No solo andan las aguas agitadas para el PSOE en su relación con Junts. El Gobierno de coalición entre los socialistas y Sumar no pasa por su mejor momento con las negociaciones presupuestarias en el aire y el foco del debate político en la vivienda. Además, Podemos presiona desde la izquierda y ha elevado sus exigencias en un momento clave para la legislatura. 

Este miércoles, mientras medio Gobierno de Pedro Sánchez estaba en Portugal participando en la cumbre hispano-lusa, el Congreso ha reflejado la situación de manera muy gráfica. La jornada ha estado marcada por los reproches cruzados entre el PSOE y sus socios de Ejecutivo, por un lado, y la formación morada por otro. 

"A setas o a Rolex", comenzó el PSOE criticando, a través de su portavoz parlamentario Patxi López, la votación conjunta de Sumar y PP en dos iniciativas parlamentarias el día anterior. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, tachó la decisión de "incomprensible" porque "no había motivo para hacerlo". 

La molestia en las filas socialistas es obvia con Sumar. Desde el PSOE suelen rehuir los reproches a sus socios de coalición, pero este miércoles no era el día. Montero, en todo caso, achacó el movimiento del espacio de Yolanda Díaz a la competición en el espectro de la izquierda que a las relaciones internas propiamente dichas. 

Es un argumento que también repiten en privado fuentes gubernamentales. "Hay ansiedad por ser protagonista en ese espacio político", señalan estas fuentes.

Los diferentes acercamientos al PP

En Sumar reconocen que en privado sus socios en el Ejecutivo se han mostrado muy molestos con el cambio de cartas con el PP, pero insisten en que ese movimiento "permitirá regular el escándalo de las hipotecas fraudulentas anteriores al 2011 y que el Congreso se posicione sobre los envíos de armas a distintos conflictos".

"La pregunta es cuántas veces han votado juntos o pactado leyes el PSOE y el PP, cuál ha sido su contenido, y por qué nosotros no hemos mostrado esta indignación, que suena un poco impostada", trasladan voces del grupo parlamentario de Sumar.

El PSOE extiende su percepción de que hay necesidad de protagonismo a Podemos, formación con la que ha habido un fuerte enfrentamiento durante la sesión parlamentaria. 

El cara a cara entre Montero y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, lo reflejó a primera hora de la mañana. La vicepresidenta apeló al "respeto" personal que tiene con su antigua compañera de Gobierno. Pero advirtió que sus posiciones críticas, asimilando al PSOE con el PP, hacen el juego a la derecha. "Ese discurso no lo compra nadie", le dijo Montero a Belarra. 

La comparecencia de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, también fue tensa. Por parte de Sumar se le advirtió que tenía que decidir si estaba "con los rentistas o con los que tienen que volver a casa de sus padres". Rodríguez contraatacó: "¿Con quién está usted, con el Gobierno o con la oposición?", le dijo a Alberto Ibáñez, diputado de Compromís dentro del grupo parlamentario de Sumar. 

La ministra fue más allá y espetó a Sumar lo siguiente: "Cuando las cosas salen bien, medallita, y cuando no, la culpa es del PSOE. No pasa nada, somos los hermanos mayores y nos hacemos cargo", dijo en referencia a las políticas de vivienda. Los de Díaz achacan estas palabras de Rodríguez a que la ministra se sintió "acorralada" en un debate parlamentario muy difícil después de que las movilizaciones de las últimas semanas hayan apuntado a su dimisión.

Con Belarra la tensión fue a más. La líder de Podemos le recordó las tres viviendas que tiene la ministra. "Defienden a los rentistas porque son rentistas", afirmó. "A usted le interesan muchos mis propiedades. Con mis tres propiedades no tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar", respondió la ministra en referencia a la vivienda de Pablo Iglesias e Irene Montero. Una afirmación que generó un profundo rechazo por parte del partido morado en redes sociales. 

¿Un escenario sin Presupuestos?

En este contexto, fuentes socialistas señalan que la formación morada maneja un escenario en el que creen que no habrá Presupuestos. De ahí su actitud, señalan y sus "aspavientos" con la vivienda. Consideran que su última exigencia al PSOE, la de rebajar un 40% los alquileres, es "inviable" porque "no se puede intervenir en el sector privado". 

El ala socialista cree que Podemos se equivoca en el diagnóstico de la legislatura y recalcan que habrá cuentas públicas. No contemplan que si hay pacto con todos los grupos políticos, incluido Junts, la fuerza morada se quede fuera. "Podemos tiene que elegir si quiere apoyar un Gobierno de progreso", apuntan fuentes de la dirección socialista.

En Podemos hace tiempo que trasladan que el Gobierno de Sánchez (al que consideran única voz autorizada del Ejecutivo) ha virado su estrategia hacia la derecha, y dan la legislatura por agotada en materia de políticas progresistas. "Han pactado el CGPJ con el PP, después de quejarse de ser víctimas de lawfare con el asunto de la esposa del presidente", recuerdan.

Sobre los Presupuestos, insisten en que van a hacer valer su fuerza y su influencia al máximo, y que si el PSOE no acepta dos medidas "que son un clamor para la izquierda", como la ruptura de relaciones con Israel y la intervención pública del precio de los alquileres, "que busquen los votos del PP".

Tampoco ha sentado nada bien en las filas socialistas la posición de Podemos en todo lo relacionado con el caso Koldo. Belarra comparó este miércoles la actitud de Sánchez con José Luis Ábalos con la de Mariano Rajoy y hace unos días el portavoz del partido, Pablo Fernández, dijo que era "inverosímil" que el presidente fuera ajeno a la trama de corrupción. "Ellos sabrán a que están jugando haciendo el juego a la derecha y ultraderecha", reflexionan fuentes socialistas.