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Ayuso, investida presidenta de la Comunidad de Madrid frente a una oposición unida contra el racismo de Vox
Con 77 votos a favor, la presidenta madrileña es nuevamente investida y encara una corta legislatura, de la que dependerá exclusivamente de Vox. La formación ultra le exige a Ayuso el cierre Telemadrid y la derogación de las leyes LGTBI.
Marta Monforte Jaén / Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
Con 77 votos a favor y 57 en contra, Isabel Díaz Ayuso ha salido elegida como presidenta de la Comunidad de Madrid por segunda vez en menos de dos años. La dirigente conservadora propició un adelanto electoral el pasado mes de marzo a fin de librarse de su socio de gobierno en la pasada legislatura, Ciudadanos. Lo consiguió: dejó a los naranjas sin representación y dobló sus resultados del año 2019, pasando de 30 a 65 escaños. Sin embargo, con un gobierno en minoría, necesitará a la extrema derecha para aprobar leyes y sacar los presupuestos adelante, tras dos años con las cuentas prorrogadas.
Ante este escenario la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, ha confirmado el apoyo de su grupo a la vez que ha planteado sus primeras exigencias a Ayuso. Entre ellas está el cierre de Telemadrid, la televisión pública madrileña. "Hay que cerrar Telemadrid. ¿Por qué hay que pagar de nuestro bolsillo a quien nos insulta cada día en televisión?", ha manifestado. Además de las críticas editoriales, Monasterio considera que el ente público, que cuenta con un presupuesto de 74 millones de euros anuales, es un gasto "ineficaz". La portavoz plante que, si no se cierra, deberá, al menos "reducir su coste".
Lo cierto es que el Ejecutivo de Ayuso a través de la Consejería de Hacienda dirigida por Javier Fernández-Lasquetty, ha tratado de ahogar económicamente a Telemadrid al no querer renovar el llamado contrato-programa, que finalmente autorizó el pasado mes de mayo para el periodo 2021-2023. Además, la presidenta madrileña busca también tumbar a la dirección del ente público pese a que en los últimos años ha mejorado notablemente su audiencia. En ese sentido, ya trabaja en una modificación de ley para, entre otras cuestiones, designar a una nueva dirección en Telemadrid y apartar al actual equipo, con Pablo López a la cabeza.
Monasterio también ha reclamado la derogación de las "leyes de género", entre las que incluye a las leyes autonómicas que protegen al colectivo LGTBI y también las específicas de violencia de género, aprobadas durante el mandato de la expresidenta Cristina Cifuentes con los votos a favor del PP. "Son leyes de género propias de la izquierda más radical", ha señalado la portavoz ultraderechista. "Me atrevo a aventurar que sus votantes se lo agradecerán".
Ayuso ha evitado valorar esta exigencia —tampoco la de Telemadrid— durante su réplica a los grupos. Sin embargo, en febrero del 2020 Ayuso defendió en Esradio la derogación de algunos artículos de la ley aprobada por Cifuentes. "Es difícil que se cambie porque no tenemos mayoría y además está todo tan sumamente politizado, está todo en los extremos... Ciudadanos no lo querría nunca", dijo entonces. En ese sentido, este viernes se ha limitado a expresar que no tiene por qué enarbolar un discurso distinto para dicho colectivo.
Ayuso recoge la mano tendida de Vox
Es más, Ayuso ha dedicado varios minutos a devolver las alabanzas que la portavoz de Vox le ha dirigido y ha dicho sentirse "abochornada" por la actitud de la izquierda hacia la portavoz ultraderechista durante el debate de investidura. "Recojo la mano tendida", ha señalado para después apuntalar: "Me gustaría que buscáramos acuerdos para seguir buscando espacios comunes".
