Baltar en modo X
El expresidente de la Deputación de Ourense y senador está pendiente de que el Supremo lo juzgue por un delito contra la seguridad vial por circular a 215 por hora con su coche oficial, tras renunciar a liderar el PP de la provincia.
Manuel Baltar se maneja muy bien en Twitter -ahora X-. Uno de sus últimos posts es del pasado jueves 26, celebrando el anuncio de la Xunta de que a partir del 1 de enero los mayores viajarán gratis en el trasnsporte público de su titularidad. El expresidente de la Deputación Provincial y senador del PP suele subir a esa red tres o cuatro mensajes a la semana, pero el que mantiene fijo y encabezando su cuenta es uno de hace ahora cinco años. Del 8 de ocutubre de 2018, redactado en en inglés y adjuntando una foto con el entonces presidente de la Comisión Europea y exprimer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, posando entre otras autoridades de la Unión.
Hay quien dice que ya entonces a Baltar le atraía la idea de dar el salto a Bruselas y Estrasburgo, donde tiene sus sedes el Parlamento Europeo; que Ourense le aburría y que quería hacerse con un escaño de eurodiputado. Ahora, incluso hay quien asegura en su partido que habría pactado el pasado junio con Feijóo esa más que digna salida -15.000 euros al mes entre sueldo y dietas y otros 27.000 para contratar personal de confianza-, como condición para dejar la Deputación de Ourense, que hizo efectiva antes de las elecciones generales, y la presidencia del PP provincial, que anunció el pasado viernes 27.
“Detrás de esa dimisión y de muchos años de baltarismo hay también la presunción de infinidad no ya de caciquismos, sino de posibles delitos que deberían determinarse en el juzgado”, señala Xosé Manuel Puga, portavoz del BNG en la Deputación. Con su salida, asegura, “el PP pretende pasar página del baltarismo, pero va a ser la provincia la que va a pasar página del peperismo”, añade.
A 215 por hora conduciendo el coche oficial
A Baltar, licenciado en Derecho por la Universidade de Santiago y funcionario en excedencia de la Xunta, le pillaron hace cuatro meses conduciendo a 215 kilómetros por hora en el coche oficial. Un incidente que sacó a la luz la puntita del iceberg de una polémica gestión al frente del partido y de la institución provincial desde que su padre, Xosé Luis Baltar, le legara en herencia ambos cargos. Tras abandonar la Deputación provincial, el PP no dejó pasar ni cuatro semanas para anunciar que le nombraría senador por designación autonómica a pesar de que ya estaba imputado en un procedimiento penal.
Los Baltar mandaban en Ourense desde hace más de 30 años. El padre, alcalde desde 1976 en el municipio de Nogueira de Ramuín, se hizo con la Deputación en 1990. Durante las dos décadas en las que la presidió tejió una colosal red clientelar y caciquil que ha permitido desde entonces al PP ganar en la provincia todas las elecciones -locales, autonómicas, generales y europeas- que se han celebrado allí.
La de Ourense es la diputación con menos presupuesto de las cuatro de Galicia -91 millones de euros este año-, pero para entender el enorme poder que manejaban los Baltar hay que tener en cuenta que de los 92 municipios de la provincia sólo uno, la capital, supera los 14.000 habitantes. Los ayuntamientos y sus alcaldes tienen una capacidad inversora muy modesta, y la referencia en la dotación de servicios y en los contratos y concesiones públicas para su prestación es el organismo provincial: infraestructuras, obras, aguas, basuras, saneamiento, bomberos, refugios de animales, proyectos culturales, fiestas, medio ambiente, promoción económica e industrial, ayudas a empresas, subvenciones a pymes, autónomos, familias, particulares, oenegés...
Todo pasaba desde hace tres décadas por las manos de la misma familia, a la que hasta ahora le han ido resbalando todas y cada una de las múltiples polémicas y acusaciones que la salpicaron durante todo ese tiempo. Desde los enchufes de centenares de alcaldes y concejales del PP y sus familiares hasta escándalos por ofrecer sexo a cambio de trabajo, pasando por las adjudicacions a dedo de obras, las mordidas en la contratación pública y en las oposiciones de funcionarios en la Deputación, la financiación ilegal del partido y hasta la compra de ediles de la oposición para ganar mociones de censura.
La herencia de su padre: la presidencia del PP y de la Deputación
Baltar empezó a lanzar mensajes en Twitter -ahora X- en diciembre de 2009, sólo un mes antes del congreso del PP provincial en el que su padre le legó la presidencia del partido. Cuatro años después, su progenitor fue condenado a nueve años de inabilitación por prevaricación por haber empleado en la Deputación a un centenar de los compromisarios convocados al congreso, que votaron luego a favor de su hijo. Gracias a ellos, éste se hizo con el poder en la formación, primero, y con la presidencia del organismo provincial después. Según el diario El País, la Deputación llegó a contratar a más de 400 militantes y famliares del partido.
