La ultraderecha lo ha vuelto a hacer. Al calor de un nuevo 20-N, franquistas y neonazis ha vuelto tomar las calles, iglesias y cementerios mediante todo tipo de actos de apología de la dictadura. Las manifestaciones al aire libre transcurrieron bajo la vigilancia de amplios dispositivos policiales, cuyos responsables no apreciaron motivos para intervenir. Tampoco los habían encontrado en la Delegación de Gobierno de Madrid, que estaba al tanto de los mítines franquistas.

En el Movimiento Católico Español-Acción Juvenil Española acaban de vivir una de esas fechas grandes de su calendario. Este grupo, uno de los más activos en la organización de celebraciones franquistas, movió el viernes a sus militantes para que estuvieran en la "solemne misa de réquiem" celebrada en la capilla Santiago Apóstol de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X de Madrid.

Con una bandera franquista en el altar y militantes franquistas en los asientos, el padre Jacobo Elías se encargó de oficiar la celebración litúrgica en latín en homenaje a Franco y José Antonio. La Fraternidad San Pío X es la corriente lefebrevista del catolicismo, representante del tradicionalismo religioso en su máxima expresión. Sus relaciones con El Vaticano son problemáticas e inestables.

La agenda del Movimiento Católico Español incluyó otro acto de apología el domingo en Plaza de Oriente, un escenario mítico de la ultraderecha madrileña. Allí también hubo banderas, aplausos a la dictadura y reivindicación de las "obras" de un régimen que asesinó a miles de personas y que jamás fue juzgado por tales crímenes.

El cementerio de Mingorrubio es otro de los lugares de apología franquista. Desde que los restos del dictador Francisco Franco fueron trasladados a ese sitio, la ultraderecha incluye paradas obligatorias en cada una de sus rutas de peregrinación franquista. Antes de marcharse, los franquistas allí concentrados pasaron por la tumba del almirante Luis Carrero Blanco, donde volvieron a posar para las cámaras.

No fue la primera exhibición ultraderechista del fin de semana en la capital española. Mientras los franquistas rezaban en latín, los activistas neonazis de La Falange y otras organizaciones autodeclaradas "patriotas" se paseaban por Madrid con el brazo derecho en alto. Así marcharon el viernes por la noche hasta el Valle de los Caídos, otro de los lugares icónicos de la ultraderecha.

El líder de La Falange, Manuel Andrino –uno de los condenados por el asalto a la librería Blanquerna en 2013–, se reunió el viernes por la noche en la sede de "La Vieja Guardia" con representantes de partidos fascistas de Italia, Portugal, Francia y Rumanía, donde tuvo lugar un "vino de honor" entre parafernalia falangista y carteles de Roberto Fiore, el líder neofascista italiano detenido por el ataque a la sede del sindicato CGIL en Roma.

Se trata de uno de los últimos vinos de honor de Andrino antes de entrar en prisión: el jefe de esta facción de La Falange ingresará a la cárcel en los próximos días para cumplir la pena impuesta por los tribunales a raíz del asalto a Blanquerna. 

Desfile por Alicante

Los falangistas también levantaron el brazo derecho en Alicante, donde protagonizaron una movilización ultraderechista hasta la primera tumba de Primo de Rivera, hoy convertida en lugar de devoción fascista. "Frente a sus leyes de memoria que pretenden eliminarnos, más que nunca nuestro sitio está en las calles", declararon desafiantes desde la cuenta oficial de la organización en Twitter.

"El liberalismo dominante intenta demonizar el recuerdo. Frente a ellos: rectitud, marcialidad y perseverancia para construir una nueva España", decía otro de los mensajes difundidos en las redes sociales junto a un video de la procesión falangista.