MADRID.- "Hay que decir como premisa: sí hubo excesos en la lucha contra el terrorismo", así de contundente respondía Baltasar Garzón a la pregunta de Pablo Iglesias sobre los casos de connivencia de la judicatura con la tortura. "El sistema que estaba diseñado para funcionar bien no funcionó", añade el exjuez durante la entrevista en Otra Vuelta de Tuerka.

Baltasar Garzón (Torres, 1955), es seguramente el exjuez más conocido de nuestro país. Como magistrado de la Audiencia Nacional se ha enfrentado a casos e investigaciones que representan momentos ineludibles de la historia reciente de España.

Su participación en la causa contra el dictador chileno Augusto Pinochet le catapultó a la fama internacional. El gran aporte de la jurisdicción universal es, según Garzón, la capacidad de enfrentar causas inasumibles por el propio Estado: "inmediatamente después de una dictadura abordar la investigación de sus crímenes es muy difícil, porque los aparatos y las estructuras de poder fáctico se mantienen."

Años después veríamos como sucedía lo mismo en nuestro país. Con la querella argentina la investigación de los crímenes franquistas venía, de nuevo, desde fuera. "La investigación de los crímenes franquistas es una cuestión de necesidad democrática: justicia, reparación y garantía de no repetición. En España hubo una decisión política de olvido oficial." En contraposición a lo que sucedía en otros países, para España "era progresista estar en Europa pero obviaba lo que otros países europeos habían hecho en cuestión de memoria histórica."

Al finalizar la entrevista, Baltasar Garzón deja una petición sobre la mesa: "Me gustaría que en las próximas elecciones generales los partidos políticos incluyeran una reparación integral de las víctimas del franquismo en su programa electoral."