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Actualizado:El PCE cierra su XXI Congreso este próximo fin de semana en Madrid. Un cónclave marcado por la división interna en el que Enrique Santiago (Madrid, 1964) podría salir reelegido secretario general. Frente a él, se presenta el aragonés Alberto Cubero, quien también aspira a hacerse con el mando del partido. Santiago responde a las preguntas de Público en clave interna y congresual, pero también habla sobre el delicado momento que vive el Gobierno de coalición y las izquierdas en general las elecciones andaluzas. El también secretario de Estado de Agenda 2030 no se escabulle y reflexiona sobre cuestiones incómodas: la cumbre de la OTAN en Madrid, la postura del Gobierno sobre el Sáhara Occidental, la reciente masacre de la valla Melilla, las broncas crónicas en el seno de Unidas Podemos, los resultados en Andalucía...
Esta semana culmina el XXI Congreso del PCE. No hay unidad, se enfrentan dos proyectos. ¿Qué se ha hecho mal?
"Se ha desatado una campaña anticomunista sumamente grave"
No hemos sabido o no hemos podido cohesionar suficientemente un partido que está jugando, en estos momentos, un papel trascendental en la historia de España. El no haber alcanzado los niveles de cohesión necesarios, sin duda alguna, debilita la acción del partido. Han sido cuatro años de intenso trabajo, especialmente los últimos dos. Desde la entrada en el Gobierno de Unidas Podemos, hemos tenido que confrontar y enfrentar serias agresiones y ataques contra el Gobierno de progreso, pero también contra las fuerzas de izquierda. En especial, se ha desatado una campaña anticomunista sumamente grave que todo el mundo ha podido comprobar con constantes ataques al PCE en los medios de comunicación y en las instituciones capitaneados por la ultraderecha, con el beneplácito sorprendente de la derecha exfranquista del Partido Popular.
La verdad es que tener que estar dedicando esfuerzos a confrontaciones o debates internos ha restado muchas energías. Lo que más he echado en falta es un mayor cierre de filas en torno a lo fundamental, en torno a parar ese avance del fascismo, de la ultraderecha, a defender las políticas de garantías de derechos para la clase trabajadora en las que está empeñado el PCE, en incrementar nuestra presencia en el conflicto, en las calles, en la organización de ese conflicto.
Desgraciadamente, se han perdido demasiados esfuerzos en estériles debates internos. El debate siempre es bueno, pero, una vez que se concluye el debate, lo que toca es que todo el mundo se ponga a trabajar por sacar adelante los acuerdos. Mi impresión ha sido que eso no ha ocurrido, que los debates se han ido reabriendo automáticamente y nos hemos encontrado con muchas dificultades para la aplicación de los acuerdos alcanzados. Sin duda alguna, es una responsabilidad de la dirección saliente, que tiene la obligación de hacerlo, conseguir esa cohesión y esa puesta en marcha de los de los acuerdos alcanzados. Pero también creo que ha habido una falta de observación de los principios mínimos de funcionamiento interno en determinados compañeros, camaradas que no han querido, no han podido o no han sabido asumir que después de los debates, aunque se esté en minoría, lo que toca es cumplir los acuerdos y, sobre todo, poner en marcha las políticas decididas.
¿Qué balance hace de la presencia del PCE en el Gobierno del Estado?
"Hemos llevado las contradicciones de la propia lucha de clases al seno de las instituciones de gobierno"
Ha sido sumamente positivo. Evidentemente, hemos llevado las contradicciones del sistema y las contradicciones de la propia lucha de clases al seno de las instituciones de gobierno. A nadie se le escapa que muchas de las medidas más importantes que ha sacado adelante este Gobierno, aunque ahora todos los integrantes del Gobierno de coalición se ponen la medalla, no habrían salido adelante sin el empuje de las fuerzas de izquierdas que conforman Unidas Podemos. Tampoco sin el empuje del PCE, que ha hecho un trabajo especial en sintonizar las reivindicaciones, propuestas y medidas llevadas adelante por Unidas Podemos con las reivindicaciones y aspiraciones del movimiento obrero y del movimiento sindical para llevarlas al BOE.
Es muy importante la subida del salario mínimo que se ha producido. El otro día, se publicaba que en España ha dejado de haber hogares mileuristas, por debajo de los 1.000 euros y eso es una gran noticia. Es cierto que no sé qué más nos podría haber ocurrido en estos dos años y medio de gobierno con una crisis global mundial como es la pandemia, con las consecuencias sociales y laborales que ha tenido ahora la guerra de Ucrania, con una crisis energética brutal, una inflación que no se conocía desde hacía 30 años o más en Europa...
