Este artículo se publicó hace 6 años.
Elecciones generalesBoda laica en Barcelona entre PP y Ciudadanos para llegar a La Moncloa
Cuando faltan 9 días para que arranque oficialmente la campaña electoral, los candidatos catalanes en el Congreso español participan en el primer debate. Cayetana Álvarez de Toledo y Inés Arrimadas protagonizan el debate con una andanada de golpes mutuos para ver quién es más dura con los independentistas, pero finalmente aseguran que pactarán el asalto a La Moncloa "si los números les salen".

Ander Zurimendi
Barcelona-
El Proceso catalán volverá a ser el tema estrella de las elecciones generales previstas para el 28 de abril. Esta parece ser la nada disimulada estrategia del PP y Ciudadanos, escenificada esta tarde en Barcelona por las candidatas Cayetana Álvarez de Toledo e Inés Arrimadas. Las dos constitucionalistas han protagonizado el debate organizado por el diario La Vanguardia, con un tira y afloja constante en el que las dos han intentado dejar en K.O a la candidata socialista y ministra en funciones Meritxell Batet.
Álvarez de Toledo y Arrimadas han abierto fuego desde su primera intervención, pero en vez de combatir directamente con los partidos independentistas, han arrancado con una competición mutua para ver quién hacía descalificaciones más gordas sobre el independentismo. Aun así, ya en el tramo final del debate, las dos han reconocido voluntad de pactar para llegar a La Moncloa. La líder catalana de Ciudadanos ha insistido en el hecho que no pactarán con el PSOE y ha puesto por ejemplo el caso andaluz: “Dijimos que no pactaríamos con Susana Díaz, aunque sumáramos en votos. Y ahora mismo estamos gobernando en la Junta con el PP”. Cayetana Álvarez Toledo ha recogido el guante y, de este modo, se ha formalizado el compromiso de boda (laica). Desde Barcelona para todo el Estado.
Arrimadas no ha querido firmar en directo un papel con la promesa de no pactar con los socialistas, pero ha asegurado que la decisión ya estaba tomada por Ciudadanos internamente. El candidato de ERC Gabriel Rufián ha hecho burla de este compromiso y ha vaticinado que acabará habiendo pacto entre Ciudadanos y PSOE. “Y que, además, aplicarán el 155”, ha añadido.
El PP sugiere que la mitad de los catalanes son “xenófobos”
Pero antes de la muestra de amor mutuo, PP y Ciudadanos se han adentrado en una competencia enconada para marcar perfil más duro. Se necesitan, pero se combaten para morder el mismo electorado. En medio de esta lucha, la candidata del PP ha llegado a sugerir que la mitad de los catalanes son xenófobos: “El principal problema en Catalunya es la xenofobia. ¿Qué ha pasado para que centenares de miles de catalanes no quieran convivir con la otra mitad de la sociedad?”. Arrimadas, por el contrario, ha apostado por la vía supremacista. “Quim Torra escribió que los españoles son unos animales y Laura Borràs que los inmigrantes que hemos venido a vivir a Catalunya somos unos colonos, porque se piensa que los no nacionalistas somos tontitos”. Borràs, candidata de Junts per Catalunya y presente a la sala, ha sido acusada directamente tanto de “xenófoba” (PP) como de “supremacista”(Cs).
Aun así, la candidata del PP ha recriminado a Ciudadanos falta de valentía en Catalunya por no haberse presentado a la investidura del Parlamento catalán, mientras que Ciudadanos ha replicado que el ascenso del nacionalismo en Catalunya es en parte “culpa del PP”. De hecho, el aterrizaje de Álvarez de Toledo a la política catalana (al menos durante los meses de abril y mayo, tiempo que durará la campaña electoral) ha sido una maniobra de Génova para disputar el electorado del partido naranja. Y reflotar sus pobres resultados en Catalunya, que el 21-D tocaron fondo y se llevaron por delante el liderazgo de Xavier García Albiol. Los populares han buscado entre sus cuadros un perfil similar al de Inés Arrimadas: liderazgos femeninos jóvenes, que siempre salen al ataque, que huelen la sangre, que se sienten cómodas en la discusión, que ni callan ni tienen ningún problema en interrumpir al adversario...
