Todas las fuentes del Grupo Plurinacional Sumar consultadas en público y en privado reconocen que el momento que atraviesa el espacio obliga a una "reorganización". Antonio Maíllo, líder de Izquierda Unida (IU), apuntó en unas declaraciones ante los medios este lunes que el "shock" por el caso Errejón y su salida de la política no debe resolverse a la ligera, sino que tiene que comportar, como derivada, un proceso de reconfiguración del grupo parlamentario. Es una tesis que ha avalado este martes incluso Txema Guijarro, secretario general de Sumar en el Congreso.

Y esa aceptación por parte de la dirección del grupo de que se lleve a cabo una reorganización con tiempo y calma representa cierto giro en la estrategia que Movimiento Sumar se había planteado justo tras el estallido del escándalo Errejón. En el partido de Yolanda Díaz eran conscientes del desgaste que suponía este caso para la organización y para el espacio político en dos sentidos.

El primero, en un sentido político e ideológico, derivado de que el portavoz de un grupo y de un espacio progresista que abandera el feminismo ha sido señalado por numerosos testimonios y denuncias de víctimas de sus agresiones. En este ámbito, explicaban fuentes de Sumar la pasada semana, no se podía hacer otra cosa que asumir el impacto.

Pero había una segunda cuestión que también podía provocar un desgaste derivado de que el caso Errejón dejaba sin portavoz a un grupo que sostiene al Gobierno en el Congreso. En este sentido, los de Díaz optaron en un principio por solventar este asunto rápido y elegir a una nueva portavoz que cerrara el agujero que podía suponer no tener una voz política de calado en la Cámara Baja en un momento en el que hay en juego cuestiones como los Presupuestos Generales del Estado o la reducción de la jornada laboral.

Sin embargo, según ha podido saber Público, algunos diputados expresaron en la reunión de este lunes que no era conveniente "tener prisa" para elegir a una nueva persona para ocupar la portavocía porque la colocaría como parapeto de todas las críticas que se están vertiendo sobre el grupo a raíz de la crisis provocada por el caso Errejón. Dichas voces sugirieron que dentro del grupo existen suficientes herramientas para enfrentar el vendaval, de forma que la nueva portavoz pueda hacerse cargo del puesto con el ambiente algo más limpio.

De todas formas, la reorganización que sobrevuela casi cualquier conversación en torno a Sumar en el Congreso va mucho más allá de la portavocía. Txema Guijarro, preguntado por este medio, ha reconocido la necesidad de que todas las fuerzas que componen el grupo e incluso las que lo apoyan desde fuera vean reforzado su "canal de comunicación" con la dirección, que ha de ser "sensible" y "accesible" a todas ellas y a sus demandas. 

En otras palabras, así lo aseguran figuras de IU, Compromís o Més per Mallorca, el grupo tiene que ganar en horizontalidad en la toma de decisiones. Un diputado desliza, en conversación con este medio, que "no tiene que haber decisiones que lleguen desde arriba". También en ese sentido la salida de Errjeón puede marcar un antes y un después.

Movimiento en las portavocías adjuntas

En cuanto al futuro o futura portavoz principal ―y más allá de las quinielas―, todas las fuentes consultadas coinciden en que debe ser una mujer y Guijarro ha querido dejar claro que existe un gran talento dentro del grupo. Fuentes parlamentarias, en cualquier caso, insisten en que son decisiones difíciles de tomar por el gran peso político que tienen y por el impacto en la vida personal del diputado o diputada que eventualmente asuma la tarea.

Pero más allá de eso, el secretario general de Sumar en el Congreso no ha descartado otros cambios en la estructura del grupo incluyendo las portavocías adjuntas, que actualmente ocupan Aina Vidal (Comuns),  Àgueda Micó (Compromís) y Jorge Pueyo (Chunta Aragonesista). Enrique Santiago (IU), por su parte, ostenta el puesto de portavoz sustituto. Todavía no ha trascendido el detalle de esos posibles cambios que alienta Maíllo y secunda Guijarro, pero con total seguridad se tratará de un movimiento de tierras que desencadenará la elección final del portavoz principal. El primer paso será ese.

Democratización más allá del Congreso

Pero la democratización que propone IU no se reduce, en ningún caso, al grupo parlamentario, sino que forma parte de un proceso de democratización general del espacio que el propio Antonio Maíllo defiende desde su llegada a la dirección del partido. A su juicio, Sumar ha funcionado con una carencia notable de métodos y de mecanismos democráticos que han terminado por afectar a la cohesión y a la confianza en el seno de la coalición, sobre todo en un contexto de fracasos electorales continuos.

De hecho, insiste en que incluso el método de elección de la nueva portavoz del grupo también deberá someterse a debate.

El dirigente andaluz ha insistido en varias ocasiones en la necesidad de dotar al espacio de "mecanismos democráticos" y de "método" para reconocer el valor político de todas las partes en la toma de decisiones. No sólo se trata de una cuestión discursiva, sino que la Coordinadora Federal de IU aprobó hace unos días un documento estratégico que apostaba por esa necesidad de dotar al espacio de más democracia y de más corresponsabilidad en la toma de decisiones.

Voces de IU lo ejemplifican de la siguiente manera: "Si todos nos sentimos representados por la nueva portavoz, sea quien sea, porque es elegida mediante mecanismos democráticos, todos nos sentiremos corresponsables de su gestión, y eso es fundamental en este momento".