Menos mal, era Unidas Podemos quien estaba en el Gobierno de coalición. Y menos mal que el PCE ha podido ir empujando esas medidas, porque al final los cambios que modifican la calidad de vida de las personas que garantizan sus derechos depende de que consigamos llevarlos al BOE. Y eso es lo que hemos podido hacer.
Insatisfacciones y frustraciones acumulamos muchísimas. Evidentemente, no debería haber sido tan complicado avanzar o alcanzar, por ejemplo, un acuerdo sobre un Ingreso Mínimo Vital que satisfaga completamente las necesidades de tantos hogares que no tienen otros ingresos. Ni sacar adelante la reforma laboral que ha acabado con la precariedad y que estamos viendo que genera empleo mes tras mes. Tampoco subir el salario mínimo, que ha provocado también un impulso a la actividad económica en nuestro país. Pero todo el mundo ha podido ver que, desgraciadamente, nuestros socios de Gobierno siempre han objetado, han puesto problemas y nunca consideran que es el momento adecuado. Pero bueno, lo hemos podido sacar adelante y esa es la línea en la que vamos a seguir trabajando.
También han tenido que comerse algún sapo, sobre todo en política internacional. Por ejemplo, ningún Gobierno había adoptado una postura tan contraria al derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui como el actual.
"Se han tomado decisiones sumamente insatisfactorias y erróneas en política internacional"
Lo primero que hay que dejar claro es que se han tomado decisiones sumamente insatisfactorias y, desde mi punto de vista, erróneas en materia de política internacional, en las que nosotros, Unidas Podemos y mucho menos el Partido Comunista, no hemos participado, nos las hemos encontrado adoptadas. El caso que está mencionando es un caso claro, el cambio de la política de España respecto al Sáhara con un distanciamiento de la política que se venía implementando desde las Naciones Unidas conforme a las resoluciones acordadas en la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad.
Aún así, creo que, por lo menos, pudimos llevar adelante un proceso para conseguir un pronunciamiento del Congreso de los Diputados, donde prácticamente todas las fuerzas políticas menos el PSOE volvieron a ratificar la necesidad de que España continuara alineada con las resoluciones de las Naciones Unidas, exigiendo el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, la posibilidad de avanzar en un referéndum para poder conocer cuál es esa situación y dejando claro que el Sáhara sigue siendo un territorio pendiente de descolonización. Esa es la posición del soberano español, del Parlamento. Eso no hay que perderlo de vista y eso se ha conseguido también gracias al empuje que le hemos dado nosotros.
¿Volverían a pactar una coalición de gobierno sin tener ninguna competencia en política internacional?
Es evidente que, hoy por hoy, si no hubiéramos estado en el Gobierno de coalición, el PSOE habría sacado adelante políticas económicas tremendamente neoliberales, con acuerdos con fuerzas políticas de la derecha. Eso es evidente. Creo que tenemos que conseguir dos objetivos. Primero, evitar que en España gobierne la derecha, sería un gobierno de la derecha con apoyo o incluso una conformación del Gobierno con la ultraderecha. Sería una absoluta catástrofe. Pero también tenemos que conseguir que cualquier gobierno alternativo de izquierdas tenga un peso mucho más fuerte el espacio político que hasta ahora ha representado Unidas Podemos.
"Si fuéramos la fuerza mayoritaria, tendríamos más posibilidades de hacer políticas más avanzadas"
Para eso, tenemos que impulsar el proceso de convergencia, de ampliación de ese espacio político de la izquierda que se está realizando ahora mismo, impulsado por la compañera Yolanda Díaz, y conseguir que ojalá seamos la fuerza política mayoritaria de un Gobierno de coalición de izquierdas. En la medida que fuéramos la fuerza mayoritaria o una fuerza mucho más equilibrada con el otro socio de gobierno, tendríamos muchas más posibilidades y margen para hacer políticas más avanzadas, no solamente en el terreno social y laboral, como se han venido haciendo ahora, sino también, por ejemplo, en los terrenos de la política fiscal, donde creemos que hay mucho que hacer. Y, por supuesto, en política internacional.
Otra cuestión reprochable al actual Gobierno es su política en la frontera sur. ¿Cómo se explica la masacre de hace unos días en Melilla?
"Una frontera no puede provocar un solo muerto en tiempos de paz"
No tiene ninguna explicación; es algo que debe no solamente ser investigado, sino que debe ser prevenido. Esto no puede volver a ocurrir. Y, como resultado de esa investigación, obviamente tiene que haber responsabilidades. Una frontera no puede provocar un solo muerto en tiempos de paz. Evidentemente, menos aún los más de 30 que se han provocado ahora mismo.
