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La Armada española entrena a miembros de la Marina saudí pese a su papel en el bloqueo naval contra Yemen

Marineros del régimen que dirige Salmán bin Abdulaziz se encuentran en Ferrol, donde reciben formación en torno a la utilización de los cinco buques de guerra que construye Navantia. El Gobierno evita aclarar si ha concedido ya las licencias de exportación, mientras que Amnistía Internacional advierte sobre posibles complicidades en crímenes de guerra.

Corbeta saudí
Uno de los buques de guerra que Navantia construye para el régimen saudí en el astillero de San Fernando. Román Ríos / EFE

Las relaciones comerciales y militares entre España y Arabia Saudí, cultivadas durante largos años por Juan Carlos I y ahora amparadas tanto por el actual rey Felipe VI como por el Gobierno, siguen a salvo de cualquier contratiempo. Pese al papel de las Fuerzas Armadas saudíes en los ataques contra Yemen, la Armada española ha abierto sus puertas a los marineros del régimen de Salmán bin Abdulaziz, que estos días reciben formación en Ferrol sobre el uso de los barcos de guerra encargados a Navantia. 

Los trabajos que se desarrollan en el astillero de San Fernando (Cádiz) son seguidos con atención desde Riad. No en vano, las cinco corbetas encargadas por Arabia a Navantia forman parte de un plan de modernización clave para la Marina Real de ese país. Este proyecto, denominado Al-Sarawat, "contribuirá a elevar el nivel de preparación" de la Fuerza Naval saudí, "consolidando la seguridad marítima en la región y protegiendo los intereses vitales y estratégicos del Reino", indicaba el régimen en una declaración divulgada por su agencia oficial de noticias en noviembre pasado.

El contrato para la construcción de estas cinco corbetas por un valor de 1.800 millones de euros fue validado por el Gobierno de Mariano Rajoy en abril de 2018, pocas semanas después de que se cumpliera el tercer aniversario de los ataques lanzados por la coalición militar liderada por Arabia contra las milicias rebeldes hutíes en Yemen. Pese a los informes de organizaciones internacionales que advertían sobre las muertes provocadas por la intervención saudí, el Ejecutivo del PP no dudó en firmar ese millonario acuerdo comercial con las autoridades del régimen.

El contrato dio incluso lugar a la creación de una empresa conjunta entre la compañía pública Saudi Arabian Military Industries (SAMI) y Navantia. Actualmente, ambas empresas buscan ampliar sus términos de "colaboración", lo que podría traducirse en nuevos contratos millonarios para la fabricación de otros buques militares.

Mientras en Madrid y Riad analizan esos posibles acuerdos, en Cádiz siguen adelante con la construcción de las corbetas: se estima que el primero de los cinco buques será entregado a Arabia en enero próximo. Esos avances han dado lugar a otro acontecimiento: el pasado 3 de mayo llegó a España el primer contingente de marineros saudíes que recibirán formación sobre el uso de esos buques encargados a Navantia.

Los alumnos –unos 500 en total– tenían previsto formarse durante ocho semanas en las instalaciones de la Armada española en Ferrol y en el centro de entrenamiento de Navantia en San Fernando (Cádiz). Entre los cursos previstos se encontraban contenidos sobre "maniobra", "armas" o "sistemas tácticos". De esta manera, "la Armada reafirma su apoyo a la industria nacional de Defensa, singularmente al Programa Naval Saudí", declaró entonces en un comunicado.

Las denuncias de las organizaciones de derechos humanos sobre el papel de la Marina saudí en el bloqueo naval contra Yemen no torcieron los planes de la Armada española, que ha abierto sus puertas a los marineros que utilizarán esos buques de guerra. En ese contexto, Público envió una consulta al Ministerio de Defensa para tratar de determinar si los cursos de Ferrol incluían algún tipo de formación sobre Derecho Internacional Humanitario. De momento no ha habido respuesta. 

A finales de marzo pasado, coincidiendo con la botadura del tercer barco de guerra en Cádiz, las autoridades saudíes explicaron que "los buques del proyecto Al-Sarawat incluyen los últimos sistemas de combate para hacer frente a las amenazas aéreas, de superficie y sub-superficiales", además de estar preparados para la "guerra electrónica". "Estos buques son superiores en sus capacidades a muchos de los barcos de las Armadas del mundo", presumió entonces la agencia oficial del régimen.

"Crímenes de guerra"

Amnistía Internacional (AI) teme que estos buques sean utilizados en el bloqueo naval contra Yemen. "En estos momentos, sigue habiendo un riesgo sustancial de que las corbetas de Navantia puedan usarse para imponer el bloqueo marítimo que condena a la hambruna a Yemen o atacar a la población civil y cometer crímenes de guerra", declaró a Público Alberto Estévez, portavoz de AI sobre comercio de armas.

A finales de 2020, esta organización internacional de derechos humanos remitió una carta al Gobierno exigiendo el cese de las transferencias de armas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, al tiempo que le recordaba la obligación de "respetar y hacer respetar" el derecho internacional humanitario. AI también se dirigió entonces por escrito a Navantia para expresar su "rechazo" a esta operación y pedirle además que se abstuviese de entregar las corbetas a Arabia Saudí "mientras se mantengan las circunstancias actuales", en alusión a los crímenes en Yemen. 

Estévez señala que el Tratado sobre el Comercio de Armas, ratificado por España en 2014, "prohíbe la exportación cuando un gobierno tiene conocimiento de que las armas pueden utilizarse para cometer o facilitar graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario, como es el caso del bloqueo impuesto por la coalición saudí a los puertos yemeníes". 

El portavoz de AI destaca precisamente que "el bloqueo y el conflicto en curso se han cobrado un alto precio en la economía de Yemen, que se ha reducido a más de la mitad desde que comenzó el conflicto en 2015. Sin el levantamiento del bloqueo, la estabilidad macroeconómica y un banco central adecuadamente capitalizado, se espera que el entorno socioeconómico se deteriore aún más en 2021", remarcó.

Las restricciones a las importaciones han aumentado considerablemente los precios del combustible en el norte, dado que Yemen importa alrededor del 90% de sus necesidades de alimentos y combustible. En marzo pasado, una investigación difundida por la cadena CNN permitió conocer que los buques de guerra saudíes no han permitido que ningún petrolero atraque en el puerto de Hodeidah desde el comienzo de 2021.

Pocos días después de conocerse esa información, el Gobierno de Yemen respaldado por Arabia Saudí autorizó que cuatro buques cisterna atracasen en Hodeidah. "Sin embargo, las agencias humanitarias presentes en Yemen advirtieron que el combustible no es suficiente para entregar la ayuda a millones de personas en el norte del país",  destaca Estévez. 

Silencio gubernamental

Con estos datos como telón de fondo, el Gobierno español no ha aclarado aún si ha concedido las licencias de exportación de los cinco buques construidos por Navantia. A raíz de una consulta formulada en tal sentido por Público, desde el ministerio de Comercio evitaron dar cualquier detalle al respecto y se limitaron a señalar que "la información sobre las autorizaciones de exportación se refleja en las Estadísticas de Exportación de Material de Defensa y Doble uso", tras lo cual indicaron que los datos correspondientes al segundo semestre de 2020 "están en proceso de elaboración". La incertidumbre continúa. 

 

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