El conservador González-Trevijano, único expresidente del Constitucional al que no se le ha impuesto la gran cruz de Carlos III

Pedro González-Trevijano, presidente del Tribunal Constitucional entre noviembre de 2021 y enero de 2023, no cuenta en su haber con una distinción que el resto de expresidentes del tribunal de garantías sí tienen: la gran cruz de la Orden de Carlos III, una condecoración que data de siglo XVII, establecida por el rey homónimo para premiar la virtud y el mérito a favor de España y la corona. 

En la actualidad la orden ya no es militar, sino civil, y recompensa a "los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación", según consta en el real decreto de 2002 que regula esta condecoración. 

Se le impone por parte del Ministerio de la Presidencia a los expresidentes de las más altas instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, Congreso y Senado, Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuando dejan el cargo, y suelen contar con ella también los exministros. 

De todos los expresidentes del TC, González-Trevijano es el único que no ha sido condecorado con esta distinción, cuyos titulares se hacen merecedores de ser tratados como "excelentísimo señor" o excelentísima señora", si bien, solo hay una mujer que haya presidido el Constitucional, María Emilia Casas, entre 2004 y 2011. 

Durante la presidencia de González-Trevijano, que ahora está en los consejos de administración de Mapfre y de Aenor, se vivió en el Tribunal Constitucional una de las etapas más aciagas que se recuerdan, como señalan fuentes del propio tribunal. Hay que recordar que este jurista, exrector de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, señalada por sus vínculos con el PP precisamente bajo su rectorado, llegó, en 2013, al TC de la mano del gobierno de Mariano Rajoy, dentro del cupo de nombramientos del Ejecutivo. 

En 2021 fue elegido presidente del Tribunal Constitucional, en una etapa marcada por las tensiones del bloque conservador del tribunal y también del CGPJ, que llevaba ya tres años de caducidad, con el gobierno de coalición. No hay que olvidar que bajo el mandato de González-Trevijano, el TC impidió por primera vez en la historia la tramitación en el Parlamento de una iniciativa legislativa a instancias del PP.

Aquel episodio, en diciembre de 2022, que tanto las Cortes como el Gobierno de Pedro Sánchez vivieron con mucha preocupación, marcó la trayectoria de González-Trevijano, que no ha logrado que ningún despacho jurídico de renombre le haya fichado como asesor, tras su salida del TC.

Hay que recordar que él fue quién firmó la ponencia que declaró inconstitucional el confinamiento por la pandemia en el primer estado de alarma, dando la razón a Vox. 

Fuentes jurídicas señalan a Público que las relaciones entre el expresidente del TC y el Gobierno de Pedro Sánchez fueron tensas e incómodas y que por ese motivo quizá no se le ha impuesto la condecoración. 

González-Trevijano cuenta con otras condecoraciones: la cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, la cruz de honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort, la gran cruz del Mérito Militar con distintivo blanco y es miembro de la Orden Constantiniana de San Jorge.

De los once expresidentes del TC, el que menos condecoraciones tiene es Francisco Pérez de los Cobos (2013-2017), que solo cuenta con la gran cruz de Carlos III. Y el que más insignias acumula es Álvaro Rodríguez Bereijo (1995-1998): la medalla al Mérito Constitucional, la gran cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort, la gran cruz de Carlos III, la gran cruz de Isabel la Católica y la gran cruz al Mérito Civil. 

Dictadores con la cruz

La orden de Carlos III fue reestablecida por Franco en 1942, tras haber quedado suspendida durante la Segunda República. Entre los condecorados con ella figuran el dictador de República Dominicana Rafael Leónidas Trujillo, premiado en 1947, y Alfredo Stroessner, dictador uruguayo, al que se le impuso la gran cruz en 1964.