No hay valla, no hay frontera que impida las aspiraciones de millones de personas por tener una vida digna. Y, francamente, las políticas no ya de la Unión Europea, sino de todos los países ricos en materia de migración, tienen que atender esta realidad, por varios motivos. En primer lugar, los países desarrollados necesitan personas jóvenes, personas de otros países, que puedan contribuir a invertir los problemas de la despoblación, de la inversión de la pirámide demográfica en Europa, por ejemplo. Pero también tenemos que ser conscientes de que la única forma de evitar los constantes y cada vez más numerosos flujos migratorios es garantizando una vida digna en todos los rincones del mundo. Europa, los países ricos, no pueden encerrarse en sí mismos, no pueden convertirse en una fortaleza de prosperidad o, al menos, de cierto bienestar mientras que, alrededor, la inmensa mayoría de la población del planeta vive en lugares cada vez más degradados medioambientalmente, con más efectos perniciosos por la crisis climática, sequías, incendios, desplazamientos de población por hambrunas y sin las debidas garantías de desarrollo económico, social y laboral. Únicamente garantizando una vida digna en todos los lugares del mundo podrá bajarse la presión de los flujos migratorios.
El planeta tiene suficientes recursos y la humanidad tiene suficiente capacidad económica, científica, técnica y de desarrollo industrial como para poder garantizar ese bienestar. Hace falta apostar por el multilateralismo, mientras que sigamos apostando por el unilateralismo o por las inversiones en presupuestos militares, por el incremento de los conflictos armados, sigamos sin poner límite a la crisis climática y a todos estos problemas derivados de los desplazamientos de población, no estaremos realmente resolviendo el problema, sino únicamente estaremos fijándonos en las consecuencias. Lo que hay que corregir son las causas. Y eso es posible.
Estamos de resaca de la cumbre de la OTAN en Madrid. El Gobierno ha alineado a España con los intereses de Estados Unidos para el próximo ciclo. ¿Qué hacer ante esta nueva situación?
"No tiene sentido que EEUU acuda a solventar sus diferencias con Rusia a territorio europeo"
Nosotros vamos a seguir apostando por acuerdos de paz y de cooperación europea. Todo el mundo es consciente a estas alturas de que la política de expansión ilimitada constante de la OTAN ha causado todo tipo de conflictos, de intervenciones. La intervención de la OTAN en Libia, por ejemplo, deshizo un país, convirtió al país con mayor desarrollo y PIB más alto de África en un estado fallido, que es lo que ocurre en estos momentos. Y así podríamos hablar de numerosas intervenciones que ha habido.
Hay que sustituir las alianzas militares por alianzas de paz y de cooperación. Es sorprendente que, en este momento, la OSCE no esté jugando un papel en Europa, un papel protagónico para el fin del conflicto. Y más allá del fin del conflicto de la guerra en Ucrania, sobre todo en la prevención de nuevos conflictos, apostando por el multilateralismo, porque al final todos los países europeos, incluyendo Rusia, vamos a seguir siendo países europeos, estando en Europa y teniendo que entendernos. No tiene ningún sentido que, al final, Estados Unidos acuda a solventar sus diferencias con Rusia a territorio europeo, porque, además, hay que recordar que son dos países que tienen su propia frontera y pueden, perfectamente, dilucidar sus responsabilidades allí, pero no en suelo europeo. Esa es nuestra posición. El mundo necesita más multilateralismo, menos alianzas militares, frenar la expansión de las alianzas militares, en especial de la OTAN, y apostar por ámbitos de resolución de conflictos que establezcan acuerdos de cooperación y estabilidad en Europa.
¿Qué debe hacer la izquierda internacional ante los desafíos globales que se avecinan?
A mí lo que me sorprende de este concepto estratégico de la OTAN es que no haya incluido el principal problema que tiene la humanidad: que estamos supeditados a un proceso, a un sistema de producción, el capitalismo, absolutamente incompatible con el mantenimiento de la vida humana y de la vida del planeta. Un sistema que degrada el medio ambiente, lo depreda, acaba con sus recursos, contamina, acelera el cambio climático, provoca hambre y provoca destrucción. Este es el gran problema que tiene la humanidad y eso no se evita con armas, con expansiones de alianzas militares o con gran despliegue de tropas. Se evita con una transición industrial, una transición energética que genere formas de producción respetuosas con el medio ambiente y, por lo tanto, con la vida y con un sistema de redistribución de la riqueza. Eso es lo que hace falta en estos momentos a nivel internacional y esa es la visión que tiene la izquierda.
