Este artículo se publicó hace 3 años.
Engaño o error: juicio clave contra un laboratorio de ADN por no identificar el parentesco en un caso de 'niños robados'
Una madre que llevaba 40 años buscando a su hija, que le fue arrebatada al nacer por una monja, lleva a juicio al laboratorio que no detectó la coincidencia genética como madre e hija entre ella y una mujer mexicana que buscaba a su familia biológica.
Madrid-
Mercedes Moya (Huelva, 1958) ha hecho realidad su sueño de encontrar a la hija que dio a luz en el mes de mayo de 1978 en la Maternidad Provincial de Madrid; un bebé que llegó a inscribir en el Registro Civil, pero que, a los dos días, una monja, sor Pura, se lo arrebató sin más explicaciones. La criatura fue a parar a manos de un matrimonio mexicano, que la crió y que ya de adulta la animó a encontrar sus orígenes. Cuarenta y un año después, una vez localizada su hija, Mercedes quiere ahora que se haga justicia sobre el "error" del laboratorio Labgenetics, en Madrid, que en 2018 no identificó la coincidencia de perfiles entre madre e hija. El resultado positivo se confirmó un año después por medio de otra prueba. El juicio contra Labgenetics por presunta negligencia se celebra el próximo 29 de abril.
En España ser madre soltera en 1977 aún era un estigma debido a la moralidad
nacional-católica impuesta durante el franquismo. Existían centros del Estado específicos para ocultar allí a las "descarriadas", como se las consideraba. Eran éstos lugares terribles, como el famoso internado de Peñagrande, en Madrid, donde se las presionaba para dar en adopción a sus recién nacidos. Las que no aceptaban, corrían el riesgo de perder a sus hijos a la fuerza, sustraídos bajo la autoridad de algunas monjas, que, como la famosa sor María, tenían la consideración de asistentes sociales, con plenos poderes para gestionar adopciones.
Este fue el contexto en el que Mercedes Moya llegó a Madrid en 1977 desde su Huelva natal. Tenía 19 años y estaba embarazada siendo soltera. La ingresaron en la institución dirigida por sor Pura en el barrio de Carabanchel, llamada 'Tu casa'. El 7 de mayo de 1978 dio a luz en la ya extinta Maternidad Provincial. Por entonces, un encargado del Registro Civil acudía a las maternidades para facilitar la inscripción de los recién nacidos. "En un descuido de la monja que me vigilaba en el hospital pude inscribir a mi hija", cuenta Mercedes. Lo hizo con el nombre de María José.
"A los dos días, sor Pura llegó al hospital con un vestidito para la niña. Cogimos un taxi para ir al centro de mujeres, pero en un momento dado paramos junto a un fotomatón. Me quitó a la niña de los brazos y dijo que iba a hacerle una foto y se fue con ella. El taxista arrancó y me llevó al centro. Cuando sor Pura regresó no traía a la niña", relata Mercedes Moya.
De nada le valieron las súplicas a esta madre. Recuerda que sor Pura le dio un sobre con dinero, que Mercedes rechazó: "No quería dinero, yo no había vendido a mi hija. Me estuvo presionando, insultando, amenazando hasta que firmé unos documentos ante notario". Mercedes supone que "al haber registrado a la niña y, por tanto, existir una partida de nacimiento, necesitaban que diera mi consentimiento para la adopción".
Mercedes Moya coincidió en el despacho del notario con un famoso cantante de la época y con su mujer, quienes acabaron adoptando a una niña. "Siempre pensé que aquella niña era mi hija". Y con ese convencimiento, pasaron los años. Mercedes se casó, tuvo más hijos, pero nunca abandonó el sueño de reencontrarse con aquella niña que tuvo entre sus brazos durante unos días y a la que llamó María José.