La presidenta madrileña ha evitado valorar el tenso rifirrafe vivido en el Parlamento madrileño a cuenta del racismo de Monasterio. La portavoz de Vox ha cargado contra el diputado de Unidas Podemos, Serigne Mbayé, del que ha dicho "entró de forma ilegal" en el país "y se lucró durante años". Tras la intervención de Monasterio el diputado morado le ha exigido retirar sus palabras racistas, una petición a la que se ha sumado la presidenta de la Asamblea, María Eugenia Carballedo, a lo que Monasterio se ha negado.
No contenta con ello, Monasterio ha usado su turno de réplica para seguir proliferando los insultos hacia la bancada de la izquierda y, sobre todo, contra el diputado morado. Ante estas provocaciones, la diputada de Unidas Podemos Vanessa Lillo ha afeado la actitud de Monasterio desde su escaño y, al ser llamada al orden en tres ocasiones, la presidenta de la Asamblea la ha expulsado de la cámara autonómica.
Con todo, además de salir en defensa de la extrema derecha, Ayuso ha declinado responder a la oposición de forma individual, unificando la réplica y contrarréplica en dos intervenciones. Tampoco ha mirado hacia la bancada de la izquierda en las seis horas que ha durado la segunda jornada del pleno de investidura. Si bien, ha dedicado la mayor parte del tiempo a cargar contra Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos, la "izquierda de caviar" que, a tenor de sus palabras, "vende un Madrid empobrecido para justificar las manifestaciones que nos van a montar".
A la falta de autocrítica se ha sumado su menosprecio a dos derechos sociales conquistados que tanto PP como Vox tratan de derribar por medio de la vía judicial, la eutanasia y el aborto. "Yo creo que es mejor que las mujeres que se piensan si acogerse a la vida o al aborto, tengan una oportunidad y no elijan el recurso fácil que pone la izquierda cuando algo les sobra. ¿Molesta? Eutanasia ¿Molesta el bebé? aborto", ha afirmado.
La izquierda, unida frente a la "extrema miseria"
Como ocurrió durante la campaña electoral, los tres grupos progresistas han vuelto a escenificar una imagen de unidad frente a PP y Vox. En esta línea, han aplaudido en varias ocasiones conjuntamente para protestar por los ataques racistas de la ultraderecha. La líder de Más Madrid y de la oposición, Mónica García, la representante socialista, Hanna Jalloul, y las portavoces de Unidas Podemos en la Asamblea, Carolina Alonso y Alejandra Jacinto, han denunciado en cada intervención el discurso de la "extrema miseria" cargado de racismo, machismo y homofobia.
Asimismo, las portavoces del bloque progresista han coincidido en echar por tierra el cheque bebé que plantea la presidenta de la Comunidad, una ayuda a las madres menores de 30 años que lleven diez años empadronadas en la región y que, en realidad, "afecta a un 2% de las mujeres que además tienen que pasar las 12 pruebas de Astérix", como ha apostillado García.
Esta última ha asumido formalmente el liderazgo de la oposición, después del sorpasso de su partido al PSOE el pasado 4 de mayo. Desde el atril, Mónica García ha activado la cuenta atrás para cambiar el color político de la Puerta del Sol en 2023. "Hoy nace su Gobierno, pero también nace una oposición férrea a su Gobierno. Me imagino que se habrá fijado, pero a partir de hoy me siento delante de usted. Lamento decirle que a partir de ahora va a tener el aliento de mi boca mustia, como usted la definió, un poquito más cerca. Así que le animo a que recuerde bien las siguientes palabras: si convocó estas elecciones pensando en una legislatura de rodillo y seda, váyase olvidando", ha zanjado.
Nada nuevo bajo el sol. La tensa sesión de investidura marcada por las provocaciones de la ultraderecha y el cruce de reproches entre ambas bancadas demuestran que los enfrentamientos en la Asamblea se seguirán sucediendo también en esta nueva legislatura. Frente a los planes de Ayuso de erigirse como cara visible del PP ante Sánchez, el bloque progresista encara el reto de apuntalar una oposición férrea que destrone al partido conservador de la Puerta del Sol.
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