Yo considero que el concepto estratégico de la OTAN es fallido en la medida en que no ha contemplado este problema y en que incluso viene a generar enemigos que no existen. Es decir, la introducción, como si hubiera ahora mismo pocos problemas ya, de un determinado país, en este caso Rusia, como un enemigo irrecuperable. Y además se nos sitúa ante una nueva estigmatización de otro país, en este caso China. No acabamos de entender qué significa definición de riesgo sistémico que se le quiere dar a este país, que es un país que se ha caracterizado por el trabajo y la cooperación multilateral y la amistad entre los distintos países en donde ha intervenido siempre económicamente o comercialmente.
Por cierto, este viernes se presenta en sociedad el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar. ¿Qué espera de él?
"El proceso y proyecto que lanza Yolanda Díaz es una oportunidad"
Es un proceso necesario. Conocemos las limitaciones del actual espacio de convergencia que es Unidas Podemos. Este país necesita que haya una convergencia social y política mucho más amplia para llevar adelante políticas de progreso y de garantía de derechos. Y, sin duda alguna, el proceso y proyecto que lanza Yolanda Díaz es una oportunidad para ello. Es un proyecto que debe ilusionar, pero que debe movilizar y debe organizar esa ilusión para convertirla en reivindicación y estar en condiciones de poder conquistar más ámbitos de poder, de gobierno y más capacidad de movilización. Vincular a los movimientos sindicales y sociales a los necesarios procesos de cambio y de expansión de derechos. Creemos que es una iniciativa que tiene condiciones para conseguirlo y, desde luego, vamos a dar todo el apoyo posible para ello, desde el protagonismo de la sociedad civil, de los sectores sociales, que son los que tienen que ponerse al frente del mismo.
¿Han hecho balance del resultado de Andalucía? ¿Qué ha hecho mal la izquierda?
No hemos sabido cerrar con suficiente antelación un proceso de ampliación del espacio político. Tampoco hemos sabido combatir un desánimo por la situación generada por tanta crisis: la crisis de la pandemia, la crisis económica, la energética motivada por la guerra de Ucrania. No hemos sabido generar ilusión y explicar bien todas las medidas que se están tomando frente a la inacción de otros gobiernos y de la derecha.
Son muy ilustrativos los datos que se publican de desempleo, pues resulta que el desempleo se ha reducido en todas las comunidades autónomas en España menos Andalucía, donde sigue creciendo. Esto hay que ponerlo en relación con la no ejecución de mil y pico millones en materia de políticas activas de empleo que el Gobierno de España transfirió a la Junta de Andalucía en estos cuatro años, en la última legislatura. La Junta de Andalucía ha sido incapaz de ejecutarlos, es decir, ha sido incapaz de utilizarlos para generar empleo.
¿Es normal que no haya habido ni una sola dimisión en toda la izquierda andaluza tras las elecciones?
"Las decisiones sobre responsabilidades correspondientes deben tomarse en los órganos de Andalucía"
Ha habido una autocrítica muy importante de lo mal que se han hecho muchas cosas, de la imagen de enfrentamiento. A lo nuevo le cuesta nacer, lo viejo se resiste a morir, eso es evidente. Y creo que esa imagen desgraciadamente se ha trasladado con el cierre de los acuerdos de coalición. No puede repetirse eso, no puede volver a repetirse.
Yo creo que todas las decisiones sobre responsabilidades correspondientes deben tomarse en los órganos de Andalucía. Es cierto que todavía no se han reunido con la suficiente tranquilidad. Las organizaciones irán haciendo sus debates y creo francamente que de lo que se trata es de corregir errores y de analizar colectivamente, dando la palabra sobre todo a las bases de las distintas fuerzas políticas que conforman Por Andalucía, que han conformado el espacio Unidas Podemos. Desde luego que en Izquierda Unida y en el PCE hay que hacerlo, dar la palabra a las bases y que, fruto de ese debate, se tomen las decisiones correspondientes, y no al revés.
Las peleas internas en la izquierda han sido protagonistas en demasiadas ocasiones. ¿Cómo garantizar que no volverán a ocurrir ?
"Las fuerzas que conforman UP tienen que estimular esa participación de muchas personas que han de ser dueñas de su destino"
Creo que hay que darle cada vez más protagonismo a la sociedad civil y que las fuerzas políticas realicen un papel de impulso, de estímulo a la organización en torno al debate y la formulación de propuestas. Creo que las fuerzas políticas tenemos una experiencia importante a la hora de estimular y facilitar este tipo de procesos, donde el protagonismo tiene que corresponder a la sociedad civil para realmente hacerla protagonista de ese cambio que tiene que venir.
