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Censura de la Ultra derecha El comandante Che Guevara resiste a la censura ultra en su parque de Zaragoza

Vox presiona al equipo de Gobierno municipal para que ejecute la moción para retirar del callejero al icónico guerrillero latinoamericano, una iniciativa que la vicealcaldesa Sara Fernández mantiene desde hace dos años en un cajón aunque PP y Cs la apoyaron y que rechazan los vecinos del barrio, que fueron quienes eligieron dedicarle el espacio. 

La amenaza de retirar la denominación de Che Guevara a un parque y una calle de Zaragoza ha provocado malestar en distintos colectivos.
La amenaza de retirar la denominación de Che Guevara a un parque y una calle de Zaragoza ha provocado malestar en distintos colectivos. Eduardo Bayona

Ernesto Che Guevara, el icónico guerrillero latinoamericano que en los años 50 y 60 participó en la revolución cubana, entre otros conflictos de corte antiimperialista, resiste en su parque de Zaragoza y su calle aledaña a la censura ultra.

La cosa lleva así casi dos años, desde que PP y Cs apoyaron a finales de julio de 2019, en el arranque de la legislatura, una moción de Vox que pedía iniciar "de inmediato los trámites para retirar el nombre" a la plaza y la calle porque su presencia en el nomenclátor "deshonra" a la ciudad.

Pese a la amenaza, que genera momentos de tensión en la vida municipal, el parque Che Guevara, colindante por el sureste con otro al que da nombre un partisano, en este caso el zaragozano Tío Jorge, de la guerra de la Independencia, sigue siendo uno de las primeros espacios se encuentran al llegan a la capital aragonesa por el norte, una permanencia que en los últimos días ha vuelto a generar tensión en el consistorio.

"Quiero aprovechar para reclamar que hace casi dos años y está sin cumplir la moción aprobada de quitar la calle y el vial que llevan el nombre del asesino y psicópata Che Guevara", dijo en el pleno de mayo la concejal de Vox Carmen Rouco, que aprovechó un debate sobre la dedicatoria de una vía a Santiago Ramón y Cajal para reclamar el borrado de la figura histórica "a la mayor brevedad posible y más aún con urgencia".

"Las obsesiones estas de Vox son un poco así", le replicó Fernando Rivarés, de Podemos, que le puntualizó que "la gran diferencia va a ser, así, para empezar, que esta propuesta va a ser aprobada por unanimidad, que no es lo mismo que su enfermiza obsesión con la calle Che Guevara, que no tuvo la unanimidad, tuvo una mayoría simple, no unanimidad".

"Se ha producido una quiebra histórica de consensos"

Sin embargo, el debate no iba a quedarse ahí. La vicealcaldesa, Sara Fernández (Cs), reabría poco después la polémica al responder a Vox en una comisión que "se llevará a cabo" el cambio de denominación, algo que llevó a los grupos de la izquierda a acusar al equipo de gobierno de dar "una nueva concesión a las pretensiones de la ultraderecha" , de cuyos votos ha decidido depender  pese a las ofertas de la oposición para centrar sus posiciones, tras otras como la apertura de una oficina antiabortista  municipal o la asunción de las tesis de negacionismo  climático.

"Con la complicidad de Cs y PP se ha producido la quiebra de históricos consensos en el consistorio" y "se ha contribuido a generar un clima de intolerancia y conflicto en las relaciones políticas y personales en el seno de la corporación", sostiene el concejal socialista Alfonso Gómez.

Ceder a las presiones de Vox con el cambio de nombre del parque y de la calle supondría "quebrar consensos históricos en el ayuntamiento", señala Pedro Santisteve, portavoz de ZeC (Zaragoza en Común), mientras Amparo Bella, edil de Podemos, calificaba de "muy preocupante" la decisión de Fernández, con la que el equipo de gobernó "vuelve a ceder a las exigencias de la ultraderecha. Frente a la posibilidad de alcanzar consensos, prefiere nuevamente elegir la confrontación".

Los grupos de la izquierda han propuesto tratar el asunto del parque y la calle dedicados al icono revolucionario en la mesa de trabajo de memoria, una posibilidad que ha rechazado Fernández. "El grupo trata los temas de aplicación de las leyes de Memoria Histórica y de Memoria Democrática, y el Che Guevara no entra en la aplicación de esas leyes", señala Fernández, que anota que "todos los grupos hemos debatido y votado en el pleno" sobre ese asunto.

"No se ha hecho, pero se hará, porque no es una prioridad"

Entre tensiones y polémicas, Che Guevara llevará a finales de este mes dos años dando nombre a la calle y al parque desde que la moción fue aprobada. Y todo apunta a que esa situación va a mantenerse al menos durante algunos meses.
"No se ha hecho, pero se hará, aunque no hay fecha", explican fuentes del equipo de gobierno, que apuntan que "no se ha hecho porque no es una de las prioridades de la ciudad con una pandemia".

