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No son tiempos fáciles para el Gobierno de Pedro Sánchez. En realidad, nunca lo han sido, según suelen señalar en las filas socialistas. La complejidad parlamentaria, la eterna negociación ha marcado los primeros meses de legislatura. El horizonte, no obstante, es mejor esta semana que la anterior por esa grieta de entendimiento que parece haberse abierto entre el PSOE y Junts.
Además, los socialistas cuentan con una baza a su favor, según sus análisis. Lo que tienen enfrente no se consolida. Por un lado, no hay una mayoría alternativa a la construida en torno a la investidura de Sánchez. Pese a los acercamientos del PP al partido de Carles Puigdemont y los guiños al PNV, el fantasma de una hipotética moción de censura encabezada por Alberto Núñez Feijóo parece a día de hoy una quimera.
Por otro lado, los socialistas viven con cierta tranquilidad también porque consideran a Feijóo un líder débil y a la baja. Son varios los factores a destacar en sus argumentaciones. Uno de ellos tiene que ver con su popularidad, según los datos que se transmiten las encuestas. Aunque es cierto que buena parte de ellas refleja una mayoría para formar Gobierno entre PP y Vox, hay otros datos que no pasan desapercibidos.
Los socialistas consideran a Feijóo un líder débil y a la baja
Concretamente destaca la evolución de las notas de valoración sobre líderes políticos que hace el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Cuando Feijóo llegó a la presidencia del PP, en primavera de 2022, el dirigente gallego tenía un aprobado, con un 5,2 de nota media. Superaba a Sánchez en más de medio punto y solo estaba detrás de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
En cambio, en el último barómetro publicado por el organismo que dirige José Félix Tezanos, la nota es ya de un 3,95, por debajo de Sánchez y Díaz. Los datos sobre la confianza que inspira Feijóo entre los encuestados también se han dado la vuelta en dos años y medios. Si en 2022, por ejemplo, al 30% le ofrecía "bastante confianza", ahora ese campo se sitúa en el 17%. Otros sondeos realizado este año, como uno de Simple Lógica publicado en eldiario.es en mayo señalaba que Feijóo es el líder político peor valorado entre sus propios votantes.
La tesis del PSOE es que Feijóo no es capaz de controlar a su partido y eso genera contradicciones evidentes de discurso y actitud de oposición. Han sido varias durante las últimas semanas, con carácter simbólico y en un contexto de reuniones entre Sánchez y los presidentes autonómicos del PP. Por ejemplo, mientras en Génova criticaron duramente el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria europea, el presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, se lanzó a felicitarla en redes sociales.
Los socialistas han tratado de agitar la división interna de los populares sobre financiación autonómica pese al intento de unidad mostrada hace unas semanas en lo que llaman el PSOE "la cumbre de la Moncloa fake". Feijóo usó un escenario con evidentes similitudes a la sede presidencial para reunirse con sus barones. Un asunto que generó mofas y que es según los socialistas una muestra más de la frustración del líder del PP por no gobernar.
Los encuentros producidos hasta la fecha no han desembocado en acuerdos bilaterales con Sánchez aunque sí se han tratado diferentes temas. Pero sí que se lanzaron mensajes desde Andalucía o Galicia de la necesidad de que haya Presupuestos Generales del Estado (PGE). Tanto Alfonso Rueda como Moreno Bonilla señalaron la necesidad de que haya cuentas públicas, aunque pidieron al Gobierno que los negocie.
Los socialistas han apelado de forma continua al PP para que apruebe un techo de gasto que beneficia a sus comunidades autónomas. Además, el lehendakari, Íñigo Pradales, del PNV, visibilizó la voluntad de dar estabilidad a la legislatura. Un mensaje que supuso cerrar cualquier tipo de dudas sobre el papel de los jeltzales respecto al Gobierno.
Mientras tanto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz
Ayuso, todavía no tiene fecha para reunirse con Sánchez. En el PSOE la han situado de manera reiterada como la verdadera lideresa de los populares y con gran influencia sobre los movimientos de Feijóo. Esta misma semana se han evidenciado de nuevo diferencias de discurso. La propuesta del líder del PP sobre reducir la jornada laboral ha provocado un rechazo directo en el PP de Madrid.
Los contratos de su hermana
Las informaciones reveladas en Público sobre las adjudicaciones a Eulen, empresa de la que es directiva la hermana de Feijóo, es otro frente que tratan de explotar desde las filas socialistas. En Ferraz consideran que antes o después el líder del PP tendrá que dar explicaciones y no descartan que acuda a la comisión de investigación puesta en marcha en el Congreso.
En Ferraz consideran que antes o después Feijóo tendrá que explicar las adjudicaciones a la empresa de su hermana
De momento, el PSOE exige y presiona al líder de los populares para que no evite ir a la comisión de investigación impulsada en el Parlamento de Galicia por el BNG. Del mismo modo, los socialistas han solicitado nueva documentación para examinar posibles irregularidades.
Las posiciones mantenidas sobre Venezuela también han sido fuertemente criticadas por el PSOE, donde consideran que ha hecho el "ridículo" con tal de criticar al Gobierno. El opositor Edmundo González ha echado por tierra los argumentos del PP sobre una supuesta connivencia del Ejecutivo de Sánchez con Nicolás Maduro.
En Ferraz señalan que la política internacional de Feijóo la marca el ala dura de su partido, representada por Ayuso o el expresidente José María Aznar. Con este último compartió un acto el pasado jueves. "La libertad no se defiende sola y hoy hay que defenderla en muchos frentes bélicos", dijo Aznar en ese foro.
En Moncloa y Ferraz mueven el avispero cada vez que tienen la oportunidad. Hace pocos días, el ministro de Transformación Digital destacó ante los medios que "cada vez más voces en el PP" cuestionan el liderazgo de Feijóo. "Cada vez más voces en el PP piden una reflexión, saben que así no se va a ningún sitio", añadió al tiempo que calificó a Feijóo como "líder menguante".
Entre tanto, al Ejecutivo de coalición le vienen por delante semanas intensas para ver si la grieta de luz que hay con Junts permite sacar adelante el techo de gasto, primero, y los PGE después. Los socios parlamentarios no se lo van a poner fácil. Tampoco en otras cuestiones donde se está aumentando la presión. Por ejemplo, la política de vivienda, donde han generado revuelo las últimas declaraciones de la ministra Isabel Rodríguez y con manifestaciones en las calles en el horizonte. La recurrente fórmula del "otoño caliente" a nivel político se acerca.
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