En plena campaña del colectivo de afectados por el robo de bebés, en 2013, unos laboratorios de genética, LabGenetics, se ofrecieron a colaborar con la causa, creando un banco de perfiles genéticos con el fin de propiciar los reencuentros entre personas que buscaban a sus familias biológicas y los padre y las madres que trataban de localizar a sus hijos dados por muertos al nacer o que fueron sustraídos, como le pasó a Mercedes. Las pruebas de ADN costaban 60 euros. Mercedes se las hizo en 2014 y depositó sus muestras en el banco de LabGenetics.
María José, la mexicana
Cuatro años después, también depositó sus muestras de ADN en los mismos laboratorios una joven residente en Guadalajara, México, de nombre María José. Mercedes y ella ya habían contactado en 2010, cuando la mexicana comenzó a participar en los foros de Internet donde el colectivo de 'niños robados' ponía anuncios de búsqueda. "María José había nacido el mismo día que mi hija, el 7 de mayo de 1978, pero en una clínica privada de Madrid. Este dato me confundió. Luego supe que los responsables de la trama, cambiaban datos para despistar", explica Mercedes, que, por entonces, seguía convencida de que su hija era la hija adoptada por el cantante.
"El cotejo realizado entre el perfil de María José con los perfiles genéticos de los hijos/as biológicos y padres/madres presentes en la base de datos a fecha 17/07/2018 ha resultado negativo". Esta fue la comunicación por escrito que recibió la mexicana". "Ella se quedó profundamente decepcionada, porque estaba convencida de que yo era su madre. Yo hablé con el responsable del laboratorio y me dijo que no se había dado coincidencia alguna", dice Mercedes, que contrató a un detective para averiguar si la hija del cantante era en realidad la hija que ella trajo al mundo. El resultado fue negativo.
María José no se rindió: seguía convencida de que Mercedes era su madre. Un afectado del colectivo de 'niños robados' realizó una prueba con los datos de los ADN de María José y Mercedes utilizando el software PatCan2, que compara alelos. El resultado no dejaba dudas: eran madre e hija.
Maternidad prácticamente probada
"Entonces llamé a LabGenetics para volver a preguntar por la prueba de María José y volvieron a decirme que la habían hecho bien y que no había coincidencias. Pero a los días ella recibió un mensaje del laboratorio explicándole que había habido un error y que no habían detectado la coincidencia entre su perfil y el mío". El certificado de este laboratorio, con fecha 22 de mayo de 2019, al que ha tenido acceso Público, certifica que el resultado de la prueba mitocondrial es del 99,9%: "Maternidad prácticamente probada".
"Mi representada podría llevar un año disfrutando de su hija biológica,
y que brutalmente le fue robada de sus brazos recién nacida, si el laboratorio
LabGenetics hubiera prestado la suficiente atención y hubiera aplicado la
diligencia que cabría esperar en este tipo de análisis", consta en la querella de Mercedes Moya contra el laboratorio por presunta negligencia. LabGenetics ha declinado ofrecer su versión a Público.
El juicio, que se celebrará el próximo 29 de abril en los juzgados de Alcobendas, es crucial para el colectivo de los 'niños robados'. Las personas afectadas llevan años exigiendo pruebas de ADN a cargo del Estado, desconfían de los laboratorios porque apenas se han resuelto casos a través de las pruebas genéticas en España. Desde hace un tiempo, los afectados prefieren encomendar estas pruebas a laboratorios de Estados Unidos que facilitan el envío de material genético por medio de su propio sistema de correos. Gracias a estas pruebas se están resolviendo algunos casos de 'niños robados'.
"Este juicio es muy importante para mí y para mis compañeras que llevan muchos años buscando a sus hijos. Si a mí me pasó le ha podido pasar a más personas, que creyeron lo que les decían en el laboratorio: que no había coincidencias, que sus hijos y sus madres no estaban en ese banco de ADN --clama Mercedes Moya-- No sé si fue un engaño o un error del laboratorio, pero en un asunto tan serio y sensible como el de los 'niños robados' hay que ser muy riguroso en cuanto al cotejo de muestras de ADN".
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