ZARAGOZA .- Pablo Echenique, que dentro de unas semanas será relevado como secretario general de Podemos Aragón, deja su escaño en las Cortes autonómicas para dedicarse de manera exclusiva a la secretaría de Organización y Programas estatal de los morados, en cuya última asamblea, en Vista Alegre 2, obtuvo el respaldo de más de 80.000 inscritos, una cifra solo superada por Pablo Iglesias. Lo
hace ahora, señala, para no condicionar con su actividad parlamentaria el proceso de renovación de la dirección autonómica –“a diferencia de lo que estamos viendo estos días en otras formaciones políticas”, señala- y para no interferir en “los nuevos liderazgos que tienen que construirse en Podemos Aragón”.

¿Por qué llega ahora esa decisión?

La decisión la teníamos clara, y tiene que ver con no robar protagonismo a los nuevos liderazgos que se van a ir consolidando en Podemos Aragón cuando tengamos la renovación de órganos. En la ejecutiva pensamos que era mejor que no condicionara con mi presencia el desarrollo de la asamblea ciudadana, y consideramos que era inteligente llevarla a cabo antes de comenzar el curso político. Otras fuerzas políticas utilizan sus cargos públicos para influir en sus asuntos orgánicos.

¿Cuáles son los motivos que le llevan a optar por el puesto en Podemos estatal y dejar los cargos en Aragón?

Hay tres motivos fundamentales. Uno es que me tomo como un mandato
serla segunda persona más votada después de Pablo Iglesias en Vista
Alegre 2, que fue una sorpresa para todos y también para mí. El segundo es que afronto con muchas ganas las tareas de mi puesto estatal. En la Secretaría de Organización apenas había tenido un año para poner las cosas en marcha, y se acerca un reto importante como las elecciones municipales y autonómicas de 2019, que van a exigir un esfuerzo organizativo como no hemos hecho hasta ahora, y también es un reto la responsabilidad de la secretaría de Programas, que tiene un carácter más político y que me va a mantener más pegado a la calle. El tercer motivo, y quizá el más importante, es que dejó Podemos en buenas manos en Aragón, con mucha gente muy preparada y un equipo muy potente.

¿Cuál va a ser su principal tarea en la organización estatal de
Podemos?

No es lo mismo que te vaya bien en unas elecciones generales que en unas municipales. Para que te vaya bien en las municipales tienes que tener pie, personas queridas por los vecinos en, si puede ser, todos los pueblos de España. Hace falta otro tipo de tejido. Hemos de hacer una organización más amplia y más abierta, hablar más del afuera que del adentro. Sin eso no nos va a ir bien en las municipales, y las municipales son fundamentales para que nos vaya bien luego en las generales. En cuanto al programa, en las últimas elecciones presentamos el mejor del panorama político porque lo elaboramos con la sociedad civil, que es quien conoce los problemas. Y a eso ahora le podemos añadir la experiencia de los grupos parlamentarios.

Es decir, que se va a centrar en preparar las municipales y
autonómicas de 2019 y las generales de 2020.

Yo espero que podamos echar a Mariano Rajoy antes de 2020, pero si no podemos hacerlo antes, llegaremos con un programa mejor todavía que el de la última convocatoria.

¿Ese objetivo de las municipales pone en cuestión el modelo de las
confluencias que gobierna en las principales ciudades del país?

Para nada. Los modelos de Ahora Madrid, Zaragoza en Común, Barcelona en Comú, Compostela Aberta no los cuestionamos ni los queremos cambiar. En los municipios más pequeños del territorio suelen ganar los partidos de siempre, y eso no nos lo podemos permitir. Hemos de llegar a cada valle, cada comarca y cada pueblo. El ámbito municipal es un reto para nosotros. Hemos de tener una presencia mayor, pero sin modificar las historias de éxito, de las que estamos muy orgullosos. Una de las cosas que ha aprendido nuestro país con los ayuntamientos del cambio es que aquellos mensajes que decían que cuando llegaran a los gobiernos los malvados bolivarianos iba a llegar el apocalipsis era intoxicación y
propaganda. Lo que demuestran Manuela Carmena, Ada Colau, Pedro Santisteve Xulio Ferreiro o Kichi es que no solo no llega el apocalipsis sino que además bajamos la deuda y aumentamos el gasto social. Eso es un capital impresionante, y no tenemos ninguna intención de modificar esos acuerdos.

¿Cómo dejas Podemos Aragón en clave orgánica, como proyecto
político y en cuanto a implantación?

Nuestros catorce diputados son personas que ya saben cómo gestionar una
institución, nuestra capacidad para impulsar leyes y para trabajar ha sorprendido a todo el mundo. En implantación territorial estamos mejor que el resto de España, pero no nos escapamos de la generalidad del Estado, que es que falta mucho para tener una implantación proporcional a nuestro apoyo electoral. Aspiramos a tener un millón de inscritos y 100.000 militantes en todo el país, y de eso todavía estamos lejos. Y, en el plano político somos los únicos que hemos demostrado tener un proyecto distinto y alternativo al del PP. Hay buenos mimbres para llegar al Gobierno de Aragón. Uno de nuestros retos es que en 1919, además de ayuntamientos del cambio, haya comunidades del cambio.

¿Va a intervenir usted en el debate del Estado de la Comunidad, que
comienza el día 13?

No. Yo voy a dejar el escaño esta semana, y la lógica dicta que sea la
portavoz, Maru Díaz, la que confronte nuestro modelo con el de Javier
Lambán, al que juzgamos casi ausente en estos dos últimos años y que
ahora creemos que estará más preocupado por el proceso interno de su
partido. Solo han hecho gestos y han buscado alguna foto y solo han
tomado decisiones de calado cuando les hemos presionado, aunque han
intentado condicionarlas.