núñez Feijóo ya les ha comunicado su decisión a los elegidos.