Mariano Rajoy ha vuelto a escena, libre de las ataduras políticas de antaño y sin la responsabilidad de ofrecer un discurso institucional donde Convención Nacional del PP ha sido el escenario. Rajoy ha apelado a la "claridad de principios" y ha lanzando una advertencia: "Hay que estar en la realidad. No es bueno el sectarismo ni son buenos los doctrinarios", un mensaje que parecía dirigido al propio Casado, que le escuchaba a escasos metros y, concretamente, a sus últimas decisiones, empezando por el endurecimiento de su discurso y siguiendo por el acuerdo de Gobierno en Andalucía con Vox.

El que fuera presidente del PP durante casi 14 años, ha indicado que el partido "ha tenido dos etapas importantes en la historia de España: 1996 y 2011"y ha defendido su gestión del Ejecutivo, del que ha dicho que muchas medidas "no se entendieron" por sus socios europeos. "España vivía la mayor crisis económica de su historia, habían desparecido 3,8 millones de empleos" y ha subrayado que fue el Gobierno del PP "el que hizo las reformas, redujo el déficit y recuperó la creación de empleo" para nuestro país.

Rajoy ha instado no asustarse "por una crítica". "No tiene por qué asustarse de nada sino que debe mantener sus posiciones y defenderlas" y ha apelado a seguir trabajando, "los días de diario, los días festivos, los fines de semana, y como en cualquier faceta de la vida". "Hay gente muy inteligente que no necesita dar un palo al agua pero nosotros que somos gente normal necesitamos meterle algunas horas", ha ironizado.

El expresidente del Gobierno ha centrado su intervención en los principales retos políticos que tiene España en el futuro, y ha dado cuatro claves. En primer lugar, Rajoy ha reivindicado a la Unión Europea porque "Europa es donde estamos y donde vamos a estar" y lamenta que "algunos no se hayan enterado", ha indicado también "la importancia del crecimiento económico y la creación de empleo", ha apelado a mantener "el Estado del bienestar", "la demografía" (es decir, la natalidad) y "el tema de la inmigración", una de las cuestiones claves en la agenda de Casado, con el que Rajoy coincide en primar la llegada "ordenada" de los migrantes.

Es el primer acto público en el que interviene Rajoy tras el Congreso Extraordinario de julio en el que se eligió a Pablo Casado como su sucesor, y lo ha hecho mediante una entrevista-coloquio junto a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, un formato que ha elegido él y del que ha comentado, entre risas, que "no es una tertulia" porque a estas alturas de su vida, "de tertuliano no voy a acabar".