Baltar siguió tuiteando, pero lejos de tomar ejemplo del castigo que la Justicia impuso a su padre, o tal vez al contrario, siendo consciente de su levedad -al expresidente, ya jubilado, el escándalo volvía a resbalarle-, siguió ejecutando las mismas prácticas. El 21 de septiembre de 2016, apenas cinco días antes de las elecciones autonómicas gallegas de ese año, convocó la provisión de 128 plazas en la Deputación. Entre ellas, una de portero en un centro cultural que ya contaba con otros cuatro y con dos serenos. Por cierto que ese centro cultural sólo tiene dos puertas.
Un año antes, una exfuncionaria le había acusado de acoso por un puesto de trabajo a cambio de sexo, y también de cohecho y tráfico de influencias. Un caso por el que estuvo imputado durante casi dos años pero que terminó con el archivo de la causa. La jueza estimó que, aunque las grabaciones aportadas a la misma mostraban a Baltar aceptando beneficiarse de un favor sexual a cambio de un empleo, no se había podido demostrar que hiciera gestión alguna para cumplir su promesa.
A Baltar hijo le resbalaban los escándalos como le habían resbalado a su padre. Hasta que el domingo 23 de abril de este año la Guardia Civil de Tráfico le paró a bordo de su Volkswagen Passat oficial, que él mismo pilotaba, tras detectar con un radar que circulaba a 215 por hora. Apenas 50 minutos antes, le habían fotografiado a unos 150 kilómetros de eso punto conduciendo a 173 por hora.
Un párque móvil tan lujoso como la colección de coches clásicos de su padre
Entre esa fecha y hasta el día en que anunció que dejaba la Deputación, Público desveló las numerosas irregularidades que rodeabam al uso oficial que Baltar hacía del exagerado y lujoso parque móvil de la Deputación, compuesto por berlinas de alta gama, una veintena de todoterrenos y un centenar de turismos. Muy parecido a la carísima colección de vehículos clásicos y deportivos que su padre acumuló durante sus mandatos y que hasta hace no mucho guardaba en una nave junto al chalé en el que vive y a unos cientos de metros del palacete que habita su hijo y de las villas de varios de sus familiares próximos.
Las informaciones de Público revelaron que el Passat que Baltar usaba en exclusiva y pilotaba personalmente acumulaba otra decena de procedimientos sancionadores en los que la Deputación no había identificado al conductor, con lo que las multas se triplicaban y se pagaban con dinero público. También acumulaba sanciones el vehículo que empleaba cuando viajaba con su chófer, algunas de las cuales aparecían a nombre de su mujer y de su hija, que obtuvo una plaza fija en la Deputación pocos meses después de que su madre y ella las asumieran.
Ese chófer, además, pagó sin justificación con dinero de la Deputación comidas y gastos del presidente, además de regalos, alimentos y otras compras que difícilmente se podrían atribuir a nada relacionado con su cargo: flores, dulces, accesorios y software informático, la reparación de móviles y otros dispositivos como tabletas, un balón de balonmano...
Baltar siguió en modo Twitter -ahora X-, subiendo y reposteando mensajes relacionados con las campañas electorales de las municipales y las generales pero sin aludir en ninguno de ellos a los escándalos que le rodeaban. Ni siquiera cuando este diario publicó las grabaciones y los sms en las que su hermano José Luis confesaba sin pudor las supuestas mordidas que ambos se llevaban de contratisas de obas de la Deputación, y por las que la Fiscalía de Ourense ha abierto diligencias penales por si de ellas pudieran derivarse indicios de la comisión de algún delito.
Suplicatorio del Supremo al Senado
El Tribunal Supremo acaba de recibir la causa derivada de la conducción temeraria de Baltar del juzgado de lo Penal número 1 de Zamora. Fuentes del Supremo indican que el trámite ahora es que la Sala de lo Penal pida un informe al respecto a la Fiscalía y luego decida si remite un suplicatorio al Senado para poder juzgarle, informa Ana María Pascual. La Cámara Alta deberá reunir a su Comisión de Suplicatorios, que deberá emitir un dictamen que será después votado por el pleno.
El PP tiene mayoría en el Senado y podría liberar a Baltar del juicio, aunque teniendo en cuenta el tipo de delito que se le atribuye y que el discurso de Feijóo contra el Gobierno se centra en exigir la igualdad de todos los españoles ante la ley, hacerlo sería una incongruencia demasiado gruesa y podría tener un coste político. “No creo que nos atrevamos a hacerlo”, asegura una fuente del PP.
Mientras espera acontecimientos, Baltar continúa en modo X -antes Twitter-, canalizando y rebotando a través de las redes escuetos mensajes de apoyo a su partido. Y con su cuenta encabezada por un post en inglés acompañado de una foto junto a cargos de la Comisión Europea. Las elecciones europeas son el próximo mes de mayo. Su sucesor en la Deputación y también en el PP de Ourense, Luis Menor, defendió este viernes que el de su antecesor es un apellido “ilustre”.
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