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Feijóo se pone a cubierto en Génova 

Hay dos máximas en Génova: las decisiones importantes se toman en 'petit comité' y no hay que sobreexponer al presidente del PP.

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a su llegada para participar en el pleno del Senado en Madrid el pasado martes. EFE/Kiko Huesca

"Vinieron a buscarnos a nuestra casa, a Galicia, por lo que sabemos hacer. Ahora que nos dejen hacerlo". Esta frase la repetía este martes en el Senado el equipo de Alberto Núñez Feijóo para sacudirse las críticas internas. Su estilo es el que es, insisten, y no se le verá haciendo los aspavientos de Pablo Casado ni utilizando las expresiones gruesas de Isabel Díaz Ayuso. Resistirán todas las presiones para mantener las formas y el perfil "presidenciable" de Núñez Feijóo mientras trasladan el discurso más duro a otros rostros de la dirección nacional.

Se suele decir en política que "político que se quema, quemado queda" - haciendo alusión al desprestigio de un líder- y uno de los mayores miedos de cualquier dirigente con aspiraciones es quemarse antes de tiempo. Cuidar la imagen política es capital, lo saben en Moncloa, en Génova y en las sedes de todos los partidos. Y Feijóo, aunque pareciera a veces que lo fía todo a sus cuatro mayorías absolutas, también. 

Buena muestra de ello es que en la dirección del PP existe ahora un área de Proyección e Imagen adscrita a la presidencia que ocupa Mar Sánchez, una mujer que le acompaña desde hace más de 20 años y que lidera la guardia pretoriana de gallegos que rodea a Feijóo.

Un clan, un núcleo duro, una fortaleza infranqueable o un equipo en el que "solo ellos saben lo que hacen", son algunas de las formas con las que otros dirigentes y miembros del PP se refieren a la cúpula de Feijóo. Una forma de trabajar de espaldas a diputados y senadores que arrastran desde el principio. Nadie sabe nunca nada. 

Hay así dos máximas en Génova: las decisiones importantes se toman en petit comité y no hay que sobreexponer a Núñez Feijóo. Buen ejemplo de esto último es que el PP rechazó desde el primer momento presentar una moción de censura a Pedro Sánchez por la derogación del delito de sedición que podría haber defendido el propio Feijóo desde la tribuna del Congreso. 

Evitar los temas difíciles

Había populares que pensaban que era una buena oportunidad para afianzarse en su papel de líder de la oposición e intervenir en el Parlamento sin límite de tiempo, algo que no tiene en el Senado y que suscita las críticas del PP. Pero Feijóo y su cúpula creyeron que el debate solo iba a beneficiar al Gobierno y rechazaron el cuerpo a cuerpo. En Génova prefieren que les acusen de tibieza a dar un paso en falso. 

En línea con esto, Feijóo también evita pronunciarse y responder a los medios de comunicación por los temas más espinosos. Sucedió con el delito de sedición el día de su declaración institucional desde Génova y, sobre todo, con la crisis sanitaria de la Comunidad de Madrid. Feijóo se ha puesto totalmente de perfil y no ha hecho declaraciones al respecto. Un enfrentamiento con el personal sanitario como el que inició Díaz Ayuso amenazaba su perfil gestor y se protegió de cualquier error. "Las batas blancas quitan gobiernos", advertían desde su equipo.

Quien más atiza: Bendodo y Gamarra

Feijóo se pone a cubierto de polémicas y errores, pero el PP no puede renunciar a un discurso duro, aunque no sea en el que más cómodo se siente su presidente, como se vio en el último cara a cara con Sánchez en el Senado. Sucede entonces que son otros quienes elevan más la voz. En el Congreso, por ejemplo, es Cuca Gamarra, coordinadora general del PP y portavoz. En Génova es Elías Bendodo.

Es habitual que el número tres de Feijóo vaya siempre un paso más allá y un decibelio más arriba que el presidente del partido, y el clan gallego lo utiliza en su beneficio. Esta semana, en la rueda de prensa posterior al comité de dirección de los lunes en Génova, Bendodo aseguró que la ley del 'sólo sí es sí' estaba produciendo un "efecto llamada" entre los agresores sexuales. Vox hizo suyo este argumento días después.

Ni Feijóo lo repitió luego, ni su equipo lo respalda. "Lo dijo Bendodo, no Feijóo", subrayan. Sí, pero lo hizo, papeles en mano, tras una reunión de la cúpula del partido en la que se habló de este tema y se decidió la estrategia a seguir del partido. 

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