Este artículo se publicó hace 4 años.
CatalunyaConvocatoria electoral en diferido
La convocatoria de elecciones de Torra, supeditada a los plazos de aprobación de los presupuestos, abrirá las urnas en Catalunya hacia el mes de mayo pero certifica la fractura total del Govern, que sufrirá una tensa coexistencia entre los socios de JxCat y ERC
Barcelona-Actualizado a
Catalunya irá a las urnas, pero todavía no sabemos exactamente cuándo. La olla a presión en que se ha convertido los últimos días el Govern de la Generalitat que comparten Junts per Catalunya y ERC ha acabado explotando con la comparecencia realizada este mediodía por el presidente de la Generalitat, Quim Torra. La situación vivida el lunes en el Parlament con la retirada del escaño de diputado a Torra ha sido el detonante definitivo. "El lunes la presidencia del Parlament dejó a la intemperie a la presidencia de la Generalitat. La represión se combate sin doblarse", ha dicho Torra en el duro alegato contra ERC de su comparecencia.
Finalmente, no sin haber discutido otras muchas opciones, la opción escogida para dar respuesta a la confrontación con ERC ha sido la convocatoria electoral por parte del president, pero en diferido. Se concretarán, convocarán y anunciarán una vez se hayan aprobado los presupuestos. "Esta legislatura ya no tiene recorrido político" ha dicho Torra que ha evidenciado el anuncio electoral en el momento que ha afirmado que "ningún Govern puede funcionar sin unidad y lealtad".
Catalunya entra así en periodo preelectoral sin concretar exactamente cuándo serán estos comicios. La tramitación de los presupuestos se podría finalizar a lo largo del mes de marzo. En la comparecencia Torra ha asegurado que convocará posteriormente con la fecha "que sea más conveniente para el país". Y a partir de la firma del decreto electoral hay que contar los 54 días preceptivos que marca la ley electoral. Las fuentes consultadas apuntan que las urnas se abrirían hacia el mes de mayo. Fuentes de JxCat indican que existe un margen de maniobra que dependerá de las tareas de reordenación del espacio postconvergente que tiene que decidir cómo se reconfigura el PDeCAT y JxCat, cuál es el futuro de la Crida y quién es el candidato o candidata. A pesar de que algunas voces del partido apostaban por la actual líder del grupo parlamentario en el Congreso, Laura Borràs, estas mismas fuentes aseguran que no está decidido quién encabezará la lista de JxCat.
Los asuntos judiciales de Borràs desaconsejan que sea ella, a pesar de ser persona de máxima confianza de Carles Puigdemont. Tampoco se descarta desde JxCat la posibilidad que Puigdemont sea el candidato, pero estas fuentes recuerdan que apuntan que igualmente requeriría un número dos que pudiera ser candidato efectivo, puesto que Puigdemont no tiene intención de renunciar al acta de europarlamentario que sería incompatible con la de diputado del Parlament de Catalunya.
En condiciones normales la situación de extrema tensión entre los socios de govern que ha comportado la dura declaración de Torra supondría la fractura inmediata de cualquier Ejecutivo y la convocatoria de elecciones urgente. Pero en Catalunya nada es normal y una coyuntura marcada por los difíciles equilibrios entre los partidos de la mayoría independentista que sustenta el Govern y la necesidad de aprobar los presupuestos que apenas iniciarán la tramitación con la luz verde del Consejo Ejecutivo de esta tarde -así lo ha confirmado Torra en la comparecencia- ha complicado la opción de una ruptura exprés a pesar de que la fractura total ha quedado confirmada en la dura comparecencia del president.
De hecho, dos factores han marcado las decisiones tomadas por el president Torra y JxCat y la presión ejercida desde sus socios de Esquerra -si todavía se puede definir así la relación entre los dos partidos del Govern-: ninguno de los dos quiere ser responsable de frustrar la aprobación de los presupuestos y nadie se quiere responsabilizar de la ruptura del Govern. Por lo cual Torra finalmente ha decidido aprobar las cuentas aplazando en el tiempo la convocatoria electoral y tampoco expulsar a ningún miembro republicano del Govern, en particular o en su totalidad.
En ERC se da por hecho que Aragonès será el candidato en las ya imminentes elecciones
Una decisión que también buscaría, según fuentes próximas a la presidencia, dar un mensaje de responsabilidad "poniendo el país y sus necesidades por delante de los intereses partidistas" y asumir como propios unos presupuestos que desde ERC recuerdan que "JxCat aceptó a regañadientes porque no los querían".
Unas cuentas que Torra ha definido como "un proyecto de país" en la comparecencia, con el objetivo de rebajar el capital político que supone para su ahora ya adversario político de Esquerra. No se puede olvidar que los presupuestos, con un claro acento de izquierdas, han sido construidos por Pere Aragonès, logrando un acuerdo histórico con En Comú Podem incluyendo la reforma fiscal más progresiva desde la reinstauración de la Generalitat. Y a pesar de no estar decidido en el seno de ERC, en el partido republicano se da por hecho que Aragonès será el candidato en las ya imminentes elecciones.