Y han topado con Cayetana. De base, la órbita de la FAES y el entorno del expresidente Aznar, Álvarez de Toledo tiene un carisma innato. Y Catalunya puede ser su trampolín definitivo para saltar a la política nacional como voz protagonista. Ya había sido diputada en el Congreso, pero con perfil más bajo. Incluso llegó a dimitir como protesta por la “deriva” del PP de Rajoy. Con el advenimiento de Pablo Casado, Álvarez de Toledo vuelve y lo hace con ciertas expectativas.
El PSC reivindica que al menos Sánchez lo ha intentado
El triunvirato del 155 se completaba con la candidata del PSC, Meritxell Batet, pero a quién PP y Ciudadanos han querido expulsar de su bando, acusándola de ser “nacionalista”. A pesar de que Batet ha intentado defenderse diciendo que Catalunya es una “tierra de acogida” y que incluso tuvo “un presidente nacido en Córdoba” (en referencia a José Montilla), el PP simplemente ha espetado que “Montilla también es nacionalista”. Álvarez de Toledo ha intentado acorralar a la ministra en funciones instándola en público a que revelara qué se pactó en la declaración de Pedralbes (en relación a la minicumbre entre los presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra el pasado diciembre). Y lo ha acusado de “pactar con los nacionalistas en mesas de partidos a los márgenes de las instituciones democráticas”. También ha disparado contra la figura (no nata) del relator: “Incluso Felipe González lo ha rechazado”.
Batet ha intentado replicar, de forma argumentada, la actuación del ejecutivo de Pedro Sánchez en el asunto catalán: “El Gobierno de España ha vuelto a Catalunya porque el PP había renunciado a ser y dejó de convocar las comisiones oficiales”. También ha hecho un llamamiento al diálogo con los independentistas, a pesar de que con “el respecto a las leyes” como línea roja. Además, ha insistido que se trata de un “problema político, que hay que resolver por la vía política”.
En este debate había dos ausencias notables: los presos Oriol Junqueras y Jordi Sánchez, oficialmente candidatos de ERC y Junts per Catalunya, respectivamente. Los dos han estado en el recuerdo de convergentes, republicanos y comunes, los cuales han utilizado sus primeras palabras para recordar “la injusticia” de su encarcelamiento y juicio. Quien más se ha adentrado en el debate ha sido la candidata de Junts per Catalunya, Laura Borràs, aunque le haya supuesto recibir las descalificaciones personales más graves que se han podido oír hoy en el auditorio del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Por su parte, Rufián ha conseguido algunos enfrentamientos dialécticos con el tándem Cayetana-Arrimadas. Por el contrario, quien se ha mostrado del todo descolocado y invisibilizado ha sido Jaume Asens, candidato de Catalunya En Comú.
Los Comunes intentan escabullirse del sándwich entre el 155 y los ‘indepes’
Sin duda, no es el terreno en el que los Comuns se sienten más cómodos, visto el intento de marcar equidistancia entre independentistas y los partidarios del 155. Pero ni el perfil marcadamente soberanista de Asens hace que el proceso catalán sea visto por los Comuns como una golosa bolsa de votos. En cambio, Asens se ha sentido muy cómodo cuando el debate se ha centrado en la crisis económica y los recortes. Siguiendo el relato tradicional de Podemos, ha empezado diciendo: “No tenemos compañeros que sieguen a las poltronas de las empresas de la Ibex35, ni deudas con los bancos, como el PSOE”.
Además, ha alabado los presupuestos de 2019 (no aprobados y desencadenantes de las elecciones anticipadas): “Éramos más nuestros que del PSOE, fuimos nosotros quien los forzamos a moverse”. Finalmente ha hecho énfasis en el presunto caso de guerra sucia (mediática) sufrida por Podemos: “Acabaremos con las cloacas del Estado”. Aun así, el debate ha estado marcado por Catalunya. Y parece que será lo habitual en campaña.
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