Este artículo se publicó hace 5 años.
Brigadas InternacionalesEl desconocido centenar de brigadistas chinos que combatió en la Guerra Civil contra Franco
La exposición ‘Las Brigadistas Internacionales y los Voluntarios Chinos en la Guerra Civil de España” repasa un capítulo oculto en la historia reciente de nuestro país, la del centenar de combatientes chinos que decidieron luchar en la misma fecha y en diferente geografía por el fin del fascismo. Un centenar de “valientes migrantes, obreros, médicos, periodistas y pequeños comerciantes” de los que apenas se conoce su historia.
María Serrano
Sevilla-
Chen lleva varios años afincado en España y es hoy el presidente de la Asociación de Promoción e Intercambio Hispano-Chino. Sacar a la luz un caso inédito de nuestra historia reciente como es el de las Brigadistas Internacionales que desde su país vinieron a luchar en la España de 1936 no ha sido tarea fácil. Hoy la exposición ‘Las Brigadistas Internacionales y los Voluntarios Chinos en la Guerra Civil de España’ ya tiene un pequeño recorrido de muestras en Andalucía, desde el estreno de la exposición en octubre en el Antiquarium de Sevilla, pasando por la Casa Colón de Huelva para ser próximamente acogida en el rectorado de Málaga. Chen aclara a Público que “van a alcanzar muy pronto la geografía nacional, llegando en 2020 a ciudades como Almería, Granada, Madrid o Salamanca”.
Ante la pregunta obligatoria del motivo de la muestra Chen destaca que la expo conmemora “el 46 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y España y el 80 aniversario del fin de la Guerra Civil”.
Pero ¿qué se conoce a día de hoy de aquellos brigadistas? Chen aclara que “la guerra de España se convirtió pronto en una guerra antifascista”. A pesar de que las Brigadas Internacionales, estaban compuestas por más de 40.000 voluntarios procedentes de 54 países, “de China solo llegaron apenas un centenar y poco se conoce de su historia”.
La única investigación conocida sobre el origen de estos brigadistas llegó a España en 2015 gracias a la editorial 'Los libros de la Catarata’ y al Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales (CEDoBI), dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha. El libro Los brigadistas chinos en la guerra civil. La llamada de España (1936-1939), de Hwei-Ru Tsou y Len Tsou, ambos científicos taiwaneses residentes en Estados Unidos, narra como conocieron la existencia de combatientes chinos en la guerra civil española por pura casualidad.
Estos investigadores se encontraban ojeando un álbum publicado por la Brigada Lincoln para conmemorar su 50 aniversario cuando advirtieron que entre los muchos nombres citados, algunos de los que parecían, eran de origen chino.
A pesar de la ardua investigación de Hwei-Ru Tsou y Len Tsou por más de tres continentes en casi una década “no se sabe con certeza cuántos chinos combatieron en la guerra civil española”. Algunas fuentes de la época, de las muy escasas que existen, estiman que fueron cerca de un centenar.
Campañas de llamamiento para venir a España
Hwei-Ru Tsou y Len Tsou señalan que “cuando en 1936 estalló la guerra civil española, el Partido Comunista Francés hizo un llamamiento general para luchar contra el fascismo en solidaridad con el pueblo español. La célula de la Renault emprendió una activa campaña de reclutamiento entre los obreros con la idea de formar una 'Compañía Renault' de cien personas dispuestas a luchar en el frente”. Además se realizó un llamamiento a los compatriotas chinos de ultramar escrito por los soldados chinos desde un campo de internamiento francés, redactado por un compatriota conocido como Lin Jishi.
Uno de aquellos combatientes decididos fue Zhang Ruishu que no dudó después de una vida errante a venir a luchar contra el fascismo al sur de Europa. “Llegaría a España junto Liu Jingtian. Ambos decidieron ir juntos a España para incorporarse a las Brigadas Internacionales y luchar contra los fascistas”. El 28 de noviembre de 1936 se presentaron en el cuartel general de las Brigadas Internacionales en Albacete. Y “solicitaron incorporarse a una compañía de ametralladores, pero después del examen físico” fueron destinado a otras tareas.
Chen señala a Público que “China también estaba en una situación muy severa por la invasión de fascismo japonés en esa época en la que surge un grupo de guerreros chinos, quienes, sin tener en cuenta lo que ocurría en su propio país, e incluso sin miedo a la muerte, pensaron que ayudar a los españoles era un deber irrenunciable”.
Yu Xiaoping, Yang Jing, Chang Xiao y Ham Violet Wong han sido los responsables de dar vida a esta muestra con fuentes originales para la exposición que han venido de forma inédita desde el Museo Nacional de China. “Ellos abandonaron a su familia y llegaron a España para dedicarse a las Brigadas Internacionales. Estos voluntarios chinos, con su coraje y diligencia, obtuvieron el respeto de sus compañeros procedentes de distintos países”.
