OVIEDO.- El PP se quedó ayer a un paso de gobernar Asturias tras empatar al PSOE en la primera sesión del pleno de investidura del nuevo presidente, que no podrá continuar antes del mediodía del domingo –de acuerdo con la legislación autonómica–. La ley asturiana exige que pasen 48 horas entre las sucesivas votaciones para la elección del jefe del Ejecutivo autonómico.

Mercedes Cherines consiguió el apoyo de su formación (11 diputados) y de los escaños de Foro (el partido de Álvarez Cascos, 3), igualando su candidatura a la del socialista Javier Fernández (14). En la votación se abstuvieron Podemos, IU y Ciudadanos-C's, obligando a repetir la votación. La próxima vez será difícil que vuelva a pillarse al PSOE con el pie cambiado. Cherines pudo ganar, pero le faltó el apoyo de los naranjas.

La ley que regula la designación del presidente tiene una peculiaridad en Asturias que la diferencia de otras comunidades: en el Principado los diputados votan a favor del candidato o se abstienen; pero no pueden votar en contra. Se celebran dos sesiones en el Parlamento, con una diferencia de al menos 48 horas entre ellas. En la primera hace falta conseguir mayoría absoluta (23 parlamentarios de los 45 que tiene la Cámara) y en la segunda vale la mayoría simple.

Las elecciones del 24-M dejaron el siguiente reparto de escaños: PSOE, 14; PP, 11; Podemos, 9; IU, 5; y Ciudadanos y Foro, 3 cada uno. La primera sesión del pleno de investidura se celebró hace días, la segunda al día siguiente y la tercera fue la de ayer (en la primera no se vota, sólo acuden los cabezas de lista para dar sus discursos correspondientes). La siguiente no podría celebrarse hasta pasadas 48 horas.

Antecedentes municipales

Las estructuras asturianas de Podemos y la Federación Socialista Asturiana han tenido varios desencuentros desde las últimas elecciones: en Gijón boicotearon a su candidato José María Pérez, lo que dio el bastón de mando a la ultraconservadora Carmen Moriyón y en Langreo dieron la Alcaldía a Izquierda Unida.

En Oviedo salvó el acuerdo tripartito de la izquierda el heterodoxo socialista Wenceslao López, que fue desalojado hace años por la dirección del PSOE asturiano cuando lo gobernaba José Ángel Fernández Villa, sempiterno líder del sindicato minero SOMA.
Pero Villa es ahora la bicha del socialismo de Asturias, ya que está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción por tener dinero negro y se sabe ya que hasta se quedó con dinero de la central obrera durante décadas.