Lo hemos hecho innumerables veces. En IU lo hicimos desde la conformación como tal de un movimiento político y social. Es el ejemplo incluso de Convocatoria por Andalucía. Izquierda Unida abordo también un proceso de refundación cuando tuvo que hacerlo para adaptarse a esos espacios más amplios de convergencia, de los que salió Unidas Podemos Y ahora también estamos en un momento histórico en el que no solamente IU, sino el resto de fuerzas políticas que conforman Unidas Podemos tienen que hacer ese debate, tienen que adaptarse y estimular esa ampliación y esa participación de muchas personas que han de ser dueñas de su destino.
¿Qué prioridades se marca Unidas Podemos para lo que queda de legislatura en el Gobierno?
"Tenemos que garantizar unos PGE que sean socialmente expansivos"
Es imprescindible reforzar los derechos sociales, mejorar los derechos laborales y abordar una reforma fiscal en profundidad. Eso es imprescindible. No puede ser que con la crisis, que probablemente va a durar una temporada, el Estado renuncie a recaudar para redistribuir precisamente en aquellos ámbitos donde se están generando beneficios absolutamente injustificados, propios de operaciones especulativas. Y me refiero claramente al sector eléctrico y al sector petrolero. En estos momentos, es obvio que en todas las situaciones de crisis hay empresas o personas que se enriquecen, se generan nuevos millonarios.
Lo vimos también durante la crisis del covid-19, y eso requiere un sistema fiscal ágil que realmente se basa en una fiscalidad progresiva. Tiene que pagar más el que más beneficios obtiene, sobre todo sabiendo que además el sistema fiscal no es en ningún momento expropiador de nada. Es decir, que nadie va a quedarse sin sus empresas o sus sin sus métodos o sus formas de llevar adelante procesos productivos. Con lo cual, no cabe ninguna duda que hay mucho margen todavía en el sistema fiscal, y eso es una necesidad que tenemos que hacer.
Tenemos que garantizar unos Presupuestos Generales del Estado que sean socialmente expansivos, que mejoren las ayudas a las familias y mejoren las ayudas a los trabajadores y las trabajadoras. Y tenemos que desarrollar mucho más el sistema de cuidados en nuestro país. Y también dar un empuje a las libertades civiles y la recuperación de derechos. Es una buena noticia que vayamos a avanzar en la aprobación de una nueva ley de memoria, pero todavía es imprescindible garantizar la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana y acabar con todos los mecanismos de recortes de libertad que llevó adelante el Partido Popular.
Volvamos al Congreso del partido. ¿Qué pretende aportar reeditando como secretario general al PCE?
Siempre he estado a disposición del partido, como corresponde a decisiones colectivas. Yo en el anterior congreso me presenté porque se me propuso y yo estoy a disposición para lo que decida el partido en cada momento. He sido una persona afortunada por poder dirigir un partido centenario como es el Partido Comunista de España y en este momento tan importante, donde creo que ha quedado claro que, con sus aciertos y sus errores, el PCE ha sido una fuerza política destacada en el actual panorama.
"Hago un llamamiento para no condenar al PCE a la irrelevancia política"
Lo más importante en este momento es hacer un llamamiento a la reflexión a toda la militancia del PCE. El proceso del Congreso es un proceso que ha empezado hace meses, se han producido ya los debates que ahora se tienen que finalizar en los dos días de sesiones de nuestro XXI Congreso. Pero los debates sobre la gestión, los debates sobre las tesis políticas, sobre el trabajo en la sociedad en estos cuatro años ya se han realizado y sabemos claramente las opiniones de la militancia del partido y que hay un apoyo a la gestión, al trabajo de la dirección saliente. Quiero hacer un llamamiento expreso a que el partido siga siendo una herramienta útil, a que el partido salga en aquellos lugares donde haya podido caer en el ensimismamiento.
Es imprescindible llegar a un acuerdo que facilite una candidatura lo más amplia posible de integración, donde todas las inquietudes y todos los puntos de vista de nuestro partido estén representadas y donde se respete lo que ha sido también el criterio mayoritario de que lo que se ha venido haciendo, no por la dirección saliente, sino por el PCE en estos cuatro años. Era imprescindible que se hiciera y que sigamos siendo un partido útil. Hay que hacer un llamamiento a la militancia para que un partido que acaba de cumplir 100 años, que tengamos entre todos y todas la responsabilidad y la madurez suficiente para no optar por salidas que pueden condenarlo a la irrelevancia política, situación que evidentemente no ha ocurrido en estos años, sino todo lo contrario.
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