En cualquier caso, ni el expediente administrativo con los informes sobre la retirada de las actuales denominaciones ni el proceso de selección de las que deberían sustituirlas, que saldrán de una lista de espera de medio millar de candidaturas que van proponiendo entidades y particulares, no están avanzadas ni mucho menos, confirmaron fuentes municipales, que remarcaron que "no está entre las prioridades con una pandemia".

"Propuestas que parecen buscar el enfrentamiento"

El conflicto lleva dos años provocando malestar en el Actur, el populoso barrio (60.000 habitantes) de la margen izquierda de Zaragoza donde se encuentran el parque y la calle dedicadas al icono revolucionario.

"Han roto el consenso por una cuestión de ideología". Vox está llevando al equipo de gobierno a sus posiciones y eso está fastidiando la convivencia en el barrio, en el que no había habido ningún problema en los últimos veinte años”, explica Paco Lozano, presidente de la Asociación de Vecinos Actur-Rey Fernando, que esta semana criticaba la iniciativa de la ultraderecha en un comunicado en el que recordaba cómo desde los primeros años 80 "el consenso ha sido tal que los del Actur podíamos presumir de los nombres de nuestras calles y parques".

"Ahora nos encontramos con una moda nueva que es la de intentar romper consensos con propuestas que más parecen buscar el enfrentamiento y enrarecer la pacífica convivencia que siempre ha habido en este barrio en torno a ciertos temas", añadía, al tiempo que advertía de que "estaremos frente a iniciativas que vayan a romper la convivencia social del barrio con polémicas interesadas como la del cambio de nombre del parque Che Guevara, que no viene a cuento".

¿Enfrentarse a los vecinos o agradar al socio ultra?

¿Optarán PP y Cs por mantener la sintonía con los vecinos de la zona, o cuando menos por no empeorarla, o por agradar a su socio de referencia como hizo en Madrid José Luis Martínez Almeida a costa de figuras como Largo Caballero e Indalecio Prieto? Esa es una de las claves para conocer el desenlace de este polémica, cuya fecha, en todo caso, se antoja más cercana al tramo final de la legislatura que al de su actual ecuador.

"No se ha hablado absolutamente nada en la junta de distrito", recuerda Lázaro, que indica, en referencia a Vox, que "podrían haberlo propuesto y se hubiera debatido, aunque luego el Ayuntamiento puede hacer lo que quiera". "Si nos hubieran dado argumentos podríamos haberlos debatido, pero no nos los han dado. Han roto el consenso por una cuestión ideológica", añade.

El "consenso" y la "sintonía" a las que alude Lázaro se dieron en el movimiento vecinal y en la junta de distrito, en la que siempre ha habido representantes de todos los grupos políticos del ayuntamiento, para elegir esos nombres dentro de un paquete que bautizó otros tres parques con los nombres de "Respeto", "Buen humor" y "Los poetas" y dedicó otro al prolífico actor aragonés Roberto Camardiel.

"Entonces había buena disposición de los grupos municipales y se hicieron muchas cosas, conseguimos varios equipamientos. Había una sintonía muy buena y se llegaba a acuerdos sin problemas. Pero para llegar a esa sintonía todos íbamos cediendo", recuerda Lázaro.

El busto del navarro Abderramán III en Cadrete

La calle y el parque del Che Guevara llegarían, de modificarse su nomenclatura, después de que la pasada década la avenida Ranillas, la que llevaba al recinto de la Expo 2008 y ahora conduce a la Ciudad de la Justicia, y que "siempre se llamó así", fuera dedicada, también sin ningún tipo de consulta, a José Atarés, sucesor de Luisa Fernanda Rudi (PP) en la alcaldía de Zaragoza.

"Se aceptó por respeto a un exalcalde fallecido y no hubo más", señala la entidad vecinal, que aprovecha la polémica para, puestos a eliminar símbolos, sugerir el cambio de una calle del vecino barrio de La Almozara: Batalla de Almansa, "en la que la victoria de los Borbones llevó a los Decretos de Nueva Planta que acabaron con gran parte de los fueros e instituciones propias aragonesas que nos identificaban como pueblo".

El de la calle y la plaza dedicadas a Ernesto Che Guevara no es el primer episodio estridente que las guerras culturales de la ultraderecha provocan en Aragón, donde solo tres días después de la constitución de los actuales ayuntamientos, un concejal de ese partido en Cadrete (Zaragoza) ordenó retirar un busto del califa cordobés Abderramán III, fundador del lugar en una de sus correrías contra la taifa rebelde de Saraqusta, la actual capital aragonesa, a finales del siglo X.

La estatua "ha sido motivo de división y enfrentamiento entre los vecinos", argumentó el ayuntamiento, que sostiene que "en la plaza Aragón deben colocarse símbolos con los que todos los vecinos nos sintamos identificados". No bastaba, visto lo visto, con el hecho de que el pelirrojo Abderramán fuera, además de califa, miembro de la misma dinastía navarra de la que saldría la primera casa real aragonesa con Ramiro I unas décadas después, en la primera mitad del siglo XI.

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