"La mayoría vinieron por propia voluntad, otros casi accidentalmente, y otros fueron enviados por su organización política", Hwei-Ru Tsou y Len Tsou
De las pocas historias individuales que han podido rescatarse, la expo muestra como la mayor parte de los brigadistas no vino directamente de China, sino que ya estaban asentados sobre todo en Europa y en menor medida en Estados Unidos y otros países. “Algunos vivían ya en España. La mayoría vinieron por propia voluntad, otros casi accidentalmente, y otros fueron enviados por su organización política”, apunta la investigación de Hwei-Ru Tsou y Len Tsou. Mao Tse-tung lo dijo claro en una carta abierta al pueblo español en la fecha de la contienda “De no ser porque tenemos enfrente al enemigo japonés, iríamos con toda seguridad a integrarnos en vuestras tropas”. Esta declaración señala que de no haber estado en este período bélico, los brigadistas chinos hubieran sido mucho más numerosos.
Después de finalizar la guerra civil, se conoce que “algunos brigadistas chinos conocieron los campos de internamiento franceses y buena parte de ellos volvió a China y siguió combatiendo en la guerra contra Japón”. Hwei-Ru Tsou y Len Tsou apuntan como “los supervivientes fueron, en algunos casos y ya en tiempos de paz, sancionados o relegados al olvido por el mismo régimen por el que lucharon”. La Revolución Cultural no les perdonó el hecho de haberse relacionado con extranjeros.
Xie Weijin o el brigadista conocido como Ching Siu Ling
Xie Weijin se unió al llamamiento internacional de los compatriotas chinos de ultramar desde un campo de internamiento francés. Nació en la provincia de Sichuan y como miembro del partido comunista, llegaría a España en abril de 1937 para combatir en la guerra civil bajo un seudónimo que ocultara su identidad Ching Siu Ling.
Su historia es una de las destacadas que se pueden ver en la muestra por el importante legado que este combatiente pudo dejar en vida. Su testimonio gráfico no deja lugar a dudas. Su carnet de las brigadas internacionales y varias fotografías ilustran parte de su vida en España. En una postal escribe a un amigo cuando estuvo en el hospital tras ser herido en el frente. En otra fotografía le vemos en las cercanías de Brunete.
Xie Weijin ingresó en la casa de convalecencia de las Brigadas Internacionales en Barcelona, y trasladado a la Clínica Militar Número uno para seguir con el tratamiento de su pierna, afectada de fuertes y constantes dolores neurológicos producidos en el frente de Quinto, como muestras las fotografías que ha dejado como legado.
Aquellos que lo recuerdan señalan que Xie Weijin era un hombre de baja estatura y llevaba gafas. Su hijo daría a conocer el gran legado de su padre en la guerra de España. Y cómo se formó el destacamento chino. “Este respondió que solo se trataba de un nombre”. Xie Weijin desempeñaba el cargo de comisario político del batallón de artillería de las Brigadas Internacionales. “Su grado, entre el centenar de chinos voluntarios que en ese momento participaban en la guerra, era el más alto, y se convirtió en su líder de forma natural y espontánea”.
Xie Weijin conservó objetos de alto valor histórico que han permanecido décadas ocultos como el pendón de seda que le envió Zhou Enlai desde la lejana China con un marinero. “Después de la guerra civil española lo escondió en el doble fondo de un maletín de cuero, y así consiguió sacarlo del campo de concentración en Francia donde terminó al finalizar la guerra civil”.
Xie Weijing emprendió camino hacia la frontera francesa el 25 de enero de 1939. El grupo de combatientes que lo acompaño hasta la frontera terminó junto a Weijin en el campo de Argelès, a orillas del Mediterráneo. También pasaría por el campo de Gurs donde vivió en condiciones infrahumanas en barracones de madera. En el campo vivían junto a unos 16.000 refugiados. Los refugiados chinos estaban en el barracón número 16.
Xie Weijin contaba historias sobre las fotos que conservaba de la guerra repitiendo “sin cansarse quién era tal o cual persona, quién había muerto en tal o cual batalla o cómo Dolores Ibárruri había ido al frente a dar ánimo a los soldados”... En esa ocasión le oyeron decir: “Aunque perdimos la guerra, gentes de varias decenas de países y de todas las razas fueron a España para tomar parte en ella, un hecho sin precedentes en el mundo”.
Chen, como comisario de la muestra concluye que “hoy en día, China y España están fortaleciendo sus relaciones en los distintos ámbitos como la política, la economía y la cultura”. Esperamos que, a través de esta exposición, “podemos profundizar nuestras conexiones e intercambios, y promover el continuo desarrollo de la amistad” de ambos países”.
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