El anuncio de elecciones en diferido de Torra no quiere decir que no se haya planteado la opción de la ruptura y durante la mañana una dirigente de JxCat confirmaba la posibilidad que Pere Aragonès fuera cesado como vicepresidente, aunque manteniendo la cartera de Economía para preservar los presupuestos. La opción finalmente ha sido descartada por el peligro que comportaba que echando al jefe de filas de ERC los republicanos decidieran dejar el Ejecutivo en tromba y abrir una crisis de resultados imprevisibles.
La escenificación de la ruptura con ERC y la opción de la convocatoria electoral en diferido ha sido una exigencia de Torra a JxCat
A pesar que la decisión tomada no tiene consecuencias inminentes, la escenificación de la ruptura con ERC y la opción de la convocatoria electoral en diferido ha sido una exigencia de Torra a JxCat que consideraba que no podía esperar sin hacer nada después del asunto de la retirada de su escaño de diputado en cumplimiento del dictamen de la Secretaría General del Parlament que había asumido la inhabilitación dictada por la Junta Electoral Central (JEC). La Secretaría General cambió de posición -con anterioridad había rechazado la retirada del acta a Torra- después del aval preventivo del Tribunal Supremo a la JEC. Y la Mesa del Parlament, bajo el mando del presidente de la cámara catalana, el republicano Roger Torrent, asumió la inhabilitación de Torra como diputado. La dura intervención del president con alusiones y reproches muy directos contra Torrent y contra ERC por haber permitido el que considera una cesión a la imposición antidemocrática y un ataque a las instituciones catalanas activó las hostilidades. "Hoy (por el lunes) se abre la puerta para desguazar las instituciones. Y no lo podemos permitir, sobre todo cuando el fondo de la cuestión es la libertad de expresión", exclamó Torra desde el atril del Parlamento.
El desencuentro definitivo entre JxCat y ERC
El alegato de Torra comportó el desencuentro definitivo entre JxCat y ERC después de que las conversaciones durante varios días entre los socios no permitieran una solución de consenso al callejón sin salida político que había generado la JEC. La imagen de Aragonès con rictus serio y sin aplaudir a Torra, a su lado, cuando el President volvió del atril a su escaño lo decía todo. Según una dirigente de JxCat próxima a Torra esta es la justificación para la ruptura desde el punto de vista de los postconvergentes: "Fue ERC quién rompió el pacto de gobierno el lunes, porque el acuerdo decía que no sucumbiríamos a la represión y aceptar la inhabilitación del President como diputado es sucumbir a la represión". También la jefa de filas de JxCat en el Congreso, Laura Borràs reafirma esta idea en una entrevista en TVE, "el lunes algo se rompió y la decisión del president Torra es una actuación en consecuencia". Borràs ha defendido la necesidad de aprobar los presupuestos, tal como finalmente ha garantizado Torra.
Desde el estallido de la polémica en el Parlament el lunes, en la presidencia de la Generalitat y en su entorno se asumió que el conflicto no se podía cerrar sin más como en otros enfrentamientos que han tenido JxCat y ERC durante esta legislatura. Y no se podía esperar a tomar decisiones a la espera de la aprobación de presupuestos. "Hacía falta un gesto de firmeza del president ante un hecho tan grave que lo afecta directamente" comentan desde el entorno de Torra. Eso no quiere decir que no haya habido muchas dudas en el sí del espacio postconvergente sobre la decisión final que había que tomar.
Convocar elecciones de inmediato o expulsar a ERC del Govern son algunas de las opciones que se han estudiado. Mientras Torra optaba por la primera, una buena parte de los consejeros de JxCat no veían bien ninguna de las dos opciones, explica un miembro del ejecutivo de Torra. También se ha vivido una fuerte presión de los alcaldes de la formación que ven imprescindible la aprobación de los presupuestos. Cualquiera de las dos opciones podían frustrar unas cuentas que contemplan 3.000 millones extras de inversión.
Finalmente, la intervención de Carles Puigdemont desde Waterloo, interesado en alargar la legislatura para poder acabar la reordenación del ahora caótico espacio postconvergente hizo descartar a Torra la convocatoria electoral. Y el president ha optado por la vía intermedia haciendo el gesto de rotundidad que pretendía escenificando la ruptura de relaciones entre JxCat y ERC, pero ganando tiempo con la convocatoria electoral en diferido sin fecha que permita aprobar los nuevos números de la Generalitat. Queda por ver cómo será la coexistencia en el Ejecutivo de dos partidos enfrentados a muerte y que se ven abocados a una confrontación total en una campaña electoral de alto voltaje, que ya podemos dar por